Tome unos tragos de agua, no podía con la presión. Me raspaba la garganta de tanto forzar.
Eliot me cargo hasta la cilla, no me gusta no soy una niña. Que puedo hacer...por más que me resista me terminará ganando.
-Te amo como un no tienes idea. ¡Joder te amo! ¡Formas una jodida capa de intensidad que me hace retorcer el estómago con orgullo! -...- perdóname si eh echo algo malo Madeleine. -Silencio profundo- es que yo...te amo.
No le creería nunca, solo me quedé asintiendo con mi cabeza, el podría decir lo que quiera pero ¿volver a confiar?. Al demonio con esas promesas que dijiste hacer en el año pasado.
Los ojos de Eliot se cristalizaron en profundo dolor, lo mire extrañada frunciendo mi ceño. Cómo era posible que llorara y al final y al cabo yo deberia de estar mal.
-no me rechazes...-llora y llora- es que...me duele -. Acercó su cuerpo para besarme, el instinto me ganaba. Corrí tras las escaleras, pero muy tarde cuando lo tenía sosteniendo mis tobillos-.¡Que no me rechaces!.
Ese grito me quedo paralizada, me daba miedo, no quería saber nada de él.
Era posible creerle si muere en este mismo instante tendrá la hermosa posibilidad de mi sangre derramarse por su amor. Es así ...que verdaderamente le creeré.
Mi tobillo se retorcía con dolor. Eliot estaba loco, me sostenía con fuerza bruta, como un animal.
Un animal loco por querer darte la muerte.
Estoy arta, me tiene cansada sus caprichos de amor. En el verdadero amor no se trataría de esto ni incluso la ocasión en la que me encuentro.
Pateé su cara para salir corriendo en dirección frontal, tenía mucho miedo, No estaba lista para ver su cara de enojo.
La fatiga me gano, me derrote sobre la cama por fin recostando mi cuerpo. Era hora de descansar.
¡Aitana!-. El fuerte golpe sobre la puerta- ¡Que me hablas maldita sea!.
No respondí.
-¿Porque ...?-...- ¿Porque no te habres a mi y me abrazas como debes de hacerlo; Porque no me amas?...
Me dió cierta pena escuchar sus enormes sollosos, los escuchaba perfectamente, aturdian mi cabeza dándome malestar.
El amor no se trata de una apuesta o de un ser que tenga que elegir a otra alma para que seas feliz.- Hasta que al fin hablé- Así que será mejor que dejes de luchar, no lo mereces. Eres pura escoria.
Me atreví a decir esas palabras, silencio absoluto había, se sentía la tensión entre nosotros.
- Abreme, no lo diré más - una voz tan hermosa y marginada con palabras vacías sin ningún significado honorífico.
No hable.
No me movi.
Solo me quedé observando esperando el momento para ver qué pasaría.
Y nada, el resultado de toda la tensión fue cuando derribo la puerta en solo utilizando la patada de su fuerza bruta.
-te lo advertí, y no moviste ni un solo musculo -y por las putas penas me daba igual- volverás a quedarte encerrada, espero así comprendas Madeleine.
Quedé con la palabra atorada en la garganta. Lo ví irse a enormes sancadas, me enojaba la idea de compartir habitación con el aún sin tener sentido todo lo que digo.
Solo que en mis pensamientos...suceden los recuerdos que me propone en días antes y ...afecta.
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