Capítulo 20. Disculpas no tan aceptadas

Capítulo 20

Disculpas no tan aceptadas

Este día no me provocó salir de la cama, luego de aquella acalorada discusión con Steven me quedé a reflexionar acerca de lo ocurrido y sé que lo mejor es tomar distancias con Axel, esto no es solo una obligación, es mi deber y por ello estoy dispuesta a hacerlo a pesar de lo difícil. Pero hay un pago de por medio y sé que no debo fallar...

Tal parece que Steven ha estado muy ocupado persiguiendo a la tonta de Brenda que ya son las cuatro de la tarde y aún no le he visto la cara

Como si lo fuera invocado con el pensamiento aparece y al verlo le doy la espalda y comienzo a escribir en mi celular.

Él por primera vez se sienta en la esquina de la cama y palmea mis piernas un par de veces para llamar mi atención

—¿Qué es lo que quieres?

—No has salido de este camarote en todo el día, ¿Por qué no atiendes mis llamadas? Me has dejado esperando durante el desayuno y el almuerzo. ¿De verdad no piensas comer nada? ¿Esa es tu manera de castigarme, torturándote a ti misma?

—Eso fue muy egocéntrico de tu parte, jamás pensé hacer nada para castigarte porque no me interesa hacerlo. Tú no me interesas Steven, solo eres un contrato... Lo hago tan solo porque no quiero seguir sumando gastos a tu cuenta

—Mujer por favor, fue un error lo sé y me arrepiento. ¡Pero ya basta! No podemos seguir así, hoy todo el mundo en este lugar me ha preguntado por ti y yo no sabía que decir al respecto

—Eso es tu problema

—Aún tenemos un contrato y voy a necesitar un par de cosas

—En eso tienes razón. Soy profesional y voy a seguir con todo esto hasta el final, pero apenas esta farsa termine no quiero volver a verte Steven Collins.

 ¿Qué necesitas?

Le figo y puedo ver su mirada entristecerse con mis palabras

—Entiendo perfectamente, Mari, Pero ya no sé ni como decirte que me equivoqué al decirte todo eso. Te daré tu tiempo y espero que puedas perdonarme. Necesitaré que me acompañes a un brindis

—Para los recién casados, ¿No?

—Así es, será algo sencillo con pocas personas. Deberías arreglarte ahora.

Como lo dije, necesito hacer esto. Así que me di un baño y me coloqué uno de los mejores vestidos que tengo aquí, salgo a la habitación y Steven está sosteniendo un pañuelo blanco como símbolo de paz

¡Este hombre me va a volver loca! Es tan infantil

Veo una bandeja con comida y algunos postres

—Antes de salir debes tener algo en ese estómago si no quieres que comience a hacer sonidos vergonzosos delante de todos. Y me preguntaba si podemos hacer las paces

—No pasa nada Steven. Si lo que te preocupa es saber si voy a hacer las cosas bien, la respuesta es sí. Lo haré igual. Tan solo procura no acercarte mientras estemos solos. Eso es lo único que pido

Termino de comer y me doy cuenta de cuan mal se siente este hombre, pero se equivocó de persona, yo no soy de las que se deja pisotear de nadie y mucho menos por un hombre

Llegamos a cubierta y nos esperan los recién casados junto a un par de parejas más, como siempre saludo y tomo asiento

Brenda no se hace esperar para tratar de hacerme quedar en ridículo

Espera a que se acerque el camarero, que no es más que Axel, para tratar de avergonzarme frente a él

—Pero mira que oufit más mono, ¿No es el mismo que usaste al llegar? Cariño de haber sabido que no tenias nada decente que ponerte hubieras enviado la excusa con Steven. Eso ni siquiera parece de marca

—No, cariño, no es el mismo, realmente no es de una reconocida —respondo tranquila y Axel sonríe— Lo compré en una tienda de caridad donde hacen unas réplicas increíbles... Tú deberías visitarla, ya que te gusta repetir las cosas

Respondo modo odiosa y Steven aprieta mi mano un poco. Parece que no le ha gustado mi comentario

—Oh... Pero que grosera, yo tan solo estaba bromeando un poco

—Pues tus bromas ya están subidas de tono y resulta que hoy no tengo ganas de aguantar tus chistesitos malos.

Todos se nos quedan mirando y me doy cuenta de que Richard hace mala cara, pues entendió a la perfección mi comentario. Pero no me importa, estaré dispuesta a ponerla tanto en evidencia como ella a mi

—Hola —me saluda Axel en tono bajito y sonríe

—Hola Axel —le devuelvo el saludo y Steven me mira fijamente

Axel se lleva la carta de pedidos y todps vamos a la mesa, donde unos pocos minutos después él regresa con las bebidas. Al aceptarla me entrega discretamente una servilleta la cual meto a mi cartera rápidamente

El tiempo pasaba y yo estaba ahí sentada sin decir una sola palabra, veía a Steven mucho más atento y me daba cuenta de que lo hacia aún más cuando Axel estaba cerca, pero no me importa, ya que mientras tanto podía lanzarse unas miradas a ese hombre que estoy segura que no podrá olvidarlas

En un rato ya se había concluido esta absurda celebración y vuelvo a encerrarme en el camarote

Lo único que realmente valió la pena de este día es que pude ver a Axel. Esto me deja mucho más tranquila, reviso esa servilleta y esta su número de celular apuntado, seguido de un "Call me"

Admito que me hace reír con sus ocurrencias

No pude resistir la tentación y le escribí. Esta noche pasamos escribiéndonos casi hasta el amanecer y me sentí como si de verdad estuviera aquí conmigo, el es tan divertido

Amanece y Steven me despierta

—Buen día. Te he traído café, como te gusta

—Déjalo por ahí... Gracias —le digo y señalo la mesa de noche

—Hay una cosa que necesito que hagas por mi, quiero asociarlo a nuestro contrato

—Pues dilo ya —me siento en la cama— ¿Por qué tanto misterio?

—Brenda me ha dicho que quiere invitarte a desayunar

—Ni en tus mejores sueños

—Escúchame por favor. Esto se debe a aquellas palabras que tuvieron anoche durante el brindis, tan solo ve con ella. Hazlo por mí, ¿Sí?

—¿Qué te hizo pensar que quería pasar un día de chicas con esa mujer? Me odia Steven y estoy segura de que no quiere nada bueno para mi. Algo debe estar tramando

—Deberías al menos darle el beneficio de la duda. Escúchame, se que es difícil, pero no quiero que siga creyendo que eres débil. Quisiera que vayas allá y le des la cara. Está arrepentida y quiere ofrecerte una disculpa

—Está bien Steven. Pero no pretendas que luego de querer humillarme delante de todos vamos a ser las mejores amigas. Eso no va a pasar. ¿Te quedó claro?

Le digo enojada y el tan solo hace un movimiento afirmativo con la cabeza, mientras que yo me levanto y paso al baño para asearme. Salí y me coloqué una ropa bonita y muy elegante

Llego a la cubierta superior y ella está de espalda hacia mí en la baranda del barco, asi que me acerco quedando al lado de ella

—¿Qué es lo que quieres, Brenda? —pregunto fastidiada—

—¡Vaya, pensé que no vendrías! Sabes que ayer vine a desayunar con Richard a este restaurante y preparan una receta gallega estupenda, te la recomiendo. Las almejas estaban de rechupete

—Bien, entonces comeremos almejas. ¿Para qué me has llamado exactamente?

—Mariela, me parece que hemos empezado con el pie izquierdo y me gustaría que empezáramos de cero, es decir, no te pido que seamos las mejores amigas, pero si al menos tratemos de llevarnos bien el resto de días que nos queda en este lugar. La verdad es que si, estoy con Richard y toda la cosa, pero no tengo amigas en este barco, tan solo las esposas de los socios y colegas de Richard y esto suele ser frustrante para mí

—¿Quieres que me crea el cuento del arrepentimiento? Vamos Brenda, no somos ningunas niñas y ambas sabemos que eso no va a suceder

—Lo sé —pone cara triste— tan solo quería redimirme invitándote un buen desayuno, quiero que sepas que lamento lo de ayer, bueno, todas esas veces en las que he sido grosera contigo

—La palabra grosera se queda pequeñita ante tus actos, me has dicho que aún estás enamorada de mi novio y que planeas recuperarlo. ¿De verdad piensas que voy a creerte que estás arrepentida?

—No espero que lo creas, pero de verdad lo estoy. Nada de lo que dije anteriormente es cierto. Estaba peleada con Richard y quise desquitarme con el mundo entero

Me dice mirándome fijamente, pero ni aun así puedo confiar en que me esté diciendo la verdad así que pensé que lo mejor por ahora sería seguirle la corriente y estar al pendiente de sus movimientos, pues se que en cualquier momento volverá a sacar las garras

—¿Entonces, aceptas mis disculpas?

—Disculpas aceptadas —sonrío un poco y ella ladea una sonrisa que me hace cuestionar haber venido

La verdad es que nada de lo que haga ella me va a sacar la idea de la cabeza de que es una víbora que solo busca sacar provecho de cualquier situación para luego salirse con la suya, pero esta vez le haré creer que he caído redondita en su juego y estaré al pendiente de todo lo que haga los próximos días

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