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Aitana.~~
Que chiste.
Cómo puede ser que este tipo de bromas sean las que me están ocurriendo.
¡Demonios!.
La maestra me había mandando a la dirección con la excusa de que había echo un "berrinche" dentro de la clase.
La razón por la que me encuentro aquí ahora fue porque en el momento en que maldije una maldición por no haber traído los envases de plástico que me pedían.
Lo necesitábamos para hoy para aprobar la materia.
-¡Yo no lo hice!- bufé.
-¡No me cuestiones señorita Evans!-Replico.
llevando el dorso de mi mano desnuda a mi barbilla pensando en como había sucedido esto situación.
Deberia inventar una escusa para mantener a raya mi postura y largar me de aquí.
La profesora me odia. Lose.
Puede ser y entiendo que ahí personas como mi belleza característicamente extraña.
Pero no por eso tiene que hacerme la vida imposible.
Ni siquiera había podido terminar de comer el almuerzo en la cafetería ya que la vieja chusma había aparecido con la intención de decirme que si no completo los trabajos me desaprobaria.
- Estará sancionada por una semana, se le descontará el sueldo de la beca. Eh tenido muchas quejas últimamente- Vieja hija de put4. Tenía al director a su disposición.
-¡Director porfavor! - Lancé mis brazos hacia la mesa abalanzando me hacia adelante.
- Ahí una forma de salvarte pero...-miro mis p£chos con morb0 para luego mirarme a los ojos- podríamos resolverlo de otra manera... .
estiro su asquerosa mano hacia mi dorso desnudo de mi clavícula.
Por instinto me aleje y lo mire con ojos de enojo.
-¡eh tenido suficiente!- Me cansé suspirando y poniendo una postura firme- Tengo las pruebas necesarias como para que lo juzguen en este momento-. Saque el pendrive de mi pecho mostrandose lo en la cara mientras lo agitaba con la mano-¿Que piensa de mi propuesta?.
Sus ojos se ensancharon. Largo su brazo gordo y espantoso brazo hacia mis manos queriendo quitarme lo que me pertenece.
- También tengo un grabador en mi bolígrafo- sonreí- ¿Puedo irme?-reclame para luego cambiar mis con ojos a unos inyectados en sangre de tanta rabia acumulando por mis cienes.
Me miró con apretando sus dientes, las venas se marcaban en su frente con las líneas exageramente curvadas.
Asintió con la cabeza en afirmación de mi victoria.
Me fui de la dirección victoriosa de la oficina. El pendrive con la grabación servirían de mucho en estás situaciones.
Aunque aún me quedaba con la duda ¿Me expulsará por las semanas que dijo o mucho peor? Quizá mi beca...
En mi mente se me vino los recuerdos a cómo me esforcé cada día constituyendo cada tramo de fibras sobre la maqueta.
O como cuando nos pidio que hiciéramos una escultura con cera.
Mientras caminaba por los pasillos un par de chicas me tiró del cabello.
-¡Auch!-queje.
Mire hacia atrás pero no había nadie, logré visualizar solo un cabello rojizo en la punta del pasillo que se fue corriendo rápidamente por la otra cuadra.
Esa debía ser María, la hija de la profesora de arte.
Aunque habían muchas pelirojas en la escuela.
Solo había una a la que le caía mal.
María.
Esa estúpida pelirroja de mierda.
Seguí caminando recto con la intención de ignorarla y pensar en las maneras de vengarme.
Buscando entre las cosas de mi mochila me di cuenta lo que faltaba.
Mi camara.
¡Mierda y más mierda!.
¡Mi destino no podía ser peor!.
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