XII.

WILLIAM VON BRAUN

Vivir con Lya es una bonita experiencia, amo a esta mujer. Nunca pensé encontrar el amor, llevaba una vida vacía llena de todo lo material pero sin nada de amor. Las chicas que me buscaban, nunca supe si me buscaban por amor o por la posición económica. Con Lya todo ha Sido distinto. Ella es mi complemento.

Ella se levantó de la cama y preparó el desayuno. Lya iniciaba el trabajo en el cafetín el día de hoy.

Me levanté y fui tras ella.

—¿En qué te puedo ayudar?

— En llevar los vasos a la mesita.

— ¿A las 10 entras? Te puedo acompañar a tu trabajo. Tu salida es a las 6 de la tarde.

— Si me puedes acompañar y si, salgo a las 6 de la tarde.

Acompañé a Lya hasta el cafetín. Regresé al apartamento.

No puedo pasar todo el tiempo en dependencia de Lya o del dinero que saqué de la tarjeta. Solo voy a esperar que mis muñecas se curen para buscar un empleo.

Tenía dos opciones y cualquiera estaría bien. Trabajar como traductor, ya que sabía varios idiomas o buscar algo acorde a lo que estudiaba en la universidad.

Un mes pasó.

Cada día iba a dejar y traer a Lya. Un día de estos que acompañé a Lya a su trabajo, di una pequeña gira por la ciudad buscando empleo, cuando un hombre de unos 35 años se dirigió a mí. Traía una cámara fotográfica en sus manos.

— ¿Me permites tomarte un par de fotos?. Soy fotógrafo— me quedé viéndolo un poco extrañado.

— ¿Qué gano con esas fotos? No soy modelo.

— Tienes porte de modelo. Tal vez estas fotos sean tu pase al éxito. Tienes un perfil interesante.

— No quiero fotos, gracias.

— Por si te decides— me extendió una tarjeta de presentación— como modelo puedes ganar mucho dinero.

La tomé y seguí caminando. Entré a un ciber y me puse a redactar mi currículo.

Pensaba una y otra vez sobre los sueños de Lya, ser doctora y tener una casa bonita. No eran sueños ostentosos, ni descabellados. Quería apoyarla.

Llegué a un parque y me senté en la grama. Ese lugar era propicio para pensar y desestresarse.

— Hola— una chica rubia se acercó — te he observado desde hace unos minutos y creo que eres mi tipo de persona. ¿Me regalas tu número?

La miré.

— Lo siento, tengo novia.

— Pero podemos textearnos y conocernos. Realmente eres mi tipo.

Me levanté de dónde estaba sentado.

— No estoy interesado. Tengo novia. Me retiro.

Tal vez en otra ocasión hubiese tomado la oportunidad, pero Lya es todo para mí.

Caminé hasta llegar al apartamento.

Me quedé en la puerta y observé todo. He cambiado toda mi comodidad, he sentido el cambio. Estudiaba en una universidad de elite, tenía un Lamborghini y mi propio departamento que era cinco veces más grande que este lugar, sin mencionar que las tarjetas estaban ilimitadas. Todo requiere un sacrificio.

Necesito un celular, creo que sería más fácil conseguir un empleo.

Me acosté un rato. Sin darme cuenta me quedé dormido. Me despertó el sonido de la puerta. Era Lya.

— Perdón amor, me quedé dormido.

— Tranquilo. No pasa nada. Me quiero dar una ducha.

— Te acompaño— sonreí.

Cuando me quitaba el pantalón, la tarjeta de presentación del fotógrafo cayó al piso. Lya lo recogió y lo leyó.

— ¿Fuiste a una agencia?

— Salí a buscar empleo. Ese fotógrafo me pidió que si podía tomarme fotos. Y me dio la tarjeta por si me decidía a ser modelo.

— Inténtalo. Siempre he creído que pareces un modelo de revista.

— Estoy indeciso. Jamás pensé en modelar.

— Es un trabajo honorable. A menos que no quieras.

— Voy a pensarlo. Aún no estoy convencido.

Entramos al baño. Y como siempre cada lugar, espacio era propicio para hacer el amor.

Al día siguiente, después de dejar a Lya en su trabajo. Fui a un centro de telefonía y compré un dúo de celulares. Iba a tomar ese gasto como una inversión.

Me contacté con el fotógrafo.

—Hola. Soy el joven que me diste la tarjeta de presentación por si me decidía hacer modelo.

— Hola. Ya sé quien eres. ¿Qué decidiste?

— Quiero verlo y hablar de cuánto será la paga. ¿Dónde lo veo?

Quedamos en vernos en un restaurante al medio día. Llegué al sitio. Nos sentamos, él pidió dos platos de entrada, dos platos fuertes y dos postres.

—Para empezar, soy Alberto Pinoccelli. Fotógrafo profesional de la agencia X.

— Un placer conocerle. Soy William Von Braun. Lo he pensado y me gustaría escuchar o leer los términos para firmar un contrato con su agencia.

Alberto sacó unos documentos y me los dio a leer. No encontraba nada extraño. Aunque me llamó la atención el salario, 40,000 Euros.

—¿Está seguro que ese es el sueldo que me va a pagar?

— Así es.

— Está bien. Voy a firmar.

— Ten en cuenta que es un contrato de un año. No se acepta cancelarlo antes de tiempo.

— Está bien.

Firmé el contrato.

— Desde mañana podemos iniciar. Empezaremos con algunas fotos sencillas en el parque donde te conocí— Terminamos de almorzar — A las 8 de la mañanas te veo.

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Comments

Ninhana SL

Ninhana SL

Pero con el trabajo de modelo, estará atrayendo la atención de sus desgraciados padres

2024-06-07

0

Ninhana SL

Ninhana SL

Me sorprendiste gratamente Wiliiam

2024-06-07

0

Mitsuki G

Mitsuki G

En verdad me agrada ver cómo su relación avanza hasta ignora a las locas que se le ensima pero espero que ese agente no sea un fraude que sea un trabajo honesto y que lo haga olvidar a su amada que no vaya a ver alguna zorra que lo haga dudar que su relación sea igual de buena que todos juntos contra de todos

2024-04-28

2

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