CAPÍTULO 11

*LAURA*

Tengo la suerte de tener una gran jefa, es comprensiva y muy fácil de dialogar, creo que realmente podemos entablar una bonita amistad, de mi parte así lo siento.

Pude contarle mi historia, de como he llegado a la ciudad y lo que me ha tocado pasar, poco a poco me he ido recuperando, mi amiga quien salió junto a mi del pueblo, Irene, con quien fui al bar la noche que conocí a Samuel, me apoyo por un momento, pero igual me he alejado de ella debido a que sigue en el mundo de las drogas.

No quiero eso para mi vida, quiero mejorar y estar orgullosa de mí, de ver que puedo conseguir grandes cosas por mi esfuerzo. Sé que el trabajo es la mejor manera de salir adelante. Comencé alquilando una pequeña habitación, donde he podido estar cómoda.

- Laura, cuenta con mi apoyo. No me veas como tu jefa, también como una amiga. – me habla Gabriela, haciéndome salir de mis pensamientos.

- Gracias Gab, te tomare la palabra. – Le digo haciéndola sonreír.

- Sabes, eres una gran mujer, te admiro. – Le digo sinceramente.

- Gracias Lau, tu también lo eres. Además eres muy alegre. – Me comenta ella.

- Si, muchos lo dicen, pero no les gusta, a veces se molestan. – Le comento elevando ambos hombros restando importancia.

- No les prestes atención, mantén tu espíritu alegre, que nada te turbe. – Me responde ella.

Realmente soy así de alegre, evito tener pensamientos negativos, muchas veces si puedo sentirme un poco triste, al extrañar a mi familia, sentirme tan lejos de ellos, mi padre y mi abuelita han quedado en el pueblo, espero volver pronto y verlos, siempre les envío algo de dinero para ayudarlos. Pero se que la vida en el campo, no es tan fácil.

Durante estos días, mi jefa, bueno Gabriela, se encuentra en casa, así que son pocas las actividades que hago, aun así me paga mi salario completo, le falta poco menos de dos meses para dar a luz. Así que el trabajo más exhausto ha sido la mudanza a su nueva casa, ya que quiso independizarse de sus padres.

A quién no he vuelto a cruzarme a sido al guapo de Samuel, es que realmente es un bombón, esta para comérselo. ¡Debes olvidarlo Laura, no es para ti!.

Porque soy tan Ilusa, porque me enamoró tan rápido y sobre todo sola, con mi ex novio, algo similar, creo que me deje llevar sin conocerlo, jamás me imagine que podía estar metido en cosas ilegales, siempre creí que lo conocía solo por el hecho de haberlo visto crecer, como uno de los chicos más del pueblo, aunque más callado y alejado de lo normal, quizás ese aspecto misterioso fue lo que me atrajo.

Mientras estoy en mi cama, pensando en tantas cosas, mi celular comienza a sonar, haciendo salga de mi distracción.

- 📲 Buenas noches muñeca. – Escucho esa voz que me hace odiarlo en este momento.

- 📲¿Miguel que quieres? – Le respondo de manera molesta.

- 📲Muñeca, ¿Por qué tan molesta? – Habla de manera muy relajada.

- 📲Ja! De verdad te atreves a preguntar como si nada hubiese pasado? – Que cínico, no logro pasarlo.

- 📲 Vale, se que me pase y me lleve algo, pero prestado, te lo pagaré, lo juro. –

- 📲¿Prestado? – Pregunto enojada, apretó mi celular para calmarme.

- 📲 Muñeca ¿Puedes ayudarme? – Pregunta con algo de preocupación en su voz.

- 📲 Lo siento, no continuare con esto. – Le digo y cuelgo la llamada.

Respiro pesadamente, esta llamada me tomó por sorpresa, pero mucho más lo tranquilo que Habla, como el mismo descarado dijo, “un préstamo”, aun no entiendo como fue tan capaz de hacerlo, al parecer sin ningún remordimiento, parece muy confiado en que realmente lo ayudaré, pero se equivoca, hace mucho lo saqué de mi mente y corazón.

A pesar de creer que puedo ser ilusa, he aprendido que no debo confiar tan fácilmente, nunca terminas de conocer a las personas, por más cercanas que sean a ti, pueden decepcionarte de mil maneras diferentes, aunque te juren amor y supuestamente sean capaz de dar la vida por ti.

*Flashback*

Creo que fue un amor a primera vista bueno de parte de él, a mi me ha gustado desde que tenia 10 años, aunque es mayor que yo, siempre trataba de estar en su circulo de amigos, pero poco o nunca me prestó atención, hasta que un día de verano, caluroso, Miguel se encontraba realizando una trabajo de reparación de cercas de una de las casas vecinas, creo que hacia diversos trabajos para ganarse la vida.

- Hola Miguel. – Me acerco a saludarlo muy entusiasmado

- Si, hola. – Apenas hace un ademán con su cabeza.

- ¿Cómo estas? – Pregunto con mucho interés en él.

- Ocupado. – sigue concentrado en su trabajo.

- Si, claro. Solo te traje algo de tomar para que te refresque. – Dije igual emocionada.

- Gra, Gracias. – Se volteo a verme, nuestras miradas conectaron, me dio una sonrisa algo tímida y fugaz, pero que me dejo marcada y desde ese momento nuestra historia comenzó.

Sentí que era el único hombre que existía en el mundo, que era capaz de hacer todo por mí, era mi superhéroe, ese caballero de armadura como en cuentos de princesas, que me llevaría a recorrer el mundo y tendríamos un castillo con hermosos hijos.

Era una adolescente de 16 años, con muchas hormonas, pero para mi era amor, el un chico de 18 años, atractivo, trabajador, con planes futuros, según yo.

Recibí las advertencias de mi abuelita y de mi padre, incluso los comentarios de las vecinas y viejas chismosas del pueblo, pero Miguel se comporto, incluso fue hablar con mi padre.

- Señor Tomas, Señora Elvia, vengo a pedir permiso para salir con Laura. – Habla con algo de dificultad debido a los nervios, yo emocionada de verlo.

- ¿Qué quieres con mi hija? – Le pregunta mi padre con cara de perro rabioso, cosa que me hace sentir nerviosa.

- Yo, yo la quiero, quiero que sea mi novia. – Responde cabizbajo Miguel.

- Ella es una niña todavía. – Le habla mi abuela.

- Yo voy a cuidarla, pienso ir a la capital y ayudarla. – Responde él.

- ¿Ayudarla en que? – Vuelve a preguntar mi abuelita.

- Para que salga del pueblo y se case conmigo. -

- Con eso no la ayudas, yo quiero que ella se gradué antes de casarse. – Mi padre vuelve a resonar.

- Y mucho cuidado con dejarla embarazada. – Le advierte mi abuela, cosa que me hizo ruborizar

- No, nada de eso, yo la cuidare y hare que estudie. – Le promete Miguel.

Ese día apenas dejaron que fuese a la plaza del pueblo acompañada de Miguel, yo estaba ilusionada , sería nuestra primera salida como novios.

Pasaron un par de años, yo ingrese a un pequeño instituto luego de culminar la preparatoria, estaba estudiando enfermería, seguía siendo novia de Miguel, amándolo más que antes, pero llegó el momento en que tenía que partir a la capital, como anteriormente lo había prometido.

- Amor, debo irme, pero prometo regresar por ti. – sé despide

- Te esperaré mi amor. –

- Prometo mantener la comunicación. –

- Lo se, confío en ti. Te extrañare. –

*FIN Flashback*

Ahora recuerdo cada momento con Miguel y me doy cuenta que el amor es ciego, te hace perder la cabeza, la cordura y la razón. Lo que agradezco es que no me entregue a él y aprendi a no ser tan confiada.

Miguel cambió por completo al llegar a la ciudad, no había ningún rastros del hombre del que me enamoré, se dejó llevar y por poco me hace caer a mi también.

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