Athena.
Al verlo irse, mi corazón sentía un vacío extraño, estaba por entrar a la choza cuando mi hermana me habló.
— te quedarás al fin de cuentas— arrugué mi frente tratando de entender a mi hermana— esa no es la Athena que conozco, mi hermana es una guerrera que desafía los principios e ideales de los hombres.
Sonreí y la abracé— es hora— ella asintió muy sonriente, me dio una espada, montando dos caballos.
Y solo seguimos el camino que dejaban los nuestros, fuimos a paso veloz, entre más cerca de ellos más seguro era para nosotras.
La noche cayó acompañada de sus vientos frescos, no podíamos descansar, ni calentarnos porque nuevamente nos distanciaríamos de ellos.
El cielo comenzaba a clarear y sus primeros rayos del sol tocar el suelo árido del camino.
Y a lo lejos pude ver como unos cuantos hombres iban a dirección opuesta, nos detuvimos y mi hermana solo me veía, tomé la rienda y jalé hacia la dirección de esos hombres.
Sentía algo en mi corazón que decía que los siguiera, los caballos galopaban con rapidez, hasta que llegamos a un pequeño pueblo no muy alejado del reino.
Al verlos llegar a una casa sin más nos detuvimos y bajamos de los caballos, corrimos y ellos mismo nos iban a impedir entrar, pero cuando vieron a mi hermana le hicieron reverencia.
Atravesamos esa puerta y tres mujeres estaban contra la pared de madera, di pequeños pasos y al fondo estaba un pequeño niño de cabello claro observando todo.
Mi corazón se aceleró al saber que el podría ser mi hijo, camine hacia él, y al ver a uno de los hombres quien solo me asintió y entendí que él era mi hijo.
Me acerqué y lo cargué entre mis brazos mientras lo besaba, él solo se resistía y entendía, pues no me conocía a pesar de que yo era su madre.
Me acerque a mi hermana y se lo entregue mientras dejaba un beso en su frente y Leiya solo asintió.
— solo cuídate— sonreí mientras me despedía de ella.
Salí de esa casa con algunos hombres tras de mi, subí al caballo y regrese por el mismo camino, galopando con rapidez, necesitaba llegar, esa sensación de vacío era cada vez más grande y necesitaba saber que Galt está bien.
Y después del largo camino, entramos al pueblo donde había aún, rastro de la batalla, seguimos colina arriba entrando a la fortaleza del castillo, baje y entre buscándolo, sentía que él estaba aquí.
Mientras empuñaba mi espada subí las escaleras buscando sin descanso, hasta subir a lo alto de la torre, camine por un pequeño túnel el cual conducía al camino de la conexión de las tres torres.
Un caballero estaba tendido en la entrada con una espada en su pecho, al verlo mi corazón se aceleró, seguí caminando, al salir vi a Besimir y a alguien tendido, al acercarme me di cuenta de que era Galt.
Me acerque a él con mis manos temblorosas, toque su gran herida donde brotaba mucha sangre, mi corazón dolía, no sabía que hacer y solo deje un beso en sus aun cálidos labios.
Sujete con fuerza mi espada y me levante con un solo propósito, terminar con Besimir.
Camine hacia el poniéndome en guardia, pelee como jamás imagine, sacando fuerzas de donde nunca pensé tener, y en esa batalla nos herimos con pequeñas cortadas por las espadas afiladas.
— duele saber que pierdes de nuevo ante mi— levante mi espada chocando contra la de él.
— jamás, y el único que perderá este día eres tu Besimir— gire y atravesé mi espada en su pierna— ¡esto es por mis padres! — hice otra cortada profunda en su brazo — ¡por mi hijo! — de un movimiento corté su oreja— ¡y esto es por Galt!.
Empuñe mi espada y corrí hacia el, enterrando mi espada en su pecho hasta que lo vi caer, grite eufórica por lo que había hecho, gire para ver a Galt cuando una flecha atravesó mi pecho.
Era un arquero, intente sacar la flecha de mi pecho cuando una más se alojó al lado de esta, sintiendo un dolor muy intenso, camine despacio y solo sentí dos más hasta verlo caer.
Me acerqué con dificultad hacia Galt, quien ya tenía sus ojos cerrados, mis lágrimas salían mientras mi dolor se mezclaba con el dolor de las flechas.
Recosté mi cabeza en su pecho cerrando mis ojos y una voz vaga se escuchaba — resiste Athena.
Abrí mis ojos y al verlo solo negué— dile a mi hermana que cuide a mi hijo como suyo— él asintió mientras sus ojos estaban muy abiertos— sé que Leiya a tu lado es feliz, y juntos reinaran Adenel.
Él siguió hablando, pero ya no podía entender, gire mi cabeza hacia el rostro de Galt y volví a besarlo— nos volveremos a encontrar, mi amor.
El dolor era más fuerte e insoportable tanto que el respirar se me dificultaba, recosté mi cabeza nuevamente en su pecho, entrelace mi mano a la de él y cerré mis ojos sintiendo una lágrima recorrer mi mejilla.
Hasta que ya no supe más de mi...
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Comments
Nany🌻
waooooo que intenso este capitulo... Athena, ejemplo de que por amor se lucha hasta el final....
2024-11-15
1
🌷Liz PG🌺🌺💛
Autora 💛 PAULINA CHÁVEZ 💛🌺 que barbaridad, me encanta la intensidad de lo que escribes, en la vida pasan cosas malas a personas buenas y eso lo plasmas muy bien. gracias
2024-10-04
2
Patricia Salazar
Ellos no pueden morír 😭 ella está esperando un bebé 🤷♀️
2024-07-28
2