Amalia y los espíritus de los niños se echaron a reír, la forma en que gritaron los niños le causó tanta gracia que no podía parar.
El maestro salió del salón a averiguar lo que estaba pasando, al ver a Amalia reírse de esa manera le causó mucha gracia y se dirigió hacia ella, nunca la había visto así
- ¿Te estás divirtiendo Amalia?, ¿ qué ha pasado con tus compañeros?
- estoy cansada de que me digan bruja, yo estaba jugando con mis nuevos amigos y vinieron a molestar.
- ¿qué amigos, Amalia? Pregunto el maestro
- ¿recuerda que le dije que también puedo ver espíritu?
- si lo recuerdo, pero ¿estás hablando en serio? Pregunto el maestro
- si maestro
- Está bien, preséntame a tus amigos
- ella es Mary y él es Justin
El maestro no veía a nadie, pero sonrió en la dirección que le mostró Amalia, a los niños le cayó bien el maestro y le dijeron a Amalia que se los dijera.
Amalia se lo dijo y le sonrió
- ¿y porque están tus amigos aquí? Pregunto el maestro
- es que la vimos sola y quisimos jugar con ella. Dijo Mary
- tonta, él no puede vernos ni mucho menos escucharnos.
- dicen que me vieron sola y quisieron jugar conmigo.
- no, mi pregunta es ¿por qué están vagando aquí en la escuela?
- ustedes no vieron una luz? Les pregunto Amalia
- si la vimos, pero queremos que encuentren nuestros cuerpos para que nuestros padres dejen de buscarnos
- ¿son hermanos? Pregunto Amalia
- no
Amalia le dijo al maestro lo que los niños estaban diciendo, el maestro solo estaba probando a Amalia, pero al ver su seriedad sintió miedo.
- ¿Cuáles son sus apellidos y dónde están sus cuerpos? Pregunto el maestro
Los niños lo escucharon y le dijeron a Amalia.
- mi nombre es Mary Días y él es Justin Pérez, un viernes por la mañana nuestros compañeros de clases nos retaron a entrar en el salón que estaba al final del pasillo en la planta baja de la escuela, ese era un salón que estaba condenado, ya que un estudiante se quitó la vida en él.
Los demás estudiantes decían que el fantasma del niño salía solo a aterrar a quienes entraban en ese lugar.
Nosotros no quisimos aceptar el reto porque yo era muy miedosa, esa mañana no le hicimos caso y dejamos que se burlaran de nosotros, ya a la salida, Justin me dijo que fuéramos los dos solos para superar nuestros miedos.
Yo no quería, pero el término convenciéndome, los dos entramos agarrados de la mano y como estaba oscuro caímos en un hueco que estaba en reparación, creo que Justin se rompió la pierna, gritamos y gritamos y nadie nos escuchó.
No sabemos cuántos días pasaron, pero nos quedamos sin energía, teníamos mucha hambre y a Justin aún le dolía su pierna, creo que de tanto gritar solo nos dormimos y quedamos así.
Amalia le contó al maestro lo que había pasado y él no podía creerlo, todos los salones de la planta alta y baja estaban siendo utilizados.
El maestro le dijo a Amélia que lo guiará hasta el salón que decían los niños para asegurarse de que era verdad.
Los niños le dijeron a Amalia que la llevarían, Amalia tomo de la mano al maestro y camino con él.
Ellos lo llevaron a un lugar donde no existía ningún salón, en su lugar estaba una bodega llena de cosas que no utilizaban los demás salones.
- Amalia, aquí no existe ese salón
- si, ahí estaba nuestro salón. Contesto Justin
El maestro le pregunto a un conserje que pasaba por ahí, si había existido un salón en ese lugar, el conserje le respondió que si, pero que había sido cerrado.
- ¿sabe por qué lo cerraron? Pregunto el maestro
- dicen las malas lenguas que dos niños murieron ahí y que la antigua directora y un maestro ocultaron sus muertes.
- ¿pero nadie investigo?, ¿usted sabe los nombres de esos estudiantes?
- no se nos permite hablar de eso, discúlpeme maestro, no quiero meterme en problemas. Respondió el conserje retirándose.
- ¿quieren irse a la luz? Pregunto Amalia
- si queremos, pero ya no la vemos.
- como dice mi papi, tendré que hacer que se cumpla sus sueños para que puedan descansar.
- dile que estén tranquilos trataré de ayudarlos. Respondió el maestro.
- gracias, maestro
- Amalia, cuando volvamos al salón te disculparas con tus compañeros, no quiero que esto vuelva a pasar, podrías tener problemas
- está bien maestro. Dijo Amalia bajando la cabeza
Amalia entro al salón con su maestro y le pidió disculpa a sus compañeros.
- disculpen por asustarlo, no fue mi intención, solo lo dije porque me estaban molestando .
- está bien Amalia, no creemos que seas una bruja, discúlpanos también.
Amalia le sonrió a la niña y se sentó.
- yo tampoco lo creo. Dijo otro de sus compañeros.
- es verdad, mi mamá dice que las brujas son feas y Amalia es muy bonita.
Amalia se sonrojó y se sintió bien
- gracias a todos prometo no volver a asustarlos. Dijo Amalia
El maestro estaba feliz de que los estudiantes aceptarán a Amalia y con respecto al tema de los niños, él se encargaría de averiguar lo que pasó.
Pasaron dos días y Joseph no llegaba a la escuela, Amalia le dijo al maestro lo que ella había visto cuando le tocó la mano.
- ¿estás segura Amalia?, ¿tú crees que su papá lo golpea?
- yo lo ví maestro, se lo juro.
- está bien, le haré una visita a su padre para saber que está pasando
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Comments
Rosa María Corrales Pèrez
Espero que vaya a ver a Joséhp
2024-06-17
4
Lucia Feliciano Falcao
Cuantas faltas de seguridad tienen los niños, nadie hace un control correcto,es los niños salirse del cole y los responsables llevan las manos.😡😡😡
2024-05-18
1
PABB(:
tengo miedo de que le allá pasado algo a Joseph... por otro lado estoy súper conforme con el maestro 🙂
2024-02-24
9