Capítulo N°8

A la hora de la cena, la niña aún seguía sin nombre y toda la familia estaba reunida en la casa, opinando del tema.

⎯ La niña es igual a su abuela, debe llamarse Abril y caso cerrado.⎯ dice Abril mirando a la pequeña que se movía entre sus brazos.⎯ Además seguro tendrá mi carácter, a esta pequeña la pienso consentir desde ahora.⎯ sentencia recordando lo tonta que fue con Bianca.

⎯ Nada de eso, falta otra Erica en esta familia,  que sea elegante, que le guste la moda, hablar y sea carismática.

⎯ Ustedes dos tienen nombres anticuados, Sabrina Rinalde, es el nombre perfecto.

⎯ Basta.⎯ dice Lolo.⎯ La niña no tendrá el nombre de tres viejas parlanchinas.

⎯ Cállate mocoso, no te voy a permitir tu falta de respeto ¿a quienes les dice viejas? pedazo de infeliz.⎯ lo reta Sabrina mientras con su mano le da un coscorrón en su cabeza, ya que están sentados muy cerca.⎯  Abril será mejor que controles a este niño o yo lo mato.

Todos en la sala siguen discutiendo, hasta que una voz apenas oíble interrumpe el bullicio.

⎯ Ella se va a llamar Helen Catalina.⎯ Dante le estaba tomando la mano a Bianca cuando hablo.⎯ Ese será el nombre de la bebé.

⎯ Es hermoso y combina a la perfección.⎯ Facundo interviene al ver la cara de asombro de todos.⎯ Vieron, mi nieto es más inteligente que todos ustedes.⎯ comenta mientras alza al pequeño en brazo y lo besa.⎯ Eres un encanto.

⎯ Me gusta.⎯  afirma Bianca apoyando a su hermano.

⎯ Renato, di algo.⎯ súplica Helen al oído.⎯ La niña no puede llevar mi nombre.

⎯ ¿Por qué no? Si tú eres su madre.⎯ dice como si fuera lo más natural del mundo.⎯ Además es un nombre precioso.

⎯ Está bien, pero le diré Cata.

⎯ Y yo, Helencita.⎯ Renato se apodera de los labios de su mujer y solo por un instantes existían ellos dos en esa inmensa sala.

Cuando toda la familia al fin se fue de la casa, el matrimonio subió a su habitación, estaban a punto de caer rendidos a la cama después de un largo día cuando Catalina comenzó a llorar. Renato fue hasta el cuarto de la niña y la llevó hasta su habitación, pero cuando llegó dos pequeños intrusos abrazaban a su mujer y los tres dormían plácidamente.

⎯ Bueno princesa, al parecer esta noche dormiremos todos abrazados.

Renato se acuesta y con su brazo sostiene a la niña para que no se caiga de la cama. A la mañana se despierta todo contracturado y con dos pequeños que salta encima de él.

⎯ Vamos papito, el desayuno ya está listo.

⎯ Está bien, pequeños intrusos, ahora me levanto, pero recibirán un castigo por dormir en mi cama.⎯ responde serio pero el pequeño Dante se asusta al ver a su padre enojado y Renato se da cuenta de su error, entonces se levanta y grita.⎯ Voy a comerlos a besos, más vale que sean rápidos si no quieren quedarse sin sus mejillas.⎯ hace una voz de monstruo.

⎯ ¡Nooo!

⎯ No papito, no seas malo.

⎯ Ya verán.⎯ intenta atraparlo pero los pequeños salen corriendo de la cama para evitar ser atrapados y él sonríe de felicidad, su vida no podía ser mejor.

Renato se ducha rápidamente y baja a ayudar a Helen con los tres pequeños, pero se lleva una gran sorpresa al ver como ella tiene todo ya organizado y bajo control.

⎯ Hola mi amor. ¿Quieres café?⎯ saluda su esposa al ver que ingresa a la cocina.

⎯ Si, pero deja que te ayude.

⎯ Hoy vendrá una chica, será la niñera de los niños, ya que Cora está algo enferma.⎯ comenta Helen.

⎯ Me parece perfecto, además he pensado que es tiempo de que se retire.

⎯ Yo también.⎯  dice sentándose a la mesa y sirviendo el café.

De repente alguien toca el timbre, Renato se levanta y va a abrir la puerta. Un agente de policía se presenta y pide hablar con Helen.

⎯ Es mi esposa ¿Qué sucede?

⎯ Lo siento mucho, pero tenemos malas noticias.

⎯  Hable por favor.

⎯  Lamentablemente la señora Margarita Suarez fue encontrada sin vida en un baldío. Al parecer fue un ajuste de cuentas, había una carta de poker en su bolsillo como un símbolo mafioso.

⎯ ¿Saben quien lo hizo?

⎯ No, lo siento, la investigación está en proceso. Necesitamos que su hija reconozca el cadáver.

⎯ Yo lo haré.⎯ responde firme Renato.

⎯ Lo siento, pero debe ir su hija personalmente. Señor puede avisarle por favor, que se acerque  a la morgue lo antes posible.

⎯ Si, no se preocupe, ahí estaremos.

Renato ingresa a su vivienda con la notificación en la mano y no sabe cómo darle la noticia a su esposa, que se ve tan feliz desayunando con los niños. De repente sus miradas se conectan y ella se da cuenta que algo malo sucede, se levanta de su asiento y lo sigue al despacho.

⎯ Amor, no sé cómo decirte esto, pero era la policía.

⎯ ¿Qué pasó?

⎯ Tu madre murió y debemos ir a la morgue. Lo siento.⎯ Renato habla directamente sin dar tantos rodeos y la abraza.

⎯ Amor, está bien.⎯ contesta fríamente su esposa y lo mira a los ojos.⎯ Ella hizo mucho daño y aunque era mi madre y debo estar triste estoy bien. Hace mucho fui a verla, quería que conociera a nuestra hija y solo me desprecio, dijo que esa niña lo único que generaba era un gasto innecesario en mi vida. Que todo su esfuerzo para que yo no tuviera hijos fue en vano, entonces me di cuenta de la clase de monstruo que era y la borré de mi vida.

⎯ Lo recuerdo.

⎯ Sé que tú le seguías dando dinero a escondidas para mantenerla alejada y me da mucha vergüenza.

⎯ Solo quería que no te molestara con su presencia.⎯ Renato acaricia su rostro.⎯ Sé que al principio después que le negaste la ayuda, ella te buscaba todo el tiempo solo para pedirte dinero, ya que no tenía el alquiler del departamento y ya no recibía el deposito, así que hable con Lolo y él se encargó de todo. Perdón pero a ti te afectaba demasiado y aunque intentabas disimular, te oía llorar en el baño.

⎯ Gracias amor, por cuidar de mi.⎯  ella se para en puntas de pie y lo besa ya que está sin calzado y él le lleva varios centímetros.

Helen, no siente nada, hace mucho se dio cuenta que madre no es la que engendra, si no la que le dedica tiempo, le da amor y sobre todo protege y cuida con su vida a sus hijo. No una persona egoísta que solo piensa en su bienestar y lastima a su familia.

⎯ Iremos a la morgue, le daremos sepultura pero ninguno de nuestros hijos asistirá, ni sabrá que esa mujer es su abuela.

⎯ Como tú quieras.⎯ le contesta Renato que está sorprendido por la actitud de su esposa.⎯ Llamaré a mi madre para que se quede con los niños.

⎯ Está bien, me voy a cambiar.

Luego de hacer todos los trámites correspondientes y de sepultar a Margarita, el matrimonio vuelve a la casa a continuar con su rutina, no quieren y no dejarían que nunca más nada empañe su felicidad.

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