Miedos

Sofi se veía de mejor semblante, su sonrisa volvia a su rostro y su energía aumentaba, eso era algo que a Patrick lo hacía sentir aliviado. Aunque aún seguía en pausa el tema de Samuel el chico que se había ido con ella la investigación no iba a ningún lugar. Por otro lado su hermana a veces tenía pesadillas y les habían recomendado llevarla con un terapeuta, algo que aún no hablaban con Sofi.

Ellie también había estado pendiente de su hermana a pesar de tener múltiples ocupaciones en New York, no habían podido hablar a solas nuevamente y eso lo inquietaba.

-¿Qué sucede?-La voz de Sofi lo sacó de sus pensamientos empujaba la silla de ruedas ya que la llevaba de vuelta a su habitación después de un corto paseo.-Estás muy callado. -Patrick sonrió de medio lado.

-Sofi sabes que no soy particularmente hablador.

-Es que no sé, tienes una expresión seria. Si te preocupa tu trabajo deberías irte.

-Aún me quedan tres días de licencia hermanita.

-Lo sé, pero también sé que eres adicto a tu trabajo. -Señalo lo obvio para ella y Patrick abrió la puerta de la habitación.

-Yo manejare eso no te preocupes. -Le dió un beso en su cabeza y la ayudó acostarse.

-Ve a descansar, puedo pasar la noche sola, lo mismo le dije a papá y a mamá.

-¿Segura?-Patrick la interrogó inquieto.

-No necesito niñera. Ve tontito.

Patrick le sonrió y le puso la manta encima, su hermana le aseguraba que estaría bien y el le creía, se le notaba. Si móvil sonó y era Ellie, por un momento su expresión se iluminó, pero frunció el ceño cuando leyó que se estaba despidiendo. Se apresuró en despedirse de su hermana y se dirigió a la salida, Patrick se sintió un golpe en el corazón. No quería que Ellie se fuera y así se lo pidió, pero ella estaba cerrada.

Finalmente se atrevió a decirle que la iba a extrañar eso último se lo dijo de camino a casa de ella, la necesidad de verla era apremiante, así que simplemente al llegar espero la respuesta de ella en dónde le confirmaba que ella también lo extrañaba. Le pidió asomarse por la ventana de su habitación y la saludó, la vio sonreír y morder su labio, pensó que se quedaría ahí toda la noche pero la vio desaparecer y minutos después caminar por el jardín a su encuentro. Lo abrazó con entusiasmo y él la rodeó con sus manos, era tan menuda que sentía que la iba a partir.

-No imaginé que vendrías a mi casa.-Patrick le acarició su cabello rubio y ondulado.

-Ya te dije que te extraño y saber que te vas no ayudó.-Se acercó a ella y besó sus labios color cereza, eran mullidos y provocativos.

Ellie se separó un instante solo para guiarlo a la casa de ella, lo llevó al segundo piso y entro a su habitación, decorada aún con un tema adolescente, lleno de trofeos de piano, medallas, partituras, un lugar que era muy ella y le gustó saber más de su pequeña Ellie. Pero ella parecía tener otro tipo de pensamientos, porque en vez de ponerse a hablar de su decoración, lo besó con soltura y él… Simplemente se derritió ante esa chica rubia, tan femenina y delgada.

Ellie rodeó su cintura con sus piernas y él la ayudó, incluso comenzó a despojarla de su ropa, ella también con sus manos temblorosas le quitó su camisa y la vio repasar sus músculos con sus delgados dedos, no entendía como podía ser tan tierna y sensual. Lo miraba con ardor y añoranza, sentía que sus ojos quemaban y podía entenderla, porque se sentía igual, la añoraba con locura y esa noche se lo demostró, no tenía do sexo con ella, sino que le hizo el amor, le demostró cada uno de sus sentimientos y como sj cuerpo escondía lugares erógenos que la hacían saltar de placer.

Sintió su carne suave y cremosa, era tan blanca, tan delicada que a veces sentía que la quebraría, Ellie lo atraía de tantas formas y era difícil contenerse, afortunadamente ella no quería que fuese despacio y su cuerpo rozaba el de él presuroso. Ellie tenía formas de expresarse y él comenzaba entenderla en ese aspecto, cuando le pedía más o por el contrario que fuese más lento.

Esa noche sus cuerpos y almas se entrelazaron, no habían palabras porque ambos simplemente lo mostraban con su mirada y sus caricias, Ellie lo hacía sentir pleno, esa chiquilla lo sacaba de sus pensamientos a veces oscuros… La vio gemir entre sus brazos hasta llegar al clímax, él mismo lo hizo esa explosión había sido candente. Ambos respiraban con dificultad y ella se aferró a su pecho, él acarició su cabello.

-¿Puedes quedarte conmigo está noche? -Él asintió.

-Me quedaré pequeña. -Le dio un beso en su cabeza.

-¿Sabes? A veces siento miedo. -Él la miró curioso.

-¿Por qué? -Patrick se recostó en su mano para mirarla mejor.

-Porque cada que te extrañe no vas a estar ahí…-Patrick se sonrió.

-Quizás no, pero haré lo posible para llegar.

Ellie se sonrió y con ternura buscó los labios de Patrick, nuevamente sus cuerpos se fundieron en un abrazo cargado de caricias, besos y palabras de amor y lujuria, esa noche volvieron a entregarse, Patrick comenzaba a enamorarse de ella, Patrick se dio cuenta de que sus sentimientos hacia ella eran más fuertes de lo que pensaba. Se preguntó si podría encontrar la forma de estar con ella a pesar de la distancia, sintiéndose más esperanzado que nunca. La sombra de Ivonne se había disipado y su corazón estaba listo para una nueva oportunidad.