CAPÍTULO 16

Sintiendo un fuerte dolor de cabeza, Somnus decidió tomar una pequeña siesta para descansar un rato y reponerse de la preocupación que tuvo por pensar que su tío había muerto. Más que un tío o padre, Elwin era, como su hermano, su otra mitad, el que por mucho tiempo había sido la adoración de un pequeño príncipe huérfano quien se enfrentaba a tan corta edad a las intrigas por sacarlo del trono.

Fue así que su alma, siendo transportada al mundo de los sueños, en aquella corta siesta, se encontró rememorando el día en que por ley, al ser el único heredero del anterior monarca, debía recibir el título de príncipe heredero; sin embargo, fue ese mismo día en que había visto una cara no pensada de su tío.

—Perro—dijo Elwin—¿Cómo te atreves a tocar a mi sobrino?

En aquel sueño, pudo ver a su tío, un chico mayor que el si a lo mucho siete años, acuchillando varias veces a un asesino con una daga endemoniada, cuyo veneno podría enseguida la carne de su víctima.

—¿Quién te envío?—preguntó un joven Elwin—¡Dime!

No obstante, el asesino, quien segundos antes había entrado a la habitación en la cual dormía el futuro rey Somnus, clavó más profundo la daga, provocando su muerte. Si no fuera por un error de cálculo, donde la presencia del hermano del difunto rey no se le había confirmado en aquella misión, ya hubiera asesinado al entonces príncipe.

—¿Tío?—preguntó Somnus.

—Tranquilo—respondió su tío—aunque yo no haya nacido con magia, le prometí a mi hermano cuidarte y eso haré.

Somnus, aunque en ese momento era un niño, pudo ver como su tío, quién también era un niño, intentaba ocultar su miedo. Por más que fuera precavido, seguía siendo solo un niño indefenso, quién le tocó madurar antes de tiempo para proteger a un huérfano.

—Lo siento, tío—dijo el rey al despertar de su sueño—lo siento por quitarte tu propia vida para yo seguir viviendo...

Aquellas palabras desaparecieron en un leve pero amargo susurro, mientras limpiaba lágrimas rebeldes que torturaban su ya dolida alma. Volteando su mirada a donde antes estaba sentada Abril, la recordó con una sonrisa.

—Si tan solo mi esposa supiera mi secreto—volvió a decir en un susurro—¿Me pudiera aceptar como Abril acepta a mi tío?

Con una leve carcajada, el rey negó mientras se levantaba del sofá. Aquello no sería posible, por más que Erin supiera su secreto, ella lo odiaba y estaba dispuesta a todo con tal de divorciarse de él.

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Mientras tanto, luego de analizar el cuerpo de Genevieve, Erin quedó sola en su despacho mientras esperaba la llegada de Abril a su consultorio.

No obstante, aquella eterna espera se le estaba haciendo mas agobiante que su estancia en el palacio real. De tan solo recordar aquellos horrorosos momentos que vivió al lado de la primera esposa de Somnus, hizo que tirara todos los documentos de su escritorio.

—¡¿Cómo se atreve esa retrasada a exigir lo que es mío?!—preguntó recordando Abril.

Envidiaba el mero hecho de que ella hubiera sido la salvadora de Elwin, envidiaba el hecho de que una mujer como ella, pese a ser tan horrenda, pudiera pedir de manera descarada el estar con un hombre.

—Ella debía haber sido yo—dijo entre dientes—¿Por qué cuando quiero estar con Elwin, aparece algo que me lo impide?

Mientras respiraba con profundidad, intentando calmarse un poco, un resplandor carmesí apareció en su espejo de cuerpo completo.

—¿y esto?—preguntó mientras se acercaba al espejo.

Una vez cerca, se detuvo al ver la imagen de una mujer completamente vendada, lo que se le hacía difícil el tan solo intentar reconocer quién era.

—¿Quién eres?—preguntó Erin estática del miedo.

—La solución a todos sus problemas, mi reina—respondió la mujer vendada—la única que puede hacer que obtenga a Elwin.

—¿Por qué debo creerle a una bruja desconocida en mi espejo?—volvió a cuestionar.

No sabía cómo hacía aquella mujer pero, a medida que el miedo en ella incrementaba, su cuerpo se quedaba petrificado cada vez más.

—Porque si lo hace, no solo haré que se deshaga de su esposo—habló la desconocida con una sonrisa—sino también de Abril...¿Qué pasaría sí, luego de morir, la segunda esposa del fallecido rey Somnus, embarazada, se quedara sola?

De inmediato los ojos de Erin se abrieron con gran sorpresa, aquello era posible, ya que por ley, si Somnus deja a un solo heredero, entonces la madre de este próximo rey puede desposarse con algún pariente cercano del monarca fallecido.

—Si te escucho y hago lo que quieres—le respondió Erin—¿Qué quieres a cambio?

—Que me entregues a Abril—le dijo la mujer.

Tras varios minutos dentro de su despacho, luego de ser informada que por fin aquella horrenda mujer había llegado a su consultorio, Erin se arregló un poco frente al espejo, luego de que aquella misteriosa mujer se fuera, y salió para atender a la salvadora del tío del rey.

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Comments

Amikela

Amikela

Y ahora que nueva bruja será esa que anaconda nueva salió de su huevo a tirar veneno/Facepalm//Grimace/qué locura quien más le vio la 3 pierna a Elwin, no hay más hombres, cuantas mujeres tiene el rey sommus y esa reina que se quede quita, que sop'a/CoolGuy/

2024-03-11

7

Laura Barrios

Laura Barrios

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2024-03-11

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