Capítulo 11

Dean

Me concentro en mi portátil hasta que vuelve, y en un plato veo gofres y plátano flameado, y un cupcake bien decorado que se ve apetitoso.

- ¿Ese cupcake, cuál es el sabor? - preguntó.

- Es de pasta Blue Velvet relleno de mermelada de arándano y cobertura de crema de mantequilla batido con moras frescas.

- ¡Perfecto! ¿Puedes hacerme compañía?

- ¡Si me necesitas, sí! - responde,

desinteresada.

- Puedes estar tranquila, solamente voy a estar aquí hoy. Tengo un viaje que hacer mañana y vuelvo para Navidad, por eso quiero pasar un tiempo contigo.

- ¡No quiero ser controlada por ti todo el tiempo!

— Así que no intentes huir de mí todo el tiempo. Sé que este matrimonio no es el tipo de tus sueños porque sé que no tienes sentimientos por mí. Pero tendrás que dejar de ser terca.

— ¿Quieres decir que tengo que abrir mi corazón al hombre que me sacó de mi casa en su hombro y me está obligando a casarme con él sin amor? Y aun así entregarme a él en la noche de bodas como si estuviéramos predestinados el uno al otro, ¿es eso?

- Si digo que sí, pensarás que soy un loco, entonces diré que hay cosas que, por más que comiencen de formas turbulentas, al final funcionan.

— ¿Sabe el nombre que se le da a una persona que se enamora de su secuestrador? ¡Síndrome de Estocolmo! Nunca será amor de verdad... Solo un sentimiento de dependencia emocional.

— Usted. Puede volver a sus funciones. Necesito hacer una llamada ahora. - Ella se levanta y se va, yo me quedo allí intentando pensar en algo que me ayude a hacer que se enamore de mí. No quiero perderla.

Unos minutos después, Anthony y Mayra entran en la zona VIP acompañados por Hazel.

- Señor Evil, sus amigos están aquí.

- ¿Qué quieren? ¡Pensé que se quedarían en la oficina, ya que estoy aquí!

- ¿Es por ella que compró esto aquí? ¡Mira... sexy viste! Yo cogería. - Mayra bromea.

- ¿Estás tratando de irritarme? ¡Porque lo estás haciendo! Quita tus ojos de mi mujer. - Me quejo y ella se ríe.

— Conmigo puedes estar tranquilo. Ella no es mi tipo. Tendría que agacharme para besarla y mi columna insiste en que tiene noventa años en lugar de mi edad. - Anthony levanta los brazos en señal de rendición.

- ¡Yo debo ser una broma para ustedes! - ellos me miran y tiran el plato de baffles para ellos - ¡Eso es mío! Pidan uno para ustedes.

- El tuyo es más sabroso. De hecho, es delicioso. - muerde un pedazo, voltea los ojos y gime de satisfacción.

- ¡Verdad! ¡Es fresco y delicioso! - Anthony completa mordiendo el otro.

Ellos comen todo y cuando piensan en coger mi cupcake, yo lo tiro para lejos.

- ¡Pidan algo para ustedes!

— ¡Egoísta! - Mayra finge tristeza.

— Para que lo sepas, resolví todos los cabos sueltos de los dos clubes que fueron atacados. Todo está bien allí y el retiro estará listo a tiempo para el año nuevo. - Anthony me avisa.

— ¡Bien! ¿Asististe a todos los que fueron víctimas de este incidente? — Él sacude la cabeza, que si, y solo ahora estoy viendo que ellos están comiendo mi cupcake — ¿Cómo ustedes? ¡Salgan ahora! — Me levanto y golpeo la mesa y ellos salen riendo.

Resulta que no comí nada de lo que Hazel me trajo y me quedé con el café. Afuera en el salón del café, Hazel habla con Lindsay, yo solo escucho.

- No me acosté con él, Lind... y no quiero.

— Amiga, él es una puta de un bombón. Mira su altura. ¿Y la anchura de los hombros? Amiga, te cogerá en brazos con tanta facilidad... Te va a hacer delirar.

— No me estás ayudando. ¿Cómo voy a decirle el tamaño de la...? - Ella respira profundamente, recordando la escena, antes de continuar - La verdad es que no solo sé, cómo tomé el membrillo de él e incluso con las dos manos en él todavía quedó una parte libre.

— Con todo ese mal camino en el área VIP, es difícil concentrarse en el trabajo. Amiga, deja de ser tonta y disfruta del hombre guapo que la vida te ha dado.

Sé que no fue como lo soñaste, pero mira lo que tienes.

Ella no reaccionará bien si la obligo a entregarse a mí, y no quiero que sea malo para ella su primera vez. Intento distraerla y ponerla en el trabajo, ya al final del día ella entra.

- ¿Estás aquí todo el día, quieres algo de comer o de beber?

— ¡Sí! Usted preferiblemente... Pero me conformo con otro café, por ahora. - La observo tragar en seco y su cuerpo reacciona a lo que dije y por un segundo pienso:

- ¿Será que es una señal de que ella está empezando a interesarse? - Mi pensamiento quiere creer que sí.

Ella trae el café y se me acerca para ponerlo en la mesa y yo le sujeto la muñeca, que me mira y me pregunta:

- Tú. ¿Necesitas algo más?

- Necesito un beso de tu parte para que mi día mejore. Bésame, Hazel.

- Dean... necesito... - Miro tus labios carnosos, pero espero tu iniciativa -Harás que me arrepienta.

Hazel me besa, y yo la jalo y aprieto, empujo mi erección desesperadamente contra ella, lo hago con tanta voluntad, que poco después la siento derramarse en un orgasmö. Ella gime contra mis labios, y yo también desesperado cuando simplemente se burla casi sin tocarla, como un maldito adolescente.

Hazel intenta salir de mi regazo, pero yo la sostengo un poco más allá sin creer lo que acaba de suceder. Susurró en su oído, haciendo que su cuello y nuca se estremezcan.

- Volverá a pasar y no tendrás ropa para que no podamos sentir el calor de nuestra piel.

- ¿Qué me pasa?? - Me pregunta eso y se va.

Miro hacia otro lado y veo una puerta, debe ser el baño. Voy allí y me bajo los pantalones para ver que todo está manchado, ella se las arregló para hacerme gozar solo frotándose en mí.

Cada vez me da más ganas de quitarte la virginidad y tenerla para mí. Tomo una toalla de papel y la limpio lo más que puedo. Ver eso y saber que fue ella la que lo hizo me pone ansioso por ir a casa y ver qué pasa, pero estoy seguro de que dentro de ella todavía no voy a poder estar.

- ¿Qué me depara hoy? - Pregunto en voz alta.

El horario de oficina termina y ella se despide de sus amigos, incluso a regañadientes ella termina entrando en mi coche y yo doy marcha siguiendo para casa. Cuando llegamos a la puerta de la mansión, paro el coche y la miro.

- ¡Hazel, voy a pasar la noche fuera!

- Ok. ¡Cuídate! —ella responde desinteresada.

— ¿Eso es todo lo que vas a decir? ¿Sabes por qué voy a pasar la noche fuera? — Ella solo me mira— ¡Para no caer en la tentación de entrar en su habitación y follarte! Puedes estar seguro de que ese autocontrol se irá después de la boda.

Me meto en el coche hasta cerca de la mansión, luego salgo del coche y voy directo a mi habitación, me baño, me visto y me voy. Si me quedo en casa, haré el amor con ella, lo quiera o no. Necesito estar lejos de ella esta noche.

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