Capítulo 15. Voy a desenmascararla

Capítulo 15

Voy a desenmascararla

Estoy sentada frente a Stev y el al darse cuenta de que estas personas están por acercarse a nuestra mesa se pone muy ansioso, su cara de preocupación es evidente y puedo darme cuenta de que le avergüenza seguir incomodándome

Yo tomo sus manos y le digo que todo estará bien y que no habrá nada de que preocuparse, pero el insiste en hablarlo y la verdad es difícil sacarle una idea de la cabeza a este hombre

—¿Estás nerviosa? —pregunta muy incómodo—.

—Lo estoy —respondo desanimada—, no creí que esto fuese a ser tan difícil, en mi mente todo estaba planeado diferente tan práctico y cómodo, pero al llegar aquí la realidad me dio una fuerte bofetada en la cara, quiero decir que hay mucho en juego con toda esta actuación Steven, Odiaría darle problemas a Hambada y con esas amenazas que te hizo Richard me temo que cualquier cosa puede pasar

—Lo harás bien, sácate eso de la cabeza y no sigas repitiendo que es una farsa. Tengo mi fe puesta en ti. Eres una dura Mariela puedo decir que lo estás haciendo excelente, quien fallé fui yo y te pido disculpas por eso, no volverá a suceder lo prometo.

—Gracias, parecía que no me creías anoche cuando te mencioné lo de Brenda y su actitud toda déspota. Eso me hizo sentir fatal, ya que sabes que yo no tengo razones para mentirte ni mucho menos inventar cosas con referente a ella

—Lo siento si te hice creer eso. No quise hacerlo. La verdad es que no he logrado arrancarme a esa mujer del pecho, pero lo estoy intentando. Ella es una mujer hermosa, inteligente, pero también sé que puede ser bastante manipuladora y tenaz si se lo propone.

—Estoy de acuerdo, si que lo es y no se detendrá en nada hasta recuperarte. Lo sé, me lo ha dicho en mi cara como si no fuera nada. Va a por ti sin importar lo que suceda. Me alegra que te dieras cuenta de como ea ella y espero que no vuelvas a caer en su juego —le digo con preocupación y él tan solo asintió con su cabeza

—¿Y eso te molesta? —sonríe un poco y nuestras miradas se cruzan de manera inesperada—. ¿Estás preocupada por eso?

—Q... Quiero decir que... Que no se puede negar que tiene mucha influencia y poder sobre ti, eso en realidad si que es molesto. Un desliz con esa mujer y tu bufete si irá por el caño, no debes permitir eso

—Pues solía tener mucha influencia en mí, lo acepto, pero eso ya quedó atrás —responde con serenidad— De verdad ya no, créeme que lo estoy intentando.

—Eso no es lo que demuestras con tus actitudes cambiantes Stev... Según lo que veo ella aún tiene dominio sobre ti, es decir, por mi está bien, debería darme igual lo que hagas con tu vida, pero tú... Tú eres quien debe preocuparse por todo esto ya que al bajarnos del barco te arrepentirás si decides tomar malas decisiones con respecto a esa mujer mientras estés aquí. Asi que me gustaría que te tomaras el tiempo de pensarte muy bien las cosas

—Créeme que lo haré, Mari... Ahí vienen.

Me informa y guardamos silencio un momento, luego me cambia el tema y yo le sigo la conversación como si nada pasara

A su vez me quedo pensando en lo que ha ocurrido. Yo estaré bien apenas termine este contrato. Porque si, es difícil no enamorarse de un hombre como Stev. Es guapísimo y atento, inteligente, tierno. Es todo lo que una mujer puede desear en un hombre. Pero desde un principio asumí que no sería para mí y luego de ver como sufre aún por su ex terminé convenciendome de ello. Así que estaré bien, pero luego de que todo esto acabe, la soledad va a patearle el trasero a Steven y es ahí donde comenzará a valorar todo aquello que le digo y los pocos consejos que le he dado. Porque si de algo estoy segura es de que si las cosas comienzan a andar mal, esa mujer no dudará un segundo en abandonarlo, como ya lo ha hecho un par de veces

Richard y Brenda saludan y piden permiso para ocupar la misma mesa de nosotros, incómodamente ella se sienta a propósito junto a la silla de Steven, quedando demasiado cerca de él y eso me hace enojar, pero trato de ignorarlo porque se que está provocándome, tan solo dejo que se ahogue en sus propias frustraciones

Como siempre me mira de manera despectiva y me saluda por mera obligación

—¿Qué harás más tarde? —pregunta esbozando una sonrisa y vuelve a mirarme de la misma manera—.

—Tenía pensado ir...

—Le estaba hablando a Steven —me interrumpe con mucho descaro y voltea a ver a ese hombre

Mientras que su esposo la mira a ella con ganas de cortarle el cuello en pedacitos, pero ella lo ignora sin piedad, pareciera no importarle

—Como decía Mari, tenemos pensado ir a la piscina un rato —indica Steven y me mira como nervioso—

—Vaya, pensé que esta tarde iríamos al casino, como habíamos acordado.

Este tipo de fallas comunicativas no nos harán quedar bien delante de estas personas, así que decido no discutirlo y aceptar la propuesta que me hace Steven de manera muy alegre y entusiasta, que resulta también muy buena y prometedora

—Lo sé, pero el sol está como para disfrutarlo, sería una pena quedarnos dentro de ese casino oscuro, ¿No te parece?

—Tienes toda la razón, cariño, vamos a la piscina, por la noche podemos visitar ese casino, ya me están dando ganas de que me ayudes a aplicarme ese bloqueador solar en la espalda

—Gracias cielo, más tarde te lo compensaré —me dice este hombre con una gran sonrisa y acaricia mi rostro

—Debo admitir que me encantan tus métodos de compensación

Comento de manera atrevida y muy sexy, sin llegar a lo vulgar, pero aun así ella vuelve a enojarse y esta situación comienza a parecer muy agradable para mí.

—Perfecto, un día de piscina. Ya que Richard debe atender unos negocios durante el día, me parece que voy a invitarme sola. Iré con ustedes a disfrutar este día soleado

Esto sí que fue un golpe bajo, pero rápidamente me recompongo y respondo aunque ya muy enojada. Richard levanta la mirada y la fulmina de inmediato

—Desde luego... Nos encantaría, serás bienvenida Brenda —comenta el idiota de Steven y esa bruja sonríe triunfante—.

Como odio que hable por los dos, eso es tan desagradable y parece que lo hace totalmente a propósito. Es obvio que no quiero pasar tiempo con esa mujer, pero Steven parece estar feliz por hacerlo. No deja de sonreír, parece un niño con juguete nuevo y eso me molesta, ella solo quiere divertirse con él, hacerle ver que puede tenerlo y desecharlo cuando quiera y el muy estúpido hace todo lo que la otra le pida, pues si es así que se joda. Si pierde su bufete el mismo se lo buscó. Será mejor que me vaya de aquí

Pienso muy triste y enojada, sintiéndome totalmente fuera de lugar dentro de este barco

—Lo siento, pero no quiero tener compañía ahora mismo, no me siento con ánimos de soportar a nadie. Me daré un paseo a solas un rato.

Disfruten su día soleado

Respondo de mala gana y Brenda sonríe de lado, mientras que Steven me mira con preocupación al darse cuenta de que volvió a actuar erróneamente

—Voy contigo, mi vida. Te acompañaré a donde quieras ir. Podemos ir a ese casino que querías

—Gracias, pero no. Iré a tomar una copa en el bar. Necesito estar sola

Me levanto de la mesa y me despido de Richard, quien ahora tiene la misma expresión de enojado que yo. Luego camino muerta de rabia porque este idiota no hace ni un mínimo esfuerzo por detenerme

Esa mujer es un lobo disfrazado de cordero y juro por mi vida que voy a desenmascararla ante todos

Va a arrepentirse de querer hacer mi vida una pesadilla y espero realmente que disfrute sus cinco minutos de gloria, porque lo que viene luego dudo que pueda o quiera soportarlo

—Mi niña, ¿Qué tienes? ¿Estás llorando?

Me dice aquella vieja chismosa y recuerdo perfectamente que Steven pensaba usarla para esparcir rumores acerca del avance de nuestra relación. Ahora se me están ocurriendo un par de ideas más

—No, solo se me metió un bicho en el ojo, estaré bien

—Vamos, a mi no me engañas, muchacha. Dime que te ocurre, ¿Estás bien?

—La verdad no —finjo estar llorando—. ¿Quién ataca así a la novia de alguien y le dice que quiere recuperar a su ex? solo a ella se le ocurre, no se qué hago aquí, me siento tan mal

La doña se queda asombrada y boquiabierta, pero de nuevo vuelve en sí y sigue consolándome

Me da unos consejos que ni atención le presto y me despido luego

—Debo irme, por favor no comente esto con nadie. No puedo quedar como una chismosa y no sería bueno manchar la reputación de los recién casados en su luna de miel

Ella me jura que no dirá nada. Pero sé que mi trabajo por aquí ya está hecho, así que camino feliz y sonriente hacia el bar

Un par de palabras y luego me siento a observar como la feliz pareja de recién casados se destruye por si sola

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