Capitulo 7

Bastian:

Respiré profundamente, Alexander nos había notificado que Kenji ya esta en la comisaría. Gerard, Angel, Lucio estaban conmigo. Los tres entramos topándonos con Alexander en la puerta. Los oficiales nos saludaros dejando el paso libre para nosotros.

Oficial: Bienvenidos abogados.

Me acerqué a la oficial a cargo de recibir a los que entraban en la comisaría, me entregó el libreto de registro. Mi atención se fue al ver a Renata y Elena que se habían registrado. Levanté mi mano viendo la hora en mi reloj. Levanté mi mirada, la oficial me sonreía coquetamente.

Bastian: ¿Mi esposa la abogada Renata Nunier y la Abogada Elena Blondon?

Me giré un poco prestando atención hacia Alexander.

Alexander: Se fueron hace un momento.

Bastian: ¿A que vinieron?

Alexander: Unos documentos de uno de los casos, creo que con Olivia hablaron.

Bastian: ¿Qué caso?

Alexander: El de Arturo y Constanza.

Asentí con la cabeza, no sabía que tenían documentación pendiente en la comisaria. Me registre notando igual que ellas aun no se iban.

Bastian: ¿Estan con Olivia?

Alexander: Puede ser.

Me aparté de la recepción dejando que los demás se registraran, caminé por el pasillo a la oficina de Olivia, si no las conociera, dijera que ellas están aquí por otra cosa.

Pasé por la oficina de Olivia donde ella levantó la mirada viendo que ellas no estaban aquí, abrí la puerta entrando, ella se puso de pie caminando hacia la entrada, me extendió la mano, le correspondí el saludo.

Bastian: ¿Renata y Elena?

Olivia: ¿Disculpe?

Bastian: Me dijo Alexander que habló con usted… ¿Puedo saber de que?

Ella asintió con la cabeza caminando de nuevo hacia su escritorio entregándome unas carpetas.

Olivia: Firmaron la documentación de recisión de la condena de Constanza y Arturo.

Tomé la carpeta abriéndola, empecé a observar cada detalle del documento, pasé mis dedos encima de donde estaba la firma de Renata, cerré la carpeta entregándosela nuevamente. Ella me sonrió sutilmente.

Olivia: ¿Algún problema?

Bastian: Dímelo tú.

Olivia: No tengo ningún problema con las abogadas, con usted menos Fiscal.

Entrecerré mis ojos mirándola con mucha atención, podía notar que hablaba tranquilamente y que no había nada que ocultar, al menos eso esperaba.

Bastian: ¿Hace mucho que se fueron?

Olivia: No, de hecho si la llama deben estar cerca, lo que si me preguntaron sobre el caso del Ministro a lo que les informé que deben estar trayendo a la sospechosa del crimen.

Levanté una ceja mirando que ahora había cambiado sus facciones. Negué con la cabeza, me di la media vuelta tomando la perilla de la puerta.

Olivia: Señor, no sé si hice bien o mal, pero ellas tienen la especialidad de Derecho Penal en protección del Menor.

Me di la media escuchando las palabras mágicas para Renata y Elena, me la quedé mirando casi asesinándola.

Bastian: HIZO MAL, CLARO QUE HIZO MAL, ELLAS DEFIENDEN LOS DERECHOS DEL MENOR CUANDO SON INOCENTES. AQUÍ ES TOTALMENTE DIFERENTE.

Abrí la puerta saliendo de su oficina, miré por todos lados, estas dos me estaban dando de que pensar. Me acerqué a los demás cuando estaban parados frente al cuarto de interrogatorio esperando a que llegara.

Me acerqué dando dos pasos mirando a la niña, ella miraba por todos lados, su atención estaba justamente a través del espejo, como si supiera que nos encontrábamos aquí.

Lucio: No sé, pero no logro ver culpa en ella.

Gerard: Recuerdo esa misma mirada cuando fuimos a interrogar a Brisia cuando no sabíamos nada de lo que había pasado.

Angel: Una pequeña que tuvo una mala suerte de estar en el lugar y momento equivocada.

Renata: Que esa carita de ángel no les engañe.

Todos miramos hacia un lado al ver llegar a Renata y a Elena con una café en ambas manos, ella me sonrió entregándome mi café. Le sonreí agradeciendo que estuviera aquí aunque había dicho que no iba a participar.

Lucio: aaahhh, nooo, dijiste que no ibas a participar en el caso.

Renata: ¿Quién dijo que no lo haría?

Bastian: Eso es cierto. Mencionaste que no contábamos con ustedes.

Señale tanto a Renata como a Elena que noté cierta tristeza en la mirada de Elena, la miraba de una manera que estaba sintiendo pena por la niña.

Bastian: Entra Gerard, hazla hablar.

Renata: Tienes el don (irónicamente)

Sonreí negando con la cabeza, le di un sorbo al café, quemándome mis labios, lo aparté sintiendo el dedo pulgar de Renata en mis labios, Me atrajo dejando un beso en mis labios.

Esa si era la esposa que me gusta tener a mi lado. Se apartó mordiendo mi labio inferior sonriendo, se dio la media vuelta quedando de frente a la ventana para ver el interrogatorio.

Gerard entró, la niña enseguida bajó la mirada, le subí al volumen, tenía que escucharla hablar, quería la confesión cuanto antes.

Él la miraba fijamente, le dio unos golpecitos a la mesa, pero la niña estaba en su mundo, no había poder humano que la hiciera ver a Gerard fijamente. Levantó su mirada hacia Gerard… Miré a Renata que la miraba fijamente, la niña estaba mirando hacia donde nos encontrábamos.

Gerard: Hola, amm. Kenji Hiroma… ¿Cierto?

Gerard bajó un poco su cabeza buscando la mirada de la chica.

Solté un gran respiro negando con la cabeza, esta niña solo nos iba hacer perder el tiempo.

Lucio: ¿Crees que hable?

Bastian: Necesitamos la confesión.

Angel: Tenemos el video.

Renata: En este caso no creo que solo un video con una parte de lo que sucedió nos sirva.

Asentí con la cabeza, Renata estaba en lo cierto, por más que quise buscar más estaba todo borrado, de que había más estoy seguro que si había mucho más. Pero como saber que la llevó asesinar al Ministro, ella tenía que confesarlo.

Gerard: ¿Sabes por que estamos aquí? ¿Sabes por que estas en este lugar?

Le di nuevamente un sorbo al café, me acerqué a Renata, cerré los ojos inhalando su aroma, mi mejilla rosó por su cabello, ella untó un poco su mejilla en la mía.

Bastian: (Susurrando) Aunque no tengamos las vacaciones que estábamos esperando, te tengo para mi solo esta noche.

Renata: (Susurrando) Lo sé. Claro que si…

Le di un pequeño beso en su cuello, levanté mi mirada viendo a Elena.

Elena: Iiiiuuu… sus cochinadas en su alcoba.

Sonreí negando con la cabeza, le revolví un poco su cabella, ella se lo acomodaba sin perder su atención hacia la chiquilla.

Gerard: ¿Tienes hambre? ¿Tienes sed? ¿Me puedes decir de color es el lapicero que tengo en mi mano?

Gerard levantó el lapicero mostrándoselo… Puso el lapicero en sus labios manteniéndolo allí, levantó su mano pasando frente a ella, pero no parecía importarle nada de lo que pudiera decirle Gerard.

Pasé mi mano por mi menton un poco ansioso ante esta niña, toqué en la ventanilla dos veces. Gerard miró a la chica negando con la cabeza. Abrió la puerta saliendo del cuarto.

Gerard: Veo muy difícil que quiera hablar.

Angel: Lo intentaré.

Angel abrió la puerta, pero de nuevo la niña mirando hacia todos lados. Su actitud tranquila me demostraba que no sentía culpa de lo que había hecho.

Ángel se sentó saludándola, si esta niña no cae en la sonrisa de Angel estaba claro que con nadie lo haría.

Ángel: Hola pequeña. Soy abogado me llamo Angel Qiuber.

Él tocó su pecho haciendo saber que él era Angel, él la señaló con su dedo donde la niña levantó su mirada hacia Angel.

Angel: ¿Tú… como te llamas?

Miraba a Angel de una manera que no lograba entender que pudiera estar diciendo… Rodé los ojos cuando la niña de nuevo desvió la mirada.

Elena: Creo que nos dará toda la noche.

Renata: Si no siente culpa entonces es por que no es culpable de lo que hizo.

Bastian: Más bien, no siente culpa por que sabe lo que hizo y la manera en que lo hizo deja mucho que desear.

Ángel se puso de pie. Negó con la cabeza saliendo del cuarto.

Angel: No veo que vaya ser algo fácil.

Renata: ¿Por qué la estamos interrogando sin su abogado presente?

Rodé los ojos, allí venía Renata hacernos saber los derechos que ella sabía que por muy culpable o por muy en prisión se encontrara le haría valer sus derechos.

Bastian: Por que no es sospechosa, es la culpable. No te preocupes, no dirá nada. Tengo que ver que abogado tomaría su caso para intentar defenderla.

Lucio: Lo intentaré.

Lucio entró, él empezó a caminar por todo el cuarto, la miraba sin apartar su mirada, pero ella como si no existiera. Se acercó sentándose sobre la mesa del lado contrario al de ella, cruzó sus brazos tratando de atraer su atención.

Lucio: soy Abogado, ¿sabes que si no hablas no podremos saber lo que te sucedió? Sabemos lo que hiciste, pero o sabemos que te hizo hacer lo que le hiciste al Ministro.

Se levantó de la mesa intentado caminar hacia la puerta de la entrada. Lucio se bajó del escritorio donde las esposas se tesaron… empezó a sacudir un poco quería que se soltaran las esposas empezó a jalar la mesa, pero no lloraba, ni se quejaba, de nuevo miró hacia la ventada.

Lucio: si quieres soltarte, tendrás que empezar hablar ¿entiendes?

Dio varios pasos hacia atrás negando con la cabeza, al menos ya había hecho referencia a lo que Lucio le dijo. Le toqué la ventana… él solo la miraba mientras caminaba hacia la puerta. Salió cerrando la puerta.

Lucio: ¿Qué sucede que no quiere hablar?

Renata: Permite hacerlo.

Renata me miró con una seguridad y confianza en ella misma. La miré asintiendo con la cabeza.

Todos: OOOhhhh… claroooo las ventajas de ser la esposa.

Ella solo levantó una ceja con una hermosa sonrisa. Abrió la puerta entró cerrando la puerta.

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Renata

Bastian

Gerard

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olivia

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