Los días en celo.

Nana vino, pero no de la forma en como se lo esperan. Me trajo comida desde la ventana con el cual truco de magia no sabía cómo era.

En estos días se volvía rutina, en cuanto a la pregunta del millón ¿qué paso con el Alfa??

Pues ... Digamos que tiene que sobrevivir cazando en el bosque, todos los días me deja "regalos" que apestan a muerto a través de la puerta. Pero se los termina llevando al saber que no recibiré ninguno de ellos.

Me quedé encerrada toda la semana, ya solo faltaba una más para completar y se me hacía una eternidad.

Alguien había golpeado la ventana por accidente con una piedra, era Nana.

Abrí la ventana y mire abajo sonriendo.

Virginia señaló su boca e luego a la bolsa. Esta contenía un enorme bol con tapa que tenía en manos.

Me lanzó la bolsa que por arte de magia atrapé en seguida. Para ser dos pisos de altura, Nana tenía buena puntería así que acertaba en lo que podía.

El lobo me rasguñaba la puerta, obviamente seguro estaba con arañazos. En la madrugada también hacia mi mismo, hasta ya se me hizo rutina escuchar los lloriqueos a través de las enormes puertas.

Puede que haya rasguñado una puerta, pero eran dos a las que rasguñaba.

Seguí comiendo, la comida de hoy era pollo frito y arroz con queso. Por lo menos no era un guiso, eso me agarra acidez estomacal.

"Mira ...te he traído un venado...si quieres te lo regalo, aún sigue vivo así que ...porfavor abreme la puerta..."

Siempre el mismo pretexto, escuchaba todo en mi mente, pero parecía tan incómodo y real que mejor preferiría que quedarme en el baño. El olor a nauseabundo apestaba.

Mire la hora de mi reloj en manos, 2 de la tarde con 17 minutos restantes, comí tan rápido que se moderaba a mi gusto.

La verdad no sabía que hacia Nana para que los lobos no la siguieran, si ella también era hembra, me resultaba extraño que no tuviera lobos rastreando por su cul0.

La brisa llegó a mi cara, el tiempo paso rápido y ya solo quedaba el último día.

Leí el libro otra vez para memorizar mejor y lo que estaba era lo correcto, debía ocultar mi cuerpo y mi "olor de su presencia".

Un baño purificaba toda la esencia el cuerpo, también servía colocar el rocío de algún perfume sobre la piel, más que nada cerca del cuello eso evitaba el olor.

La rutina se me hizo contante, pude sobrevivir gracias al perfume.

Un día más y todo esto ya acababa.

Hoy Nana vendría a la tarde para venir a retirar el tapete con la bolsa, se lo lance y lo atrapó.

Eran las 7 de la tarde, gracias a pura magia estaba leyendo un capítulo de "mates". El perfume de su esencia excitabaa al lobo. La luna era la debilidad más fuerte. Si si ya repetí este capítulo.