Capitulo 11

Cuando Marian vio que Julián, salió de la oficina de Peter pudo respirar con normalidad, ella sabía que en algún momento el la investigaría por lo que ya había preparado una coartada lo suficientemente sólida como para que fuera creíble.

Intentaría sobre todas las cosas evitar que Peter descubriera realmente quien era Abigail, aun recordaba cuando le había dado esas pastillas, obviamente él no quería ser padre y ella no quería que utilizara a la pequeña para hacerle daño.

Desde que Peter supo de la existencia de Abigail tuvo a Marian realmente ocupada, siempre tenia muchas cosas que hacer, informes que realizar, información para revisar, entre otras cosas; no había nada que no pasara por las manos de ella antes de ser aprobado o negado por él.

Ella sabia que lo que él quería era hacerla renunciar, pero no había tomado en cuenta que lo que estaba haciendo era ayudándola a conocer el movimiento de la empresa y todos lo procesos que en ella se realizaban, así como cada una de las personas que trabajaban en cada departamento.

Aunque tenia que aceptar que la cantidad de trabajo la tenía exhausta y hasta estresada, por lo que en ocasiones se saltaba comidas y comenzó a perder peso, cuando llegaba a su casa en las noches el agotamiento mental no la dejaba hacer prácticamente nada.

Solo podía dedicarse a la pequeña Abigail y en lo que esta se dormía ella se iba a descansar de inmediato, también había notado que la niña estaba particularmente pegada con ella desde que vio a Peter en el departamento y pensaba que su actitud pudo haber generado algún tipo de trauma en la niña.

Los días fueron pasando y Marian estaba cada vez más cansada, pero no le iba a dar a Peter el gusto de verla derrotada, ese día había tenido un particular dolor en el estómago, así que buscó un par de analgésicos y se los tomó de un trago.

Cuando miró hacia la puerta se cruzó con la inquisidora mirada de Peter y ella le dio una sonrisa en respuesta.

-¿Me está supervisando Señor Martin? – él solo se volteó y entro a su oficina

-Pensé que tenia un asistente para que revisara los documentos por usted, pero ya veo que no es tan eficiente si tiene que ponerme a mi a hacer todas estas cosas – le gritó desde la oficina

-¿Estas cansada?, si es así te puedes ir de aquí y no volver jamás, te recuerdo que fuiste tu quien se metió en esto sola – él volvió a la puerta de la oficina con las manos metidas en los bolsillos

-Tu… - Marian no quería darse por vencida, pero el exceso de trabajo la estaba sobrepasando

-Además, recuerda que esta noche tenemos una cena a las siete en punto, como principal accionista tu presencia es de gran importancia – él no quería hacer todo eso, pero no sabía otra manera de vengarse de ella por haber tenido un hijo con otro hombre

EL tenia sentimientos encontrados, no quería hacerle daño, no quería darle el divorcio y tampoco quería estar a su lado, no tenia idea de que haría con ella, pero por los momentos haría que ella devolviera las acciones como fuera.

A la hora indicada Marian llegó al restaurant donde nuevamente era la única mujer del grupo, luego de la cena y de algunas copas ella decidió irse, aunque los hombres no querían dejarla ir ella se levantó y cuando estaba a punto de irse le llegó una llamada a su celular.

Era la niñera de Abigail informándole que la pequeña tenia mas de una hora llorando y que no había manera de calmarla, por lo que estaba terriblemente preocupada, sabía que el encuentro con Peter no había dejado nada bueno, pero no esperaba que le hubiera afectado tanto a la pequeña.

Así que salió de allí de inmediato sin importarle que Peter la estaba llamando, este se sintió ofendido y se fue tras ella.

-Necesito que regreses y que atiendas a los clientes, te recuerdo tu posición en la empresa – habló el hombre con tono de mandato

-No creo que usted con lo poderoso y conocedor que es de la empresa no sea suficiente para atender a esos caballeros, no creo que me necesite para mejorar la imagen de Mirum Group – su tono sarcástico hizo que Peter se molestara

Marian dio media vuelta y se fue dejándolo allí parado, al llegar al estacionamiento notó que no había guardado las llaves del auto en su bolso, sentía que la mala suerte la acompañaba en ese momento, así que decidió devolverse a buscarlas, necesitaba ir a ver a Abigail lo más pronto posible.

Estaba tan metida en sus pensamientos que no escuchó que un auto se aproximaba a ella y para mejorar el momento, el conductor iba hablando por teléfono sin prestarle mucha atención a la vía, ella escuchó a alguien que la llamó desde atrás y eso hizo que volteara a ver el auto que tenía cerca.

EL hombre en el teléfono también escuchó el grito y volteó a ver por donde conducía, notando que había alguien frente a él, como puso frenó y se escuchó el chirrido de los cauchos mientras Marian se quedó congelada en el lugar sin poder moverse esperando recibir el impacto del auto.

Solo sintió un golpe en el brazo cuando cayó en el piso, pero no porque el auto la hubiera impactado sino porque Peter pudo salvarla cayendo con ella en el pavimento a un lado de la vía, Marian estaba viva y asombrada por qie ese hombre que tanto la odiaba le hubiera salvado la vida.

-¿Tu vida es tan terrible que estas buscando morir? – preguntó Peter mientras respiraba pesadamente

Ella volteó y solo pudo ver sus ojos, pero había algo diferente en ellos, no tenían la frialdad a la que estaba acostumbrada y no podía descifrar exactamente lo que era.

-Estaba buscando las llaves de mi auto y me distraje – él extendió su mano y le mostró las llaves en su mano

-Las dejaste en la mesa y vine a entregártelas – él se levantó y la ayudó a pararse

Peter caminó hasta el auto de ella y abrió la puerta del copiloto para que se montara, su comportamiento era algo extraño para ella, pero no quiso llevarla la contraria por el momento, estaba bastante nerviosa y sentía como sus manos temblaban del susto, no era un buen momento para conducir.

-No debes conducir mientras estas tan nerviosa, yo te llevare y después tomaré un taxi – su tono no era burlón de siempre, sino había algo de preocupación en él

Su teléfono volvió a sonar y era nuevamente la niñera para decirle que la niña aún seguía llorando y preguntando por su mamá.

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Comments

Graciela Saiz

Graciela Saiz

no lo entiendo, no le quiere dar el divorcio,pero no quiere nada con ella ,y le duele que tuvo un hijo con otro ,que demonios quiere 😤

2024-05-19

0

rosa magali marin olivero

rosa magali marin olivero

Muy buena historia

2024-03-03

5

Andrea Palavecino

Andrea Palavecino

buena historia

2024-02-08

0

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