¡¡¡por fin llegué a Italia!!!

Después de un largo vuelo, por fin estoy en Italia, tomé un taxi que me llevo hasta la villa. El amanecer me sonreía a la cara, fue un vuelo largo y lo que más necesitaba en estos momentos era tomar una siesta. El jetlag me cayó mal ya que había pasado tanto tiempo sin venir a Italia. Y otra cosa que había olvidado es que mi Italiano no era tan bueno.

El taxi me dejó en la entrada, ya que no podía llegar más allá, —lo que me faltaba, una mala decisión si traes tacones de 10 CM de alto. Para llegar a la villa tenía que pasar por un camino de terracería, poco a poco camine y estaba siendo más difícil de lo que pensé traía adolorido los pies y la maleta me resultaba difícil de cargar ya que en cada momento se atoraba.

En el camino tropecé con un imbécil que en lugar de ayudarme, prefirió dejarme tirada. parecía llevar prisa porque pasó corriendo a mi lado y al chocar en lugar de ser un caballero, me dejó ahí.

Mis manos se ensuciaron y se rasparon haciendo que sangraran. imbécil me las pagaría si es que lo volvía a ver.

Al llegar abrí la puerta y fui recibida por el ama de llaves.

—Buongiorno signorina Jones, è bello riaverla nella villa.(Buenos días señora Jones que gusto tenerla de nuevo en la villa)—marcella el ama de llaves me saludo con entusiasmo y alegría.

—Buongiorno signora Marcella.( Buenos días señora Marcella)

—Com'è andato il viaggio, signorina?(¿cómo estuvo el viaje señorita?)

—Bene, grazie per avermelo chiesto a Marcella.( bien, gracias por preguntar Marcella)

—Farà colazione nella sala da pranzo, signorina? (tomará el desayuno en el comedor señorita?)

—Mangio più tardi Marcella, prima voglio riposarmi. (tomaré el desayuno después Marcella, primero quiero descansar)

Me despedí de Marcella y subí las escaleras, llegué hasta la habitación principal y entre, todo estaba ordenado y era igual a como lo recordaba, el mismo papel tapiz en las paredes y la enorme cama con dosel, el balcón con vista a los viñedos. Los recuerdos inundaron mi mente, de pequeña dormía en esta misma habitación, mis padres siempre me dieron la habitación más enorme porque decían que yo era la princesa de la casa.

Y vaya que me lo creí, todo este tiempo crecí sin que nada me faltará, yo era la princesa de mis padres; sin embargo, todo había salido mal y había terminado aquí en Italia, el lugar en donde había crecido de niña.

Caí en un sueño profundo apenas mi cuerpo tocó el colchón, perdí el conocimiento que no desperté hasta la tarde. La cena estaba servida y todos estaban disfrutando alegremente en la cocina. Estaba harta de comer sola así que pensé en ir a cenar con ellos, estaba sentada en la cocina cuando el imbécil que me tiro en la mañana apareció aquí mismo. Que mejor manera de vengarme, la vida me lo había puesto justo donde lo quería.

Ava lamentaba mucho haber terminado ahí, para ella era una desgracia, lo que no sabía era que el destino le daría una oportunidad de redimirse y de volver a creer en el amor, y Florencia sería testigo de un amor fugaz y apasionado.