Siento la mirada acusadora de Lucía encima de mí, lo único que hago para evitar verla es jugar con un pedazo de manzana que trae el coctel de frutas que me obligo a comprar. Nos encontramos en unas mesas al aire libre afuera de la cafetería, la mesa es cuadrada de color blanca con una sombrilla en medio y junto con las sillas son de diferente color, la sombrilla de la mesa es roja, la silla que tiene Lucía es de color azul y la que yo tengo es color verde, uno de mis colores favoritos. Nos gusta comer en estas mesas dado que podemos descansar en la sombra, además de que no hay tantas personas y no nos sentimos encerradas.
—Jesica, por favor come.— La voz de Lucia me hace sentir culpable, por lo que obedezco y al fin pruebo el trozo de manzana.
Le hago caso y pruebo el trozo de la manzana que juego, mi estómago empieza agradecer pues realmente tenía hambre pero por la tristeza a veces dejo de lado algo tan esencial como comer.
—¿Te puedo preguntar algo?— Comenta mientras come su sándwich
Alzó la mirada para ver sus ojos color miel tratando de darle entender que puede preguntar y lo entiende, deja de lado su tenedor y me mira fijamente, en su rostro se puede notar que esta sería.
—¿Qué tienes?, te noto bastante distante. Siendo sincera, el año pasado estabas igual o peor. Oh, bueno es mi perspectiva, ya que cada vez que se acaban las clases huías, solo te veía hasta la siguiente clase o incluso hasta el siguiente día.
Tiene razón. Me sorprende por momentos como este que tan observadora puede ser. Antes de comentar algo, me quedo unos segundos callada, meditando si debo de contarle o no. Después del día cero, es decir del fallecimiento de Mario Ernesto, he preferido que las personas que se encuentran a mi alrededor sepan poco de mi, ya que entre más personas entren en tu vida será inevitable que te abandonen o te traicionen.
No obstante, hay días en los que quiero dejar de sentir tanta soledad. Quisiera tener una cómplice, alguien con quien poder hablar de todos mis sentimientos, con quien compartir mi felicidad y tristeza.
Sutilmente comienzo a analizarla, puedo notar en su rostro que existe una genuina preocupación por mí. ¿Podría abrir mi corazón? ¿Será bueno dar ese paso?. Tal vez pueda comentarle algunas cosas de mi pasado, claro, sin entrar tanto en algunos detalles.
—Hace un par de años falleció mi novio, bueno ex novio…sinceramente no se como mencionarlo.—Me quedo unos segundos en silencio. — Bueno, su madre se acaba de contactar conmigo para que la acompañe el día domingo a la última morada de él.
—Eso explica el porqué te niegas a conocer a otras personas, sobre todo a hombres. Jes, lamento tu perdida. No me quiero imaginar qué tan doloroso es perder a la personas que más quieres o amas. No olvides que no estás sola. Pero bueno, ¿Hace cuanto que no hablas con la mamá de tu ex novio?. —
— Hace unos tres años aproximadamente.
Dicho esto nos quedamos en silencio. Comienzo a comer un poco más de mi fruta. Una parte de mi corazón se siente mucho más tranquila, como si hablar ayudará a sanar esa parte que solo yo conozco. Miro a Lucia y noto que quiere comentarme algo a lo que para darte mayor confianza le brindó una cálida sonrisa, a lo que le da el valor correspondiente y al fin comienza hablar.
— Te quiero acompañar. y no acepto ninguna negativa de tu parte. No se cuanto tiempo has sufrido en silencio, pero ahora tienes en mí a una amiga que te acompañará y te escuchara.
Noto en sus palabras sinceridad. Toma mi mano y comienza a acariciarla lentamente, como señal de cariño, lo que termina provocando lágrimas en mis ojos. La calidez que provoca esa pequeña acción es algo que no pensé en volver a sentir.
—No volverás a estar sola.— Me quedo callada por unos segundos, "no volverás a estar sola" esas palabras retumban en mi cabeza. Mario Ernesto siempre me las repetía hasta aquel día que todo cambió en mi vida. Fue su mayor mentira, ya que no lo he vuelto a ver aquellos ojos que solo reflejaba amor cuando me observaban. Dejó un alma desolada con dolor y tristeza infinita.
Quiero comentarle algo a Lucia pero me veo interrumpida.
—Hola chicas, ¿listas para el viernes?.— Dice Mariana sentándose en nuestra mesa, ocupando una de las sillas vacías, junto a ella se sienta otra chica de nombre Jocelyn, ambas son compañeras de nuestra licenciatura.
Mariana es de una personalidad agradable y de lo poco que he convivido con ella es alguien sincera, de ojos verdes, tez blanca y cabello chino. Un poco contrastante con la apariencia de Jocelýn ya que es de tez apiñonada, ojos café oscuros, de una personalidad para mi gusto hipócrita, tiene una vibra tan nefasta que mi propia inconsciencia se mantiene siempre alejada, más de lo que normalmente hago.
Un par de días atrás Lucía me ha tratado de convencer para ir a un nuevo antro de la ciudad, el cual me mencionó en más de una ocasión que es de los mejores. Sinceramente no me interesa ir pero con la finalidad de mantener la mentira de que estoy bien me he convencido de ir, sin embargo me arrepiento.
—Estoy más que lista. Ya quiero salir a rumbear, así como ligar. Tal vez sea momento de tener alguna aventura de una sola noche.— Comenta Lucía con voz alegre, llena de vida. Me miró con una sonrisa amplia. Las chicas siguieron platicando sobre temas que realmente no me interesan, preferí fingir escuchar lo que decían mientras comía.
¿Qué es lo que desea la Mamá de Mario Ernesto entregarme? ¿Por qué no la volví a ver después de lo que pasó? ¿Por qué hasta apenas me lo daran?
—¡Jesica!- En un casi grito menciona Jocelyn, lo que provoque que me sobresalte algo asustada, ya que estaba perdida en mis pensamientos. Puedo notar una sonrisita en los labios de esta chica lo que me revuelve el estómago por la molestia que me provoca.
—Lo lamento. ¿Qué es lo que estaban comentando?.— Mantengo una voz neutra, mientras la miro.
—¿Qué si quieres ir mañana a comprar ropa con nosotras?.— El tono de voz que ocupa Jocelyn es de molestia. Es más que evidente que mutuamente no nos agradamos, es más que existe cierta tensión entre nosotras.
—Agradezco la invitación, pero estaré ocupada. — Me levanto de la mesa, tomo mi mochila junto con la charola con la fruta que está comiendo. — Me paso a retirar. Provecho.
— ¿A dónde vas? Aún no terminas tu comida. — Comenta preocupada Lucia.
—Debo de ir a clase. Permiso.
Me aparto de la mesa, pero a pesar de ello puedo escuchar uno que otro comentario de Jocelyn sobre mi forma de ser. Se nota que no le agrado, pero debe de importarme menos, solo debo de ignorarla. Al menos si quiero seguir creciendo mi amistad con Lucía.
Miro la hora, lo que me percato de que aun tengo tiempo de terminar de comer antes de entrar a clase. Camino en uno de los pasillos de los edificios de manera tranquila, mientras busco alguna banca para sentarme un rato, no obstante comienzo a sentir una fuerte pulsación en mi cerebro, lo que provoca mi caída, mi visión comienza a ser poco a poco borrosa. Tomo entre mis manos mi cabeza, el dolor es cada vez más insoportable.
“— ¡Por favor, déjala!. Sabes que ella no tiene nada que ver.”
¿Esa es la voz de Mario Ernesto? ¿Dónde está? ¿Qué está pasando? Trato de levantarme pero mis fuerzas se han ido de mí. Mi visión se vuelve cada vez más borrosa.
“— Ella es importante para tí, ¿no?.”
Esa voz me es conocida, pero ¿De dónde la he escuchado? ¿Quién es?
“— Solamente déjala. ¡Escuchame!, si debes matar a alguien, ese debe de ser yo.”
Me quedo confundida si todo lo que escucho es real, si es un recuerdo perdido o en su caso alguna alucinación. Dejo de sentir energía dentro de mi, lo que poco a poco mi visión comienza a oscurecer y unas lagrimas bajan en mis mejillas ante un dolor en mi pecho. ¿Mi cuerpo está reviviendo algo?
Siento como alguien toca mi cuerpo, su calor es desconocido. Me levanta como si nada. Su olor inunda mis fosas nasales y siento una sensación de miedo. Mi cuerpo reconoce este olor, es exquisito pero a la vez peligroso.
— Jesica. ¿Me escuchas?.
¿Nuevamente esa voz? O ¿estoy confundida?. Quiero e intento abrir mis ojos pero no lo logró. Otro dolor en la cabeza hace que pierda el conocimiento, lo último que logro escuchar en un susurro es.
—Quisiera cuidarte.
...****************...
Si quieres que continúe, like y comenta.
Tú apoyo es importante.
Gracias❤️
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 35 Episodes
Comments
Isabel Silva de Salazar
escritora deje que le den las cosas sin pedirlas. es fea su imposición
2024-06-19
4
Piedad Morocho.
q se ponga de acuerdo cómo mismo de llama Ernesto o mario
2024-03-11
5
Diana Patricia Requena
estoy confundida en un principio pensé que el novio se llamaba Mario y en otros Ernesto?????
2024-03-08
5