Capítulo 9

Contenido explícito, leer bajo su responsabilidad

Dean

Ella todavía está aquí y estoy tratando de mantener mi enfoque para no hacer lo que tanto quiero hasta que ella da golpecitos en mi hombro para llamar mi atención.

¿Me has oído? - Ella se acerca, se interpone entre el saco de arena y yo, sin importar el riesgo. - Quiero al menos volver a trabajar.

— ¡No lo necesitas! ¡Te voy a dar una tarjeta sin límites y una cuenta bancaria con tantos dígitos que necesitarías reencarnar unas cuatro veces para gastar! —Acabo de hablar, viendo a la morena voltear los ojos y resoplar irritada.

— No quiero tu dinero. —Mírame a los ojos — Eres un imbécil. ¿Cómo puedes obligar a una mujer a vivir contigo cuando está claro que te odia?

— ¡Aprenderás a sentir algo por mí! Después de la boda, cuando estés acostada en nuestra cama con mi lengua jugando con tu intimidad, gemirás —hablo hacia ella lentamente - me rogarás que entre en ti y gemirás mi nombre.

Ella intenta darme una bofetada en la cara, pero yo tomo su mano y terminamos cayendo al suelo juntos.

No puedo creer que... - se pone roja - ¿Puedes, por favor, controlar a tu amiguito en sus pantalones? ¡Él está queriendo entrar donde yo no lo quiero!

— ¡Va, cariño, pronto lo hará! Y te va a gustar. Le va a gustar tanto que me va a pedir que vaya más profundo en usted. - Ella me mira y me traga en seco mientras empujo mi miembro por encima de su ropa en su intimidad - ¿Te sientes?

Ella mira a mis ojos yo no resisto y la beso, al principio ella se resiste un poco, pero yo aprieto su cuerpo en el mío y ella para. Yo paro el beso, que solo sirvió para aumentar mi deseo en ella y con mi frente apoyada en la suya respiro lentamente.

Cierra la puerta esta noche, voy a beber y no quiero apresurar las cosas contigo.

Salgo de encima de ella que dispara corriendo hacia la puerta y voy al baño del gimnasio y cierro la puerta. Enciendo la ducha y empiezo a tocarme y pensar en lo que acaba de suceder, cada vez que aumento o disminuyo el ritmo pienso en mi miembro entrando en ella.

La sensación que eso traería a mi cuerpo, goza todavía queriendo su cuerpo en el mío y mi membresía en su intimidad suave, apretada y caliente.

No me resisto y toco una vez más, después de que me corro nuevamente paro y dejo que el agua se lleve lo que debía estar dentro de ella en ese momento.

Vuelvo a mi habitación y bebo, bebo, tengo dos botellas de vodka, una de whisky y media botella de brandy y me lo he bebido todo. Yo ya estaba más que borracho cuando fui a parar a la puerta de su cuarto, yo intenté entrar, pero estaba cerrada, ella hizo lo que le pedí... inteligente.

— ¿Hazel? ¡Abre esa maldita puerta! Eres mía y te quiero. Ábrela. — golpeé frenéticamente la puerta, y fui totalmente ignorado, insistí bastante hasta oír su voz del otro lado.

¡Tienes que estar bromeando! No voy a abrir. Me advertiste que ibas a beber y que debería cerrar la puerta.

— ¡No quería hacer esto, pero me obligas! - Golpeó la puerta, pero solo abollé un poco la madera - Te prometo que no te tocaré. Abre la puerta... tengo una propuesta para ti, si lo haces, te dejaré volver a trabajar.

Se tarda un poco, pero se abre y dice:

¡Si intentas violarme, te juro que te corto la polla! - Entró y cierro la puerta - ¿Qué quieres proponerme?

—¡Quiero que me toques! —Te pido casi

desesperado —Quiero que toques uno para mí.

Eso... ¿Es broma? ¡Debe ser! —ella me mira incrédula.

Si me tocas... me tocas una, te dejo trabajar. Con dos guardias a tu lado. Solo necesito sentir tu tacto.

¿Si amanece y no cumples tu palabra? - Tu desconfianza predomina, Hazel parece pensar. - ¿Me lo dices?

— Usted entenderá tarde o temprano que yo cumplo con lo que prometo. Está en sus manos ahora. Puedo estar borracho, pero sé lo que digo.

Veo que ella está mirando a mi miembro y me quito la toalla, quedando totalmente desnudo para ella.

— ¡Mi cuerpo solo quiere tu toque, Hazel! — Camino hacia ella, que todavía me mira con duda, pero cuando sus manos tocan mi miembro, mi cuerpo tiembla en respuesta.

Sus manos son suaves y cálidas, ella comienza el movimiento y me sorprendió.

¿Cómo sabes qué hacer? - preguntó curioso.

Mi último novio... entendía el hecho de que no estaba preparada para tener sexo con él, así que me pedía que lo masturbara y se alegraba.

— Es mejor que nunca sepa quién es el infeliz. Soy capaz de matarlo. - Ella aumenta el ritmo y yo se corre en sus manos. En el momento en que gozö seguro los hombros de ella y la tiró hacia mí con un gemido fuerte, fue tan bueno lo que sentí que terminé besándola. — ¿Puedo recompensarte?

¿Qué quieres hacer? ¡Oye, suéltame! ¿Qué estás haciendo? — Intenta salirse de mis manos inútilmente.

Tiro a Hazel a la cama y tiro de su pieza íntima hacia un lado, pegando mis labios allí. Chupo, doy lamidas y muerdo toda su intimidad hasta que siento que se estremece y se burla de mí.

Luego me levanto, y solo cuando estoy cerca de la salida, la miro de nuevo.

Eres dulce como la miel... deliciosa. Mañana, en el desayuno, hablamos de tu trabajo.

Entro a mi habitación satisfecho, bueno, casi, ya que no era solamente mi lengua lo que quería poner dentro de ella, pero ya era difícil probarlo, y ahora tengo que dejarla ir a trabajar.