Mientras el infierno estaba desatándose en el palacio imperial, y tanto Gladiolus como Genevieve se dirigían al barco donde estaba su hija, Abril seguía escondiéndose avergonzada.
Suspirando muy cansado por la situación, no tuvo de otra más que aceptar que debía ir con calma para no agobiar tanto a Abril con contarle acerca de su historia. Por lo que, luego de que un camarero dejara una charola con comida para ellos, se dispuso a comer mientras la observaba alimentarse aún escondida bajo la sabana.
—No...no lo haré—respondió Abril en un susurro.
—¿Dijiste algo?—preguntó confundido.
—No, solo estaba pensando—le mintió—solo... estaba pensando.
Mordiéndose los labios, ansioso por poder hacer que al menos ella fuera lo más directa posible con él, no tuvo de otra más que recurrir a métodos no tan ortodoxos. Por lo que, una vez terminaron de comer, Elwin se excusó con ir al baño para poder asearse.
—¿Elwin?—preguntó al sentir que estaba sola.
En efecto, su príncipe había entrado en el baño de su camarote; sin embargo, este había dejado la puerta abierta. Con la cara roja, se levantó con cuidado intentando ver si él ya estaba desnudo. El pensar como el agua pudiera correr por su cuerpo, al igual que la noche anterior, extrañamente la había animado.
No obstante, cuál fue su sorpresa al escuchar la voz de Elwin tras de ella, provocando que esta saltara y golpeara con su cabeza la barbida del hombre. Elwin tuvo que arrodillarse aguantando el dolor, ya que se había mordido la lengua.
—¡Perdón!—se excusó—¡Quería ver a mi príncipe desnudo y me asustó!
—No, tranquila—respondió intentando contener un poco la rojez en su cara—je...je...je
—¿Está bien?—preguntó preocupada.
—Abril sigue siendo mi pequeña torpe—respondió con una sonrisa mirándola—no importa que rostro tengas, sigues siendo tú...
Sin saber la confesión involuntaria que había hecho, Abril empezó a llorar mientras Elwin la observaba desde abajo, contemplando, en efecto, el rostro quemado de la chica.
—¿No le doy asco?—preguntó hecha un mar de lágrimas—ya no soy bonita como antes.
—¿No te di asco mientras me sanabas?—preguntó con una sonrisa—una persona puede ser la más bella del mundo, pero si su corazón es feo, le dará asco cuidar de alguien casi muerto como lo hiciste tú.
—¡Elwin no es feo!—respondió con seguridad—¡Elwin será el papá de 18 bebés muy hermosos!
"¿Cómo es que de 12 la cuenta llegó 18?"
Se preguntó mentalmente mientras negaba con la cabeza, aunque era cierto lo que había dicho. De hecho, recordando aquello, hacía unos años atrás, muchas de las mujeres casaderas decidieron darle la espalda nada más porque, pese a la riqueza que traía su puesto, solo había aceptado vivir en una casa normal y con su propio sueldo.
—Abril, yo no soy nadie especial—respondió sinceramente—ni siquiera tengo una mansión tan grande como el emperador o mi sobrino. Nací sin magia, por lo que mis padres decidieron no heredarme nada. Se puede decir que soy un hombre de poca monta donde vivo... pero tú, ¡Sobreviviste tu sola viviendo en esas condiciones! ¡Me cuidaste aun cuando podían matarte! Eres especial, tu sí eres especial.
—Entonces...—dijo haciendo un puchero con su boca—¿Elwin me querrá aunque sea fea?
—Sí, así es—respondió con una sonrisa.
—¿Elwin no me dejará sola?—volvió a preguntar.
—¡Te lo prometo!—le juró aún arrodillado frente a ella.
—¿Elwin me hará su esposa y me dará 20 hijos?—preguntó emocionada.
Levantándose para abrazarla y así consolarla mejor, se terminó cayendo al escuchar aquella pregunta. A este paso, si de verdad Abril conseguía lo que quería, y seguía aumentando los bebés, se gastaría todos sus ahorros de la jubilación, criando a dos docenas de minis Abril.
Pensar en aquello le erizó un poco la piel, si ya Abril era como era, tener a sus hijos sería estar siendo perseguido de arriba a abajo y ni siquiera podía tomarse su tiempo para pescar, que era su pasatiempo favorito. Sabiendo que aquello igual sería imposible, puesto que él no podría casarse con ella, la dejó ser, al menos para que quitara su cara triste.
—¿No te gustaría mejor un perrito?—le preguntó mientras la abrazaba.
—¡Un perrito y 20 bebés!—volvió a afirmar—¡Y el perrito tendrá su propia cenicienta y 20 bebés también!
Colocando la cara de abril en su pecho, comenzó a abrazarla mientras le acariciaba el cabello; sin embargo, Abril podía ver a sus espaldas el reflejo de su rostro, viendo como uno de sus ojos estaba negro, como si de carbón se tratara. Temblando un poco, desvió la mirada, no quería pensar en aquello.
—¡Capitán!—tocó la puerta su primer oficial—¡Su majestad se encuentra en la radio!
—Pequeña Abril—respondió separándose—¿Serás buena niña y me esperarás?
—¡Lo esperaré, incluso si Elwin se convierte en un abuelito!—gritó mientras lo veía salir.
Una vez Elwin cerró la puerta del camarote, casi termina golpeándose con una de las paredes del pasillo, provocando que su primer oficial se sorprendiera por la torpeza de su superior.
—¿Se encuentra bien?—cuestionó el hombre—Lo veo muy rojo...¿Tiene fiebre? ¿Quiere que pida medicinas en la enfermería?
—No—respondió mientras se dirigía a la sala de comunicaciones—vamos.
Una vez quedó sola, Abril quiso ignorar aquel espejo; sin embargo, como si su reflejo fuera una segunda Abril, este comenzó a reírse mientras veía el pánico en su rostro.
—¡Cállate ya!—suplicó tapándose las orejas—¡Eres mala! ¡Muy mala!
—¿Y yo qué he dicho?—respondió la yo de su reflejo—en todo caso, si es así, entonces la mala en realidad eres tú.
—No....yo no soy mala—refutó temblando—Elwin me dijo que soy especial.
—Patético—dijo antes de desaparecer del espejo—¿Si sabes que él solo te quiere por lástima? ¿Si sabes que él solo te mantiene a su lado para usarte?
—Elwin es bueno, Elwin me quiere—dijo autoconvenciéndose—Elwin no me haría daño... el no me dejaría solita.
Negando firmemente, Abril se escondió en una esquina, tras una mesa de noche, mientras tenía el rostro oculto entre sus rodillas. No quería creer lo que había escuchado, no quería creer que su príncipe solo la quería para usarla, quería creer que con él tendría un final como el cuento de la Cenicienta. No quería pensar mal de lo único bueno que se había cruzado en su patética existencia.
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Comments
KAMELIA
😂😂😂Que obsecion la de ella con tantos bebés jajaja, pobre de elwin con esa tarea 😂😂lo va a dejar escurrido jajajaja
2024-06-20
3
KAMELIA
Jajaja que directa😂😂😂
2024-06-20
1
aline ramos duran
no se en que época se desarrolla la historia, se habla de telegrama, balas y radio, pero también de magia 🤷♀️
2024-04-16
0