LYA CAMPOS
Después del trabajo de la pizzería me puse a buscar un trabajo de medio tiempo. Necesitaba recoger el dinero lo más antes posible para no verle la cara a ese tipo que lo único que quiere es molestarme. La gente adinerada suele ser muy egoísta y fastidiosa.
Un par de días me llevó para conseguir un trabajo de medio tiempo en una tienda de market, la tienda estaba algo cerca de la pizzería, el horario de la pizzería es de 9 AM a 6 PM y la tienda de 7 a 11 PM.
En mi turno de la pizzeria.
— Lya, hay una entrega para la universidad elite— Reviso la orden.
5 pizza, William Von. Paga en efectivo $ 75.
Solo de leer el nombre me dió náuseas.
— Puede entregar otro de los chicos de aquí. Es que esté muchacho es un...
— No hay disponibles, todos andan entregando. Ve y listo.
Tomé las 5 pizzas y me dirigí a la universidad elite.
En un momento sentí vergüenza, de hacer esta entrega. Me bajé de la moto y caminé hasta la puerta de la universidad. La pensé para entrar. Iba nerviosa, con pena. No me quité el casco. Había tantos estudiantes.
Vi a William sentado con un grupo de chicos. Sentía hasta ganas de llorar. Caminé hasta donde él, Pero una voz que odiaba más que ver la cara de William me habló.
—Hermanita — era la voz de Ashly— que horrible olor, hueles a grasa, sudor.
— Ashly. ¿Cómo estás?— quería demostrar que sus palabras no me afectaban.
— Pues me va muy bien, estudió en esta universidad, es muy linda y fina para gente linda y fina.
—Que bien. Adiós— continué mi camino.
Ella me empujó. Caí al suelo con todas las pizzas, el casco cayó a un lado. Mis lágrimas salieron. Estaba toda avergonzada. Muchos de los que estaban ahí empezaron a tomar fotos.
— ¿Quién eres tú? — la voz de William.
— William. Soy Ashly Campos. Encantada de conocerte.
— Tú me conoces Pero yo a ti no. ¿Por qué te atreves a molestarla?
— Ella no es nadie. Solo es una repartidora.
— Era mi pedido.
— Lo siento.
Me levanté, recogí las pizzas y las puse en la basura. Recogí el casco y me acerqué a William.
— Mil disculpas. Voy a traer de nuevo las pizzas.
— Ya no quiero nada, repartidora.
— William— era Ashly.
Él le dió una mirada fulminante. Ashly se retiró.
— Eres una tonta, como se te ocurre caer. Voy a pagar por esas pizzas Pero a cambio de algo.
— No te preocupes. Seguramente me lo van a descontar de mi sueldo.
— No quieres escuchar, además de pagarte las pizzas, te voy a hacer un descuento de tu deuda conmigo de 5 mil dólares.
— 5 mil dólares. ¿Seguro?
— Si.
—¿Qué tengo que hacer? — él sonrió.
Mi orgullo se está muriendo.
— Ve donde ese grupo de chicos y dile que anoche pasaste la noche conmigo y que te hice la mujer más feliz.
Lo miré, estaba mordiendo mis labios.
— Eres un idiota. ¿Qué te he hecho yo, para que me quieras humillar cada vez que puedes? Te voy a pagar todo tu dinero. No quiero descuentos.
— Los pobres son así o no— le di una cachetada.
Di la media vuelta. Iba con mi rostro lleno de lágrimas y mis labios lleno de sangre de tan fuerte que me mordí. Emociones encontradas, irá, tristeza, asco y unas grandes de querer desaparecer.
Caminé hasta la moto. Ahí sentí un jalón del brazo. Me giré, era William y tras él sus amigos.
— No vuelvas a tocar mi cara. Había sido considerado con que pagarás solo 25 mil dólares, Pero ya me arrepentí, vas a pagar el precio real, 1 millón de dólares.
— Estás loco. Esto no es legal.
— ¿Y quién va a querer estar en contra del hijo del más hombre más rico de este país?
— Maldita seas, Dime que te he hecho. Eres injusto.
En ese momento sentía que lo mejor era morir. Mire que venía un bus, me giré para pasar en ese momento.
Él me jaló fuerte del brazo y terminé en su pecho. Su corazón palpitaba con fuerza.
—¿Qué pretendías hacer chica boba? — me jaló la mano hasta llevarme a su auto. Abrió la puerta y me metió prácticamente a la fuerza.
— Ya déjame en paz. Me van a quitar de mi salario hasta el pago de la moto.
WILLIAM VON BRAUN
— Si te sales, llamo al 911, una chica loca quiso suicidarse frente a la universidad elite.
— Haz lo quieras. Tú sabes que jamás podré pagarte, mejor muero y la deuda queda saldada con mi vida. Te odio.
— Vete entonces. No me importas— ella salió del auto.
Maldita mujer. No supe en qué momento la traje aquí, en un momento flaqueé. No puedo sentir nada por nadie.
Dejé la universidad y me fui a mi departamento.
Me llegué a tirar a mi cama. Y en una milésima de segundo el apenas beso de aquella vez de ella, pasó por mi mente.
Lya es bonita. Creo que me pasé está vez.
¿Llamo o no llamo? Tomé el celular y la llamé.
— Quiero que vengas a mi departamento inmediatamente.
— No quiero. Te odio. Además, estoy en mi trabajo. Por tu culpa y la culpa de la estúpida de Ashly ahora tengo que pagar las pizzas.
— Está bien. No vendrás, eso lo vamos a ver.
Está mujer me hace molestar.
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Comments
Belkys Natalia
que medio hombre ,narcisista, infeliz que cree porque tiene dinero puede menospreciar y acosar a la pobre chica que solo busca una mejor calidad de vida, ya me cae gordo el muy hijo de su madre, uuufff
2024-12-29
0
Nomi Ukara
William ayúdala sé que hay gente buena en este hermoso planeta 🌎💝
2024-12-28
1
C Matacruz
desgraciados idiotas solo por qué tienen dinero 🤑 molestan 😠😡😔😁🙂☺️😝😝😉😃😵💫😛😆🤨😄🤪🤪😀😜😐🙃
2024-09-28
3