un gatito muy celoso

Llegamos a la villa, yo iba delante de Karina y jere. Al llegar fuimos recibidos por Marcella.

—buenos días Marcella, estaremos en la piscina. ¿Podrías prepararnos algo de comer?, no pudimos desayunar nada y todos estamos hambrientos.

—claro que si señorita, en un momento les llevaré todo.

—gracias Marcella, y por favor Marcella.—le llame antes de que ella se alejara, que las demás chicas preparen dos habitaciones para mis invitados.

—asi será señorita.

***

—vaya tu casa si que es preciosa amiga.

—en realidad es de mis padres.

—en ese caso mis más grandes respetos tus padres tiene muy buenos gustos.

—anda vayamos a mi alcoba y quitemos todo esto nos espera un lindo día junto a la piscina.

**

Karina y yo subimos las escaleras y llegamos a mi habitación, ella sacó un traje de baño de dos piezas de su maleta y se cambió en el baño.

Mientras yo tomé uno de mis mejores trajes de baño y me cambié en el clóset.

—¿lista?—le pregunté a Karina.

—yo nací lista bebé.

—ambas nos reímos, —vamos ya quiero ver a jere en traje de baño.

—uuhhhh, parece que mi hermano todavía causa ese efecto en ti.

—mmmm, no sé. — Creo que sí… Todavía me atrae un poco.

—bien espero que eso sea suficiente, muero de ganas de llamarte cuñada.

**

Salimos de la habitación y fuimos hasta la alberca. jere se veía muy lindo con su traje de baño.

—lo siento chicas, se tardaron demasiado así que ya no pude esperarlas más.

—no te preocupes jere,—dije sonriéndole.

****

Pasamos el mejor día junto a la piscina y lo mejor de todo es que ya llevaba un buen rato sin pensar en el gatito gruñón, ya que toda mi atención la tenía jere.

Estaba acostada tomando el Sol, cuando jere se me acercó.

—deberías ponerte un poco de protector solar Ava, o toda tu piel se dañará.

—gracias jere, tienes razón.—¿tú podrías ayudarme con ello?. Le sonreí coquetamente.

—claro que si princesa.

Jeremiah empezó a aplicarme bloqueador en todo mi cuerpo, y vaya que me gustó, sentir sus manos acariciando mi piel, me fascinó. aunque de repente en lugar de ver a jere solamente vi a Benji en su lugar.

La cara me quedo toda roja y no podía dejar de sonreír, estaba acostada con jere aplicándome bloqueador. Cuando el gatito real se acercó.

El carraspeo la garganta y yo levante mi vista.

—aquí está la limonada Ava.

siempre con esa voz tan ácida que me enloquecía. Sin embargo no todos pensaban igual.

—¡¡Oye payaso!!, ¿qué te pasa, es que acaso no sabes que deberías tratarla de usted?, —ella es tu jefa no seas un imbécil.

— ¡¡el único imbécil aquí eres tú!!, —Benjamín estaba molesto.

—¡ya basta, Benjamín!, gracias por traerme la limonada, puedes retirarte.

Benjamín siguió viendo a Jeremiah, podía sentir la tención en el aire, como si en cualquier momento estos dos se pudieran matar. Benjamín le lanzaba a Jeremiah unas miradas asesinas y estaba conteniendo una ganas de golpearlo que claramente no podía ocultar más.

—¡dije que basta, Benjamín!

—bien, tengo cosas más importantes que hacer aquí en la casa, que estar de chacho trayéndote limonada para ti y tus amiguitos.

Se dio media vuelta y se alejó caminando con rumbo hacia la casa.

—oye porque dejas que te hablé así ese cretino.—dijo Jeremiah.—hace falta que le den unos buenos golpes haber si así aprende a tratar bien a sus jefes

— no te preocupes Jeremiah, Benji y yo crecimos juntos, es por eso que siempre nos hablamos así, en el fondo en una buena persona.

—está bien Ava, pero si lo veo pasarse de la raya contigo no dudaré en romperle la cara.

—jejeje, no te preocupes no hará falta, ahora sigamos divirtiéndonos.

Pasamos todo el día en la piscina jugamos juntos, bailamos y venimos limonada. Para el almuerzo Marcella preparo carne asada con especias, la cual estaba deliciosa.

Más tarde los tres pensamos en salir a divertirnos, habíamos planeado ir por unos tragos a alguna discoteca. Así que Karina y yo nos dimos una ducha y nos empezamos a preparar para una noche muy divertida.

******

Benjamín

No puedo creer lo enojado que estaba solamente por pensar en esa odiosa. Toda la mañana había actuado pésimo, tanto que ni mi madre me quería cerca.

Tomasso me había platicado que la odiosa había regresado a la casa con unos amigos, me había dicho que el hombre que la había acompañado, miraba muy raro a Ava.

—¿y me dices esto por...?

—tú sabes muy bien que nuestro deber es cuidar de ella y ese muchacho me da mala espina.

—bien en ese caso iré a la casa a dar un vistazo.

Me fui a la casa, mi madre estaba preparando la comida, así que me pidió llevarle a la odiosa un poco de limonada, ya que todas las demás chicas estaban ocupadas limpiando la casa.

—¡está bien madre!—dije con un ánimo pesimista.

—Benjamín,¿no has pensado en encontrar una novia, hijo?

— no,¿por qué?, ¿acaso quieres que me case y me vaya de aquí?

—no, hijo, pero pienso que una novia tal vez te pueda quitar ese carácter tan ácido que tienes.

Tomé la jarra de limonada y salí de casa, cuando llegue al jardín trasero, me encontré con mi ratoncita, ella estaba acostada en una tumbona de madera y un imbécil le acariciaba todo el cuerpo, los dos hablaban de algo, y a ella parecía encantarle ese idiota, porque sonreía como tonta.

Me enoje tanto que como siempre le hable con mi tono más amargo y molesto.

El imbécil que estaba con ella se puso de pie y me empezó a soltar estupideces. Yo me enojé más de lo que ya estaba que le respondí de la misma manera en la que me hablaba.

Después de ese pequeño enfrentamiento, me quité de ahí, un minuto más y estoy seguro de que le habría roto la cara a ese idiota. Sin embargo me las pagarías ratoncita... Esto no se quedaría así.

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