ACEPTO.

Después de lo ocurrido Aine decidió llevar a Sonia a su casa, la mujer no quería aceptar, pero la pequeña Mia intervino convenciéndola de esto, por lo cual no tuvo otra opción; al llegar a la gran mansión la pequeña la recibió cálidamente y de inmediato la llevo a la habitación que ocuparía esta para que descansara.

-       Te gusta tu nuevo cuarto (pregunta la niña con emoción)

-       Así es, esta precioso, gracias

-       Ayude a mi mamá a decorarlo

-       Pues felicidades, te quedo muy bien

-       Puedes descansar (la pequeña la lleva hasta la cama y cuando esta cómoda va hacia la puerta) yo volveré más tarde.

Después de unos días, Sonia ya se encontraba de mejor semblante, la hinchazón de su rostro había disminuido y solo quedaba un leve moretón que terminara de desaparecer con los días.

-       Vaya pensé que ya te habías olvidado de nosotros (inquiere Lizandro al hombre tras de la pantalla)

-       Sabes que si hago eso Mia me saca de su corazón

-       Si, es lo mas probable, como esta todo por la allá

-       Bien, solo que no he podido encontrar asistente, me ha tocado hacer todo el trabajo

-       Y ¿la que tenías?

-       Me ha dejado el trabajo tirado por irse tras su novio

-       Comprendo

-       ¿Dónde esta mi pequeña y el pequeño Emiliano?

-       Están junto a Sonia en el jardín

-       Espera… ¿Qué? ¿Por qué Sonia está en tu casa?

-       Es una larga historia

-       Pues tengo tiempo para escucharla

Lizandro empezó a contarle a su primo lo sucedido con la rubia y como ellos por casualidad habían llegado en el momento justo, el azabache podía notar las expresiones de su primo y por lo visto allí hay mas sentimientos de los cuales él no se había percatado por lo que una idea llega a su mente y piensa ponerla en marcha, el tiempo que ha conocido a Sonia se ha dado cuenta de que es una buena persona la cual solo necesitaba un poco de afecto y comprensión para sanar su heridas y mostrar su verdadero ser, y al parecer es la mujer en la que esta interesado su primo solo que no comprende por qué decidió marcharse.

-       Dime que metiste al maldito a la cárcel

-       Lo hice, pero no creo que sea por mucho tiempo, (el pelinegro habla con resignación) el muy maldito sabe como zafarse de las manos de la justicia

-       Si yo hubiera estado allí… te juro que lo mato a golpes

-       Si eso supuse, gracias a Dios estas lejos, no hubiese valido la pena ir a la cárcel por matar a una basura.

-       Debo irme, dale un beso a la princesa y que mañana la llamo, debo ir a una junta.

-       Bien, buena suerte.

Sonia se encuentra feliz al sentir el cariño que le brinda la familia de Mia, quizás si ella no hubiera cometido esa estupidez nada de esto habría sucedido así que por una parte esta agradecida de haber cometido ese error casi irreparable. Al momento llega Aine junto a su esposo.

-       Sonia ¿Cómo te sientes?

-       Muy bien, creo que ya puedo volver a casa

-       Quería hablarte sobre eso (la mujer se extraña por las palabras de Lizandro quien llega en ese instante))

-       Mia cariño, ¿por qué no vas por una deliciosa malteada con tu hermano a la cocina?

-       Está bien mamá

-       ¿Ocurre algo malo? (pregunta la rubia con duda)

-       Ese hombre… quedara libre

-       Pero… ¿Por qué? (pregunta la mujer consternada por la confesión)

-       El muy maldito alego que ustedes eran pareja y solo había sido una discusión que se salió de control, el sabe como manipular a la policía

-       Pero, como pueden pensar ellos que yo podría estar con alguien como ese cerdo asqueroso, podría ser mi padre (inquiere la mujer con impotencia)es que acaso están locos

-       Lo sentimos Sonia (habla Aine con comprensión) a veces la justicia es una porquería, creemos que lo mejor es que no vuelvas al apartamento por un tiempo.

-       Pero… todas mis cosas, la Sra. Mili, no tengo a donde mas ir

-       Queremos hacerte una propuesta (Aine y su esposo se miran por unos instantes y sonríen)

-       ¿Qué propuesta?

-       Veras, abrimos una nueva sucursal fuera del país y en estos momentos estamos necesitando a alguien de confianza para que sea la mano derecha de su presidente.

-       Pero yo… no creo que sea la persona adecuada

-       Lo eres (comenta Lizandro) confiamos en ti y eres una excelente profesional

-       Entonces que dices ¿aceptas? (pregunta Aine con una sonrisa)

-       Esta bien (Sonia deja salir un pequeño suspiro) acepto.

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