DUDAS.

Durante algunos días Sonia ha estado bastante tranquila, continúa ayudando a la Sra. Mili en la cafetería y con eso gana un poco de dinero para sus gastos, aunque aun mantiene bastante de sus ahorros no desea acabárselos todos porque después no tendría con que sostenerse.

La ayuda de los Monroe ha sido muy buena para ella, solo debe preocuparse por pagar los servicios del apartamento, su comida y sus gastos personales, pero ha estado pensando seriamente en buscar un empleo más rentable.

Perdida en sus pensamientos una imagen viene a su mente y cae en cuenta que desde la ultima vez que hablaron no ha vuelto a saber de él, sabe que siempre estuvo cuidando de ella desde las sombras, inclusive un día que amaneció resfriada y Mili no estaba, cuando abrió su puerta para ir a una farmacia allí al pie de estas estaban los medicamentos, al principio le pareció algo extraño pero después comenzó a sacar sus conclusiones, desde ese día comenzó a sentirse más segura porque sabía que él siempre estaba cerca, pero desde hace varios días el ya no está. “quizás fui demasiado dura con mis palabras”.

-       Hola mi niña, ¿cómo sigues?

-       Muy bien Mili viste… ¿viste a alguien allá afuera? (la mujer se queda observando a la rubia por unos instantes y solo niega con la cabeza mientras sonríe)

-       No mi niña, no había nadie allá afuera (Sonia deja salir un suspiro) ¿Por qué no lo llamas?

-       ¿a quién?

-      a cierto hombre guapo, cabello castaño con voz gruesa y sexi

-       Por Dios Sra. Mili, no le conocía esa faceta (habla Sonia un poco avergonzada por la mujer)

-       Yo también fui joven y se reconocer a un hombre de buen ver

-       Pero… yo no me refiero al Sr. Leandro

-       Yo tampoco he mencionado ningún nombre (la rubia abre los ojos en sorpresa por que al parecer a mostrado algo que ni ella misma sabia)

-       Creo que iré a mi habitación

-       Por supuesto, que descanses mi niña, espero y pronto aclares tus dudas.

Sonia sube las escaleras a prisa, aun no puede correr por que su pierna no está del todo bien, pero si puede caminar un poco más rápido, mientras la Sra. Mili queda sonriendo por el rostro que puso la mujer al sentirse descubierta, solo espera que ella algún día pueda conocer un amor bonito y puro que la haga feliz y si ese guapo castaño mucho mejor.

Al día siguiente Sonia se encuentra debatiendo con su teléfono en mano, por mas que lo piensa una y otra vez no se decide si llamar o no al hombre que no la dejo dormir bien en toda la noche, pensando en su sonrisa, su mirada que parecía hechizarla, pero que al final se rindió al meter en su mente que un hombre como él jamás se enamoraría en una mujer como ella; así que dejo a un lado el teléfono y rompió la tarjeta que tenia en sus manos terminando al fin con su dilema aunque al verla vuelta pedacitos en el suelo se arrepintió.

A los pocos minutos escuchar sonar el timbre por lo que supone que no debe ser Mili, ella tiene llaves pero antes de abrir recuerda a ese hombre desagradable y se pone nerviosa inmediatamente, se acerca a la mirilla y frente a la puerta puede ver a Lizandro con Mia en sus brazos, siente los latidos de su corazón estabilizarse mientras da un respiro y abre la puerta, al hacerlo la pequeña baja de los brazos de su padre para llegar hasta ella, pero también se sorprende al ver a Aine junto al bebé por lo que los hace pasar inmediatamente.

-       Hola Sonia (habla la pequeña Mia sonriendo)

-       Que sorpresa tenerlos por acá, como esta mi princesa hermosa

-       Muy bien, venimos a invitarte a almorzar (la mujer mira a la niña con sorpresa)

-       Disculpa que nos presentemos así, fue algo que improvisamos a último momento… (habla Aine con un poco de vergüenza por llegar de imprevistos)

-       No se preocupen soy feliz con tenerlos acá, mira este niño como esta de hermoso (toma al bebé en sus brazos acomodándose en el sofá mientras Mia se sienta a su lado)

Lizandro se queda observando a Sonia por un breve momento algo de lo que Aine se da cuenta, ella sabe lo que el esta pensando, pero no comenta nada, solo espera a que él mismo se lo diga.

-       Sonia (la mujer levanta su rostro para mirar al hombre) ¿has pensado en volver a la empresa?

-       No le voy a negar que, si lo he pensado, pero se que todos no me darán la misma oportunidad que ustedes me han dado (Lizandro piensa que ella tiene razón, no todas las personas aceptan que se puede cambiar verdaderamente)

-       Y ¿Qué te parece trabajar fuera? (Aine habla dejando a Lizandro sin comprender)

-       Bueno, esa seria una opción, pero no conozco a nadie, mis únicos conocidos son ustedes y Mili, nunca he sido una persona de muchas amistades

-       Tengo un amigo que ha abierto su empresa y creo que puede tener una vacante de asistente (comenta Aine con una sonrisa mientras Lizandro capta sus intenciones)

-       Eso… (Sonia no sabe que responder, ella no ha previsto irse de la ciudad, aunque si lo ha pensadado muchas veces no es algo con lo que se desvele por hacer, eso mismo le dijo a Leandro y hasta ahora no ha visto esa posibilidad)

-       Bien, puedes pensarlo y si aceptas nos lo comunicas y organizamos todo para tu traslado.

-       Está bien lo pensare

los cinco salen del apartamento de Sonia rumbo a un restaurante allí se encontrarán con Juliana y Steven, para pasar una tarde en familia, cuando Aine les comento que invitarían a Sonia estos no tuvieron ningún inconveniente, pero lo que ellos no saben es que justo al momento de salir alguien estaba en las sombras acechando con su

mente llena de maldad y oscuros deseos.

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