CAPITULO 4

*Mantener la ilusión*

Han pasado tres años de manera rápida, voy en 4 años de la carrera de arquitectura, cada vez se han vuelto más exigentes los profesores, ponen a prueba mi creatividad, pero es lo que amo hacer, no es por poco que la consideran una de las bellas artes. Por el contrario, Gabriela ha decidido estudiar medicina, no se a quien se le ocurre eso, pero bueno igual la apoyamos, es la pequeña de la casa iniciando su vida universitaria.

Mi novia, más hermosa que nunca, Rebeca, ha ido un poco más lento, incluso ha tenido que poner en pausa su carrera, le han ofrecido un trabajo como modelo, desde el año pasado ha tenido que viajar constantemente, aquí es donde hemos tenido nuevamente dificultades en nuestra relación, la distancia, era algo que no lo tenía planeado.

Llevamos dos meses sin vernos, casi sin poder hablar, las pocas veces que atiende mis llamadas o responde alguno de los mensajes que le dejo, es igual “Estoy cansada, ocupada, hablamos en otro momento”, aquí si siento la presión, incluso ha pasado por mi cabeza pedirle matrimonio la próxima vez que regrese.

Aun no estoy graduado, sé que el dinero que tengo en mi cuenta es gracias a mis padres, pero por ese mismo motivo le he solicitado a mi papá que me permita participar de algunos proyectos que tengan en la constructora, ya me falta poco para graduarme y tener mi título, así que no veo mal el que no pueda ir ganando cierta experiencia en el campo laboral, mi padre emocionado por supuesto, ya que siempre ha soñado con dejar la empresa a sus hijos, bueno Gabriela no es su pasión, pero igual mi padre la toma en cuenta.

Mis entrenamientos de baloncesto continúan, sigo jugando a nivel universitario, incluso me han llegado ofertas para jugar profesionalmente, pero no creo, esto es como un hobby, me ayuda a desestresarme y mantenerme físicamente saludable.

En un día antes de ingresar a la práctica de baloncesto, extrañando tanto a mi Rebeca, decido hacerle una llamada, para saber algo de ella, de verdad que ya estábamos muy distanciados:

- 📲 Hola nena. ¿Cómo estas? – Pregunto cariñosamente.

- 📲 Hola Sam, amor, bien y tu? – Responde algo dubitativa.

- 📲 Te extraño preciosa. ¿Cuándo regresas? – Pregunto.

- 📲Pronto amor, se ha extendido la campaña. – Responde

- 📲 Entiendo preciosa, bueno te esperaré. – Le digo algo triste.

- 📲 Nos vemos amor. – Me dice antes de colgar

Ya en el entrenamiento, estamos haciendo tiros a la canasta, luego el entrenador nos envía hacer calentamiento para jugar un partido amistoso, el entrenador hace sonar el silbato para indicar que iniciemos la jugada, estoy en mi posición habitual como “escolta”, hago algunos rebotes y anoto un par de canastas, ya habían unos quince minutos, uno de los chicos que ejercían la posición contraria, me ataca, hago un pase para el pivot que era Frank y Luis, detrás de este, el juego estaba bastante agresivo, mucho contacto, me devuelven el balón y hago un giro y un salto, al caer sobre mi pierna derecha sentí un fuerte dolor, que me hizo caer el suelo.

- Ayudaaaa!!! por favor, me duele... Agh – Grito sosteniendo mi pierna, mis compañeros se acercan y el entrenador.

-¿Qué pasa Villanueva? – Comienza revisar el pie, mientras yo hago muecas de dolor, ya que de verdad que era insoportable.

- El entrenador intenta retirar mi calzado, pero con apenas colocar su mano, el dolor fue más intenso que nunca.

- Deja de llorar. – Dice en burla Manuel, uno de los chicos.

- Vamos, levántelo y llévenlo a enfermería. – Indica el entrenador. Frank y Luis como uno más de los chicos me llevan.

Los chicos me llevaron hasta enfermería donde me evaluó el medico y la enfermera, al parecer solo había sido un esguince, pero mi pie se inflamó como un globo. Me dieron analgésicos antiinflamatorios, inmovilizaron el pie con un yeso y me dieron 21 días de descanso físico. No podré volver a prácticas. (Que triste, pienso).

- Que bonita manera de terminar este día. – Lo digo de manera negativa.

- Tranquilo amigo, así descansas. – Me anima Frank

- Apenas estamos iniciando el ciclo, así me perderé parte de la temporada, por decir que toda. – Le digo con fastidio.

- Pero podrás estudiar. – Insiste Frank

- Sam, ¿Qué te ha pasado? – Llega Valentina con cara de preocupación.

- Hola Vale, cariño ¿Cómo estás? – Saludo Frank a Valentina.

- Hola Frank, disculpa que no te salude, me enteré de la caída de Samuel. – Dice algo intranquila .

- No te preocupes nena. – Le hace un guiño

- Debo regresar a clases, le acompañas? – Pide Frank a Valentina.

- Esta bien, yo le ayudo. – Sonríe

- Gracias Vale, te lo agradezco. – Samuel le agradece

- Ya puede llevárselo, Puede usar la silla de ruedas por unos días y luego unas muletas. – Indica el médico

- Aff, como un lisiado. – Rueda sus ojos Samuel en forma de fastidio.

- No te preocupes Sam, todo esto pasará. – Le dice Valentina para animarlo.

Su amiga lo lleva en la silla de ruedas, por todo el campus, hasta el estacionamiento, cuando pasan junto a una pareja muy acaramelada, Samuel mira detenidamente a la chica ya que se le hacia muy conocida, pero era obvio, era su novia, hace que su amiga se detenga a una distancia prudente y los escuchan hablar:

- Deja a ese tonto, aquí me tienes. – La voz de un hombre joven se escucha, luego besos y gemidos, me hace hervir la sangre, pero me contengo.

- Creo que tiene futuro como CEO en la empresa de su padre. – Escucho a Rebeca decirle

- Crees? Sabes que mi padre es el dueño de varios concesionarios. – El hombre se burla.

- Yo tengo eso asegurado mi puesto y dinero, puedo darte lo que quieras, desde ya. – Continua hablando el hombre.

- Pero estamos juntos, desde la prepa, no, no quiero hacerle daño. – Dice ella

- ¿Aún lo quieres? – Le pregunta

- Claro que lo quiero, de alguna manera lo aprecio. – esta suspira

- Siempre ha sido bueno y cariñoso conmigo. – Responde ella.

- Pero al parecer eso no ha sido suficiente para ti. – Esta vez es Samuel quien le habla, ambos voltean y la cara de Rebeca muestra asombro.

- Sa, Sam, Samuel. – Tartamudeaba y su rostro palidece como el papel.

- Así que este es tu “novio”, no me habías dicho que era paralítico. – Se burla el hombre.

- Por eso tienes lastima de dejarlo. – Habla sarcásticamente.

- El no es . . . – Interviene su amiga, queriendo defenderlo

- Tranquila Valen, no es necesario hacer aclaraciones. – Samuel la interrumpe

- Y Rebeca, para no hacértelo tan difícil. Terminamos. – Le digo lo más calmado que puedo.

- Sam, Samuel. – Le llama Rebeca, pero este le indica a su amiga que continúen y se van sin prestarle atención

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