Capitulo 10

-Mami – dijo la niña mientras se estrujaba los ojos

-Abi, ¿Qué haces levantada? – Marian se puso tensa y se volteó lentamente

El rostro de Peter era un poema, su ceño estaba fruncido y veía a la pequeña fijamente, la niña era una versión miniatura de Marian

La niña miraba al hombre que estaba en el piso con curiosidad y él no dejaba de verla lo que la hacía sentir incomoda, sus cabellos despeinados caían en su rostro y se veía realmente adorable con ese aire despreocupado.

Entonces, era cierto Marian quería dejarlo porque había otro hombre en su vida y hasta le había dado un hijo, pero ¿porque no le había dicho nada?, ¿Por qué estaba ocultando la existencia de esa pequeña?, de verdad que esa mujer no tenía sentimientos y lo estaba demostrando al ocultar la existencia de su propio hijo ante todo el mundo.

-¿Y ese niño quien es? – preguntó él finalmente

-Mi hija – respondió ella tomando a la pequeña en sus brazos

-No se si eres demasiado valiente o demasiado tonta por aparecerte aquí con esa niña – hablaba entre dientes

-Hace tres años me fui y firmé los papeles del divorcio, supuse que saldrías corriendo a obtener tu amada libertad y me fui lejos a rehacer mi vida, ella es la consecuencia de todo lo que hice lejos de aquí, no te debo explicaciones y a ti nunca te las pedí, así que deberíamos tener un divorcio amistoso – Marian hablaba tranquilamente tratando de quitarle importancia al hecho de que tenia una hija

-¿Divorcio Amistoso? – el hombre se levantó como una fiera y se le fue encima a Marian

Ella ya tenía el teléfono listo para llamar al padre de Peter, así que al ver su reacción marcó la llamada y puso el altavoz, se escuchó un repique y la voz de Iván apareció haciendo que Peter se detuviera en seco.

La niña se asustó al ver la actitud de Peter y comenzó a llorar, así que no le quedó otra opción que irse haciendo sonar la puerta ruidosamente, luego de salir sus pensamientos volvieron a ser coherentes, como iba a hacerle daño a una niña pequeña, no iba a caer en el juego de Marian, debía ser más inteligente que ella y controlar su impulsividad.

Marian le dijo a Iban que se le había escapado la llamada, le pidió disculpas y tuvo que tranquilizar a Abigail, la niña temblaba del miedo, la abrazó y lloró por un buen rato antes de quedarse dormida.

….

Peter conducía a toda velocidad, tomaba el volante con tanta fuerza que sentía que lo partiría en cualquier momento y se dirigió hasta el bar al que siempre iba, no quería volver a su casa, sentía que necesitaba un trago para intentar poner sus pensamientos en orden y decidir que iba a hacer con esa mujer que había vuelto para torturarlo.

Sus tres mejores amigos estaba allí, se extrañaron bastante al verlo llegar, ya que no le había comentado que iría esa noche, además su rostro les decía que algo no estaba bien.

-¿Peter te sucede algo? – preguntó uno al ver que había se había servido wiski en un vaso y se lo había tomado sin respirar

-Vas a terminar en el hospital si continúas bebiendo de esa manera – le dijo otro al ver que ya iba por su tercer vaso

El enojo de Peter era casi palpable y no decía una sola palabra, así que optaron por quitarle la botella.

Cada uno de los pensamientos de Peter iban alrededor de Marian, sentía que había sido engañado y ella tenía un hijo fruto de ese engaño, no podía contarle eso a sus amigos, quedaría como un tonto por eso.

-Ya se, discutiste con Marian nuevamente – el rostro de Peter no mostraba ninguna emoción, pero su mirada estaba llena de ira y eso les dijo que tenían razón

-Escuché que si le das el divorcio ella devolverá las acciones de inmediato – otra vez escuchaba la palabra divorcio

-Por mi que se las quede, no le voy a dar el divorcio nunca – ahora si entendían todo, Marian era la razón de la ira de Peter

-Si no le vas a dar el divorcio, entonces deberías pensar en acercarte más a ella y mejorar su relación – Peter negaba con su cabeza

Sentía que Marian lo estaba castigando y lo único que podía hacer para evitar ese castigo era firmar esos benditos papeles de divorcio, los cual era algo que no haría.

Se levantó de la mesa sin decir nada y se fue del bar, sus amigos tenían razón en algo, era momento de arreglar su situación con Marian.

….

Marian no pudo dormir durante toda la noche y Abigail se despertaba sobresaltada cada cierto tiempo, así que decidió simplemente no ir a la oficina ese día, ni tampoco en los días sucesivos.

Lo mejor de todo fue que él tampoco apareció, así que cuando se sintió con fuerzas otra vez volvió a la empresa Mirum Group.

Justo cuando fue a abrir la puerta de su oficina sintió que tenía a alguien a su espalda, quien la tomó por los hombros y la llevó a la oficina de enfrente.

-¿Quién es el padre de esa niña? – el hombre hablaba en voz baja

Cuando lo vio notó que su rostro era diferente al que había visto en su casa unos días atrás, estaba un poco pálido y tenía unas ojeras bastante marcadas bajo los ojos, se veía bastante demacrado, al parecer habían sido unas cuantas noches sin dormir y eso le daba una sensación de tranquilidad a Marian, él también estaba sufriendo.

-Si lo que preguntas es que si la niña es tuya, la respuesta es no – estaba disfrutando verlo a ese grado de tensión

-¡Eres mi esposa! ¿Cómo pudiste tener un hijo con otro hombre? – ella se veía tan tranquila que él creía que ella no tenía alma

-Esta bien, te lo diré, de todos modos, él está muerto, cuando murió yo ni siquiera sabía que estaba embarazada, ¿ya me puedo ir?, tengo cosas que hacer – él la soltó al escuchar sus palabras

-De cualquier manera, voy a investigar si lo que has dicho es cierto – el la miraba fijamente a los ojos

-Después me dices que encontraste y… creo que debo recordarte que tengo mayor participación que tu en esta empresa por lo que te exijo que me trates con más respeto - nadie lo había tratado de una forma tan arrogante en su vida

Marian dio la vuelta y se fue a su oficina, a la vez iba llegando el asistente de Peter.

-Señor ya me enviaron la información que pidió y cuando la señorita Rossi estuvo fuera del país vivió con un hombre durante seis meses, ya que el hombre falleció en un accidente – Peter se preguntó si Marian amaba tanto a ese hombre que tuvo a su hijo, aunque él había muerto

-¿Y el cadáver del hombre? – preguntó directamente

-Fue incinerado y sus cenizas fueron lanzadas al mar – Peter cerró los ojos y vio a la pequeña versión de Marian que había conocido aquella noche

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