Athena.
Los días habían pasado y con ello una guerra se avecinaba, donde mi padre salió junto a todos los guardias para defender el reino.
Los días seguían y solo por la astillera a lo lejos podía observarse las oscuras humaredas dándome a entender que la batalla nos alcanzaría tarde o temprano.
Suspire porque por querer o intentar ser libre provoque las enemistades de los hombres que querían mi mano: me senté en la cama cuando mi madre entro por esas puertas, estaba muy apurada y su rostro reflejaba preocupación.
— ¡levántate, tenemos que irnos ahora! — al darse cuenta de que no reaccionaba se acercó a mí y me jalo— estarás feliz, por mi honor.
Solo negó y su manera de decir las palabras venían cargadas de ironía, me levanté y salí tras de ella rodeada de guardias.
Al estar a las afueras del castillo venían caballos a nuestra dirección, caballos que no reconocía como nuestros, mi madre estaba paralizada viéndolos venir, los guardias nos escudarón y todo estaba pasando tan rápido.
Mientras veía a cada caballero caer para protegernos, reaccione e intente llevar a mi madre adentro, pero guardias aparecieron de no sé donde y antes de que pudieran lastimarnos.
Levante con rapidez una espada y comencé a pelear por nuestra vida, pero eran más fuertes y más hábiles que yo y de la nada comencé a sentir un dolor profundo en mi costado.
Caí al piso viendo mi vestido teñido, con mis manos toque mi costado intentando detener el sangrado, levante mi vista y a mi alrededor todo era caos, mi madre no estaba y sentía temor que algo le sucediese.
Comencé a sentirme cansada hasta que mis ojos por un instante se cerraron, y cuando los volví a abrir estaba en mi dormitorio y junto a mi, mi padre.
Quien solo me observaba sin decir una sola palabra —padre, yo... — y antes de poder decirle algo senti su fuerte mano en mi mejilla, solo negó levantándose de la cama.
— ¡cállate!— grito con furia—no hables, necesitas descansar Athena— asentí mientras él solo se alejaba— fuiste valiente e irracional, pero esto que hiciste no es propio de una princesa porque no te olvides que eres la princesa Athena del reino de Adenel y como tal desde ahora te comportarás.
Y al decir eso entendí que mi padre seguiría en busca de quien me despose, suspire y solo lo vi salir.
Pasó el tiempo aún estando bajo llave, viendo solo los bellos días por la astillera, mi herida ya había sanado.
Hasta que el día menos pensado mi madre atravesó esas puertas con una gran sonrisa.
— Athena, en este día tu padre te solicita, sabes que hoy será el gran banquete en tu honor— asentí sin el más mínimo de ánimo, levantándome de la cama.
— si madre, estaré lista— asintió viéndome por algunos segundos y salió de mis aposentos.
Suspire, por qué sabía que ese tal banquete en mi honor como lo decía mi madre o el rey Alev era solo el inicio para que compitieron nuevamente entre sí los mejores caballeros en las justas para obtener mi mano y la aprobación de los reyes de Adenel.
Y entendí que es tradición, ya que mamá y todas las mujeres de la familia han pasado por lo mismo, compiten y el ganador tendrá el gran honor de desposar a la princesa.
Sigo sin quererlo, pero aunque siga oponiéndome, el rey Alev hoy ya ha tomado la decisión para el resto de mi vida; suspiro viendo por la astillera de mi dormitorio cuando escucho las puertas abrirse nuevamente y son las doncellas.
Preparan la tina de baño, mientras una de ellas me ayuda a quitarme el vestido, al entrar a la tina me doy un baño rápido impidiendo que las doncellas me bañaran, nunca me ha gustado, pero al decirles "NO", las metería en un gran problema con mi madre, al salir seque mi cuerpo y me ayudaron a ponerme el vestido de gala para esta tarde.
Era inmenso y demasiado pesado, ataron mi corsé ajustándolo con fuerza hasta prácticamente dejarme sin aliento y lo hacían por pedido de mi madre, ya que una princesa, como ella siempre me decía, debía lucir una diminuta cintura.
Sigo sin entender el porqué de tan gran sacrificio, aguantar el dolor, el aliento, el hambre y el no poder sentarte correctamente, solo para que un caballero se fije en ti y te despose solo por acuerdos y te llene de hijos.
Bajo las inmensas escaleras con toda cautela, ya que el vestido me impide verme los pies o el suelo, al bajar el último peldaño una mano sujeta la mía dejando un beso en mi dorso.
Al verlo hago reverencia, ya que mamá me está observando a distancia.
— bello día, princesa Athena — asentí retirando mi mano de la de él– puedo asegurarle, que hoy tendré su mano.
— bello día, caballero...— me quede en silencio al no saber su nombre.
— Besimir de Isemfort— asentí forzando mi mejor sonrisa.
Y al no tener más que decir, volví a hacer una pequeña reverencia y salí del salón hasta entrar a la sala donde estaba mi madre reunida con tres mujeres.
Me senté a su lado, era muy cansado, ya que tenía que mantener una postura para que no me lastimara e hiciera heridas dolorosas en mi vientre.
Cuando termino la pequeña reunión, caminamos a la salida, subimos a los carruajes para ir al coliseo, mi pulso era acelerado, porque en esta noche anunciaría mi padre después de todo al ganador y aunque no quisiera sería mi futuro esposo.
Al bajar caminamos a los palcos teniendo una vista panorámica del lugar, me senté al lado de mi padre y al otro extremo estaba mi madre.
Tocaron las trompetas anunciando el primer combate de las justas, dieron los nombres de los caballeros y dieron el inicio, paso el tiempo viendo combate tras combate hasta que el ganador inevitable de las justas era Besimir, el príncipe de Isemfort.
Al llegar al castillo el banquete estaba listo y solo vi a las personas comer, ya que mis nervios y este corsé me lo impedian, hasta que mi padre se levantó del trono y el bullicio que había en el gran salón se disipó muy rápido.
Alzó su copa viendo una gran sonrisa en su rostro — tengo el gran honor de anunciarles la unión de mi hija, la princesa Athena y el príncipe Besimir, el caballero y príncipe de Isemfort.
Las personas aplaudían con alegría, mi madre me vio y prácticamente entendí lo que quería decirme, me levante y al bajar el primer escalón la mano del príncipe Besimir aguardaba por mí.
Hice una pequeña reverencia ante su presencia, él solo me vio fijamente, tomo con fuerza mi brazo y me llevo a su lado acercándonos con mi padre quien solo tomo nuestras manos alzandolas frente a todos y siendo el comienzo de la verbena por el próximo casamiento e inicio a una horrible vida junto a él.
...Besimir príncipe de Isemfort...
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Comments
Yeli Martinez
a mi si me gusta, es fuerte 💪 un poco amargado
2024-10-21
2
🌷Liz PG🌺🌺💛
La belleza es relativa y no, no es feo, pero sus facciones son duras, tiene cara de enojo, de malo
2024-10-04
2
🌷Liz PG🌺🌺💛
Qué sorpresita le tendrán 🤔❓❓
2024-10-04
1