oportunidades

Ahí estaba yo Ava Jones la chica que siempre espero a nunca enamorarse de nuevo besando al capataz y al hijo del ama de llaves. Estaba feliz porque él me correspondía, y si está mal, pero nada de eso importa en este momento. Lo único en lo que puedo pensar es en Benjamín besando una y otra vez mis labios, era como si hubiéramos sido hechos el uno para el otro, estábamos en completa sincronía, mi cuerpo, mis labios, pedían más de él, quiero que él me tomé en medio de este gimnasio. Quiero gritar una y otra vez su nombre, quiero arañar le la espalda y gemir por más.

Nos miramos a los ojos luego de haber terminado el beso.

—esto es un error Jones.

—no, no lo es Benjamín. Te quiero, me gustas y solo quiero que estés a mi lado y me correspondas.

—¡no!, no puedo hacer eso Ava.

—¿por qué?, ¿es por qué tienes novia?—le miro esperando a que niegue lo que dije, porque sé que me dolerá.

—no, tengo novia. Pero tampoco quiero tenerla, mis planes son claros, quiero estar solo y no necesito a nadie conmigo.

él se termina de poner de pie y me extiende la mano para levantarme, la cual rechazo al instante.

—puedo yo sola, no necesito tu ayuda.—estoy furiosa. —y sabes que tienes razón, no se cómo pude pensar en estar contigo solo mírate, estás jodido Benjamín eres un bastardo, narcisista y amargado.

—si, y justamente por eso es que te quiero lejos de mí, yo no fui hecho para amar. Porque todo lo que toco lo rompo, así que será mejor irnos y cada quien tomar distancia. No permitas que esto vuelva a pasar Ava.

—¿o sea que tú lo empiezas y yo debo ser quien te detenga?

— si, así es. Te estoy pidiendo mucho, pero eso es porque todo esto está mal, tú no me conoces así que será mejor que todo siga igual, antes de que se salga de control.

—bien, a partir de ahora no tienes permitido llamarme ratoncita, mi nombre es Ava Jones.

Tomo mis cosas y salgo de ese lugar, no quiero estar ni un minuto más con él, porque le quiero como una idiota y porque soy capaz de hacer todo con tal de estar con el, sin importar el humillarme, tengo suficiente amor propio para entender cuando algo no se puede.

Todo el trayecto fue incómodo, llegamos a la villa y ninguno de los dos cruzó palabras. Ambos salimos del auto y cada quien tomo su camino.

La cena la tomé en mi alcoba no tenía ganas de salir porque lo que menos quería era toparme con Benjamín.

Tomé mi teléfono y entre a mis redes sociales. Vi las publicaciones de mis padres cerrando el trato con los Wilde, bufé al recordar que pronto me desposaría Maxwell Wilde, no puedo y no quiero estar con él.

Debería tomar un viaje a Estados Unidos para resolver todo o al menos encontrar otro esposo uno que si le agrade a mis padres.

En ese momento mi foco se encendió Jeremiah Miller era la mejor opción, tanto mi madre como mi padre le querían.

No lo dude dos veces, marque y al instante fui atendida.

—jere, soy Ava. Crees que podamos hablar, necesito contarte algo.

—claro que si pequeña, pero en este momento me encuentro en Roma.

—bien entonces te veré mañana, tomaré hoy mismo un Viaje a Roma y te veré en el mejor restaurante de la ciudad.

—esta bien pequeña.

Tomé una maleta pequeña y guardé varios conjuntos de ropa y lencería. Sé que está mal arrojarme a los brazos de alguien más, pero bien dicen que un clavo saca a otro clavo.

Baje las escaleras y me encontré con la sorpresa de mi vida, tanto mis padres como los Wilde estaban ahí.

—¿ma-má?, ¿pa-pá?—estaba anonadada.

—hija, queríamos verte porque necesitamos hablar contigo, pero veo que llevas una maleta, ¿es que acaso pensabas huir?.

—yo... Yo... Me voy padres, Jeremiah me está esperando en Roma.

—ambos me miran como si estuviera loca. No dicen nada hasta que Maxwell habla.

—¿jeremiah Miller?

—¿es que acaso hay otro? —Digo rondando los ojos.

—tu no irás a ningún lado señorita, no hasta explicarnos porque tienes una maleta y porque jere te espera en Roma.

—mama, jere y yo somos novios, el está en una competencia y es por eso que mi deber es apoyarle.

—crei que Miller solamente era un modelo, muerto de hambre—dice Maxwell

—será mejor que te calles, que al que menos quiero escuchar es a ti Wilde.

—no tengo tiempo para lidiar con ustedes, prometo que luego hablaremos de esto, pero lo que más me importa ahora es ir con jeremiah.

Salgo con mi maleta y tomo el auto para ir hasta el aeropuerto de Florencia.

Después de abordar y tomar asiento en el avión, me colocó los audífonos a todo volumen.

Alguien con suéter negro sube y se sienta a mi lado, lo ignoró, ya que por el momento solo pienso en una cosa y esa es decirle a jeremiah Miller que le doy una oportunidad.

estoy exsausta así que no tardo en cerrar los ojos y dormirme, la azafata me levanta más tarde y veo que alguien me ha cubierto con una manta.

La azafata solo se acercó para decirme que pronto aterrizaremos a Roma. Me pongo el cinturón y trato de no volver a dormirme.

Veo que el hombre a mi lado se ha retirado así que veo hacia la ventana, pienso en que es lo que le diré a jeremiah. Y trato de buscar como dejarles en claro a mis padres que no me casare con Maxwell Wilde.

Estoy a punto de cometer probablemente el peor error de mi vida, pero que importa todos en la vida merecemos tener oportunidades.

Benjamín perdió su oportunidad cuando me dejó en claro que lo nuestro no podría ser y la única manera para terminar con todo esto es estando con alguien que realmente me quiera, alguien que si este dispuesto a luchar por mi.

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