Capitulo 6

El la besó fuertemente, pero casi de inmediato sintió un fuerte dolor, Marian lo había mordido en los labios fuertemente, Peter no esperaba que ella reaccionara de esa manera, en el pasado ella siempre había sido dócil con él y nunca se había negado tenerlo cerca.

-¿Estas loca?, ¿Por qué me mordiste? – él no sabía cuánto tiempo habían durado sus labios junto a los de ella

Lo había mordido tan duro que había un rastro de sangre en sus labios y la hacia lucir terriblemente seductora, mientras él se preguntaba en qué momento ella había adquirido un sabor tan delicioso, anteriormente era desagradable tener que besarla, pero en este momento quería probarla otra vez y verla sonrojada era lo mejor que le había sucedido.

-¿Por qué te molestaste?, es solo un beso, además se supone que tienes experiencia en el tema – el sonaba divertido y en realidad se estaba divirtiendo

Ella se limpió la cara con ira, estaba demasiado molesta por la actitud de Peter, sabía que lo estaba provocando y lo que nunca esperó fue que él la besara.

-¿Qué te sucede?, ¿te comió la lengua el ratón?, aun eres mi esposa y puedo exigirte que cumplas tus obligaciones de esposa – se estaba burlando de ella por todo lo alto

En otro momento ella solo habría salido corriendo de allí, pero no le daría el gusto a Peter de verla intimidada, tenia que demostrarle que había cambiado.

-Me parece bien, cuando quieras puedo cumplir con mis obligaciones ya que tu padre me dijo que si le daba un nieto me daría el resto de sus acciones, sería maravilloso darle un lindo nieto para el año próximo – él la soltó y fue ella quien lo agarró por los brazos evitando que se alejara

-Eres una mujer calculadora – respondió él poniéndose serio de inmediato

-Te dejaré tocar todo mi cuerpo y te mostraré algunas cosas que me enseñaron mis amantes durante estos años – ella tocaba su cuerpo ante la mirada de Peter

-Estas hiendo demasiado lejos – gruñó el como una fiera

-No puede ser que el mujeriego Peter Martin ahora se preocupa por quienes han tocado el cuerpo que él no quiso, creo que deberías comenzar a respetar este matrimonio para así pedirme que haga lo mismo; además, imagina un hijo nuestro – ella sonreía

-¿Serias capaz? – preguntó él

-Por supuesto que si – él resopló y salió molesto de la sala de juntas

Ella miraba la espalda de Peter mientras salía y estaba orgullosa de su comportamiento, esperaba que él no soportara su comportamiento, así que estuvo todo el día en la empresa y cuando se cansó se fue a su casa.

Varios días pasaron y Marian iba todos los días a la empresa, todo estaba tranquilo hasta que Barbara Martin, la mamá de Peter la llamó, al parecer ella pensaba que Marian estaba tratando de quedarse con parte de la fortuna de los Martin, por lo que tuvo que asegurarle que al culminar el divorcio ella devolvería cada acción que le habían sido cedidas.

En los últimos días apenas había visto a Peter, mientras que Sara lo había estado visitando cada día y cada vez que podía era su compañera de salidas, lo que hacía que Marian se sintiera frustrada, sentía que la otra chica no hacia su papel de novia como debería.

Solo quería que él le diera el divorcio lo más pronto posible, pero Sara al parecer no le generaba sentimientos tan profundos como ella creía, así que alejó sus pensamientos y siguió trabajando.

Ese día al terminar su jornada laboral apagó la computadora y salió de la oficina para encontrarse a Peter con una chica, ella se detuvo de inmediato al verlos, pero luego siguió caminando como si no los hubiera visto.

-¿Eres Marián Rossi? – preguntó la chica con una voz bastante chillona y Marian solo la ignoró

-Se dice que dejaste a Peter y que engañaste a su padre, por eso te dio esas acciones, creo que eres una persona terrible – la mujer la detuvo sosteniéndola del brazo

-¿Quién se supone que eres? – le preguntó Marian con fastidio

-Debes estar ciega y venir de un lugar muy alejado, soy la prometida de Pity, mi nombre es Amanda Ferrer – Pity, que forma tan horrible de llamar a alguien

Marian se preguntaba qué mujer podía ser tan tonta de llamarse la prometida cuando tenia a la esposa en frente, por lo que se rio con desdén, eso debía ser una burla y solo la miró de arriba abajo con fastidio para después darle la espalda.

-¿Cómo te atreves a mirarme de esa manera? – Amanda levantó la mano para darle una cachetada a Marian

Lo que hizo que Peter se pusiera serio e intentara detenerla, pero antes de que pudiera hacer algo Marian le agarró la muñeca.

-Le sugiero que no intente nada contra mi mientras no se convierta en la señora Martin – al escuchar esas palabras Peter se enojó

No podía ser que cada vez que viera a Marian, esta le recordara el tema del divorcio.

-Pity no te ama, no deberías conservar ese título, yo soy perfecta para ese papel, tendremos una gran boda y a diferencia de ti, todos sabrán que soy su esposa – Amanda se soltó de su agarre y se sobó la muñeca mientras reía con malicia

Marian no tenía ningún tipo de expresión en su rostro, pero sus palabras habían generado un dolor intenso en su corazón y esa chica tenía razón, Peter no se había casado con ella por voluntad propia y esa era la razón por lo que no había tenido una gran boda, originando como resultado que su identidad como la señora Martin se conservara oculta.

-Espero con ansias el magnánimo evento, supongo que será la boda del año, les deseo toda la felicidad que pueda tener señor Martin – Marian sonreía como si le hubieran dado la mejor de las noticias

Peter estaba serio y al ver como Marian se iba con una expresión tan tranquila, su molestia fue en aumento al darse cuenta de que esa mujer no tenía ningún tipo de sentimiento hacia él.

Amanda comenzó a hablar acerca de lo que quería comer, aunque Peter no prestó atención a ninguna de sus palabras, estaba metido en sus pensamientos, así que bajaron en el ascensor y él se fue directo a su auto, se subió y se fue dejando a la chica perpleja sin saber que hacer.

Solo pudo mirar la parte trasera del auto mientras su ira aumentaba, pensaba en que la había dejado ahí por culpa de esa mujer, pero no se dejaría ganar a Peter tan fácilmente, lucharía por él con dientes y uñas.

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