Amalia
Hola, mi nombre es Amalia, cuando tenía cuatro años de edad el espíritu del hombre que asesinó a mi abuelo se apoderó de mi cuerpo, quedé asustada desde aquella vez.
José, un chamán amigo de mi padre me salvó y me hizo un amuleto para que ningún espíritu se apoderará de mi cuerpo, pensé que mi don era eso, un don, pero no es así, para mí es una maldición, aparte de que puedo verlos, también puedo predecir lo que va a pasar o lo que ya ha pasado si toco a alguien.
En el jardín de niños, nadie quería estar cerca de mí, en ese tiempo no los entendía, pensé que era normal ver a los muertos.
En mi familia solo mi padre y yo lo podemos ver, el día que entre al jardín de niño me encontraba muy feliz, al fin iba a ser amigos vivos, me decía a mi misma.
Mi mamá me dijo que no hablara con fantasmas, ¿pero como no hacerlo?, ellos se ven igual a los vivos.
Ese día me fue bien, hice muchos amigos, aunque la maestra es muy mala conmigo, no sé si es por mi forma de ser o por mis orígenes.
En clase pasábamos los días cantando, jugando, pintando y aprendiendo, me encantaba la escuela.
El viernes estábamos pintando unos dibujos, la maestra pasaba para ver cómo íbamos y se detuvo en mi lugar de trabajo.
- Amalia, es muy feo lo que pintas, les dije que no pueden salirse de la línea. Dijo la maestra
- lo siento mucho maestra. Dijo Amalia
La maestra me quito mi trabajo de la mano y lo arrugó, empecé a llorar, ¿porque no le gustaba a la maestra si soy buena niña? Me preguntaba
- no llores, límpiate la cara, las niñas como tú son feas cuando lloran.
La maestra me seco las lágrimas de una manera que me dolió, al tener contacto con su mano, entre en trance.
Vi a la maestra subiéndose a una moto, esa moto chocó con algo y luego de eso la vi sin uno de sus brazos.
- maestra por favor no se suba a la moto. Decía Amalia abrazando a la maestra.
- que te pasa niña, suéltame, ¿porque dices eso?
Empecé a llorar, no podía detenerme.
- Amalia, Amalia, cálmate
- maestra, usted tendrá un accidente y perderá el brazo
La maestra sacudió a Amalia
- ¿me estás maldiciendo?, maldita niña
- no maestra, suélteme, por favor no se suba, su novio morirá, hágame caso por favor. Decía Amalia
La maestra le apretó las mejillas a Amalia haciéndola llorar, los niños que vieron lo que ocurrió, quedaron llorando.
Ellos no entendían lo que estaban pasando, solo veían a la maestra maltratando a Amalia, la maestra con temor a que los estudiantes siguieran llorando, les ofreció golosinas.
- cálmense niños, les daré estás ricas golosinas si dejan de llorar. Dijo la maestra.
Los niños se tranquilizaron y se quedaron en sus puestos esperando sus golosinas, la maestra le dio a todos excepto a Amalia.
La maestra le dijo a los niños que no jugarán con Amalia, ellos inocentemente le hicieron caso, excepto uno.
- no llores niña, me llamo Joseph, yo jugaré contigo
Amalia no estaba segura si el niño estaba vivo o muerto, así que lo estuvo ignorando, el niño se sentó en su puesto y se la quedó viendo.
- ¿por qué no querrá hablar conmigo? Yo solo quiero ser su amigo, no quiero verla llorar. Se dijo Joseph para sí mismo.
Cuando Ángela llegó a buscar a su hija, Amalia estaba hinchada de tanto llorar, Ángela miro a sus alrededores y vio que su hija estaba sola y sin jugar
- ¿qué ha pasado?, ¿se habrán dado cuenta?, sabía que no era bueno mandarla aquí. Se decía Ángela para sí misma.
- ¿ qué ha pasado cariño?, ¿estabas llorando?, ¿por qué no juegas con los otros niños? Pregunto Angela
Amalia no quiso decir que la maestra le había apretado las mejillas, se levantó de su puesto y corrió hacia su mamá.
Ángela notó a su hija diferente y se dio cuenta de que algo estaba ocultando, la maestra estaba en su pupitre sentada viendo qué respondía Amalia.
Ángela al ver que no decía nada, se acercó a la maestra y le pregunto.
- ¿puedo saber qué le ha pasado a mi hija? preguntó Ángela
- estubo llorando porque los niños no quieren jugar con ella. Respondió la maestra mirando a Amalia
- ¿es eso cierto Amalia? preguntó Ángela
Amalia no respondió
- señora, ¿puedo hablar con usted? Preguntó la maestra.
- sí, dígame. Respondió Ángela
- señora, ¿su hija tiene algún problema?
- ¿Por qué lo dice maestra?, ¿ha hecho o dicho algo mi hija? Pregunto Ángela
- su hija llorando me pidió que no me subiera a una moto, dice que perderé el brazo y que mi novio morirá. ¿Cómo puedo tomar eso? Pregunto la maestra
Ángela sabía que algo estaba pasando y regaño a Amalia.
- Amalia, te dije que no hicieras esas cosas, ¿ qué fue lo que hablamos en casa?, ¿qué debe de estar pensando la maestra de ti?
- mamá, no quiero que la maestra pierda su brazo. contestó Amalia con lágrimas en los ojos.
- maestra, por favor disculpe a mi hija, le aseguro que esto no volverá a pasar, hablaré con ella en casa. Dijo Ángela.
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Updated 168 Episodes
Comments
Dariana Cortes
Me gustó mucho
2024-11-23
0
Momoko_Kori
ps la madre
2024-11-21
0
Alexa Palacios
ño
2024-09-28
0