Capítulo 13.

Capitulo 13.

Antes de que pudiera hacer un movimiento Asim mi única opción fue besarlo con tanta intensidad, no podía hacer otra cosa ya que me tomo de los brazos algo fuerte pero si conocía este loco estaría dispuesto hacer lo que sea para deshacerme de lo que aun no creo que este dentro mío.

Sin dejar que me haga algo mas ya que sus ojos se veían furiosos por mi acción logre comenzar acariciar sus costados con gentileza sintiendo su agarre aflojarse hasta sentir como sus manos me apresaron de la cintura haciéndonos girar y cayendo en el suelo, no separe mis labios de los suyo y para que no me haga daño pase mis brazos a su cuello evitando alejarlo de mi, no se cuanto tiempo pasamos pero un pequeño gemido nos hizo detenernos, ¡Se me olvido Ain!.

-¿Qué significa esto?- tomo mi mentón mirándome directo a los ojos.

-Tu ve un sueño muy realista, era mayor y me vi con mi estomago grande- no era del todo mentira ya que Shani se veía mas grande de lo que es originalmente.

-¿Preguntaba por el beso intenso? Pero gracias por responderme esa loca palabra que te hiciste a ti misma- mi corazón de pasar a latir muy rápido por el miedo de su mirada comenzó a latir muy rápido a causa desconocida.

-A bueno eso – no pude responderle y como pude me aleje de el girando hasta salir del otro lado de la cama y levantarme encontrándome con una somnolienta Ain mirando a todos lados -Buenos días Ain- salude ignorando que Asim me veía desde el otro lado de la cama.

-Buenos días Shani- me saludo aun dormida si que era linda.

-Buenos días también Ain- la cara de Ain giro a Asim asi como el sueño salió muy lejos de su pequeño cuerpo

-Buenos días Hermano- Saludo alegre y algo sorprendida por su presencia, ¿Quién no se sorprendería al verlo?

-Bueno ya que todos estamos despiertos, hay que ir a desayunar- Asim toco una campana de quien sabe donde la tenia y de inmediato varias sirvientas entraron -Vistan a la pequeña princesa y llévenla al comedor-

-Como orden nuestro Faraón- respondieron al uniso llevándose a Ain lejos dejándonos solos en el cuarto.

-¿Viste el rostro de quien compro a mis soldados?- pregunto de repente sacándome de mi mente.

-No, pero si se que es una mujer tampoco pude reconocer su voz-

-Desde hoy dormirás en mi recamara-

-¡¿Qué?! ¡No puedo dejar a Ain sola! ¡Soy su maestra de combate!- sus locuras me dejaban muy sorprendida y ahora quería separarme de esa tierna niña.

-Y tu eres mi futura esposa – si que no podía ganarle a ese hombre pero yo soy obstinada y no me ganara

-No importa eso, Ain aun es pequeña y con lo que paso anoche tendrá pesadillas, si te preocupa tanto mi seguridad pon mas guardias. – lo mire decidida no importando que podría pasarme-

-Esta bien pondré guardias en el balcón y las puertas- sonreí ya que había ganado algo por primera ves desde que interactuó con el.

La mañana paso tranquila, el desayuno fue ameno y casi todo volvió a la normalidad ya que estaba de nuevo entrenando a la pequeña Ain, mas que nada solo aumentaba su resistencia para el futuro e igual comenzaba a entrenar con la espada pero toda mi tranquilidad se esfumo cuando varias personas se acercaron a donde estábamos las dos y unos soldados por sus ropas pude ver que se trataban de sacerdotes y demás del templo y en la cabeza Nailah sonriendo victoriosa.

-¡Esclava te reto a un duelo para ver quien es apta de ser la prometida y esposa real de Asim!- la mire perpleja por sus locuras que decía, sabia que todas las mujeres candidatas a reinas sabían luchar pero jamás pensé que esto pasaría.

-¡¿Qué significa todo esto?! – llego alguien que no ayudaría para nada a la situación

-Nuestro Faraón le pidió que no se meta, esta es una pelea que solo le concierne a las mujeres que desean ser su esposa- ¡Yo no quería serlo! Tuve tantas ganas de gritarlo pero me detuve ya que saldría perdiendo y podría irme peor mas que nada porque querían eliminarme.

-¡Desafías a tu Faraón!- Asim comenzaba a enojarse pero los sacerdotes se mantenían firmes.

-No...Jamás pero debemos pensar en el futuro de usted ya sabe a lo que me refiero- las miradas eran algo inquietantes ¿Qué escondían esos dos? Debía detener esto y solo había una solución.

-Acepto el duelo- dije ya para evitar las cosa -Pero si pierdo pido inmunidad a mi persona como maestra de la princesa- esperaba que respetaran eso

-Concedido, el encuentro será dentro de dos lunas llenas- Dijo un sacerdote asintiendo mientras se alejaban de nuevo

-¡Prepárate para perder!- me dijo Nailah igual yéndose de ese sitio moviéndose con sensualidad supongo para verse bien ante Asim aunque el ni la miro un poco.

-¡¿Estas loca?! Nailah fue entrenada en combate desde niña...te puede lastimar- ¿Le preocupaba eso?

-Yo también fui entrenada desde niña, no te preocupes- trate de darle mas confianza en mi pero solo me miro enojado por lo que le decía pero luego cambio su mirada a una pensativa me miraba luego se volteaba así por tres veces ya en la cuarta me miro decidido a algo.

-No confió en ella así que Aaron te entrenara-

-¡¿Espera que?!- trate de negar algo pero puso su mano en mi boca impidiéndome hablar

-Ya dije así que no repeles- Lo único que no quería era acercarme a Aaron y ahora este loco lo puso como tutor mío de entrenamiento.

-Descuida Shani mi Hermano Aaron es muy bueno en combate él te hará ganar-

-No me preocupa eso pequeña Ain- le dije mirando la espalda de Asim lejos mientras hablaba con mas personas, la historia estaba tomando un rumbo muy diferente a lo que recuerdo ya que en el libro jamás se dijo algo acerca de un combate entre Shani y Nailah, también me inquietaba los sueños que tenía, sobre todo este ultimo ya que era algo que jamás leí en mi vida anterior ¿No entendía que sucedía?.

La semana se fue rápido y sin pensarlo ya estaba en una sala sola junto a Aaron mirándome con odio por ser obligado a esto, yo solo quería llorar.

-¿Estas lista?- No lo estaba pero no tenía más opción que aceptar asentí y de inmediato me ataco con dos armas especiales para mujeres yo tenia las misma y en menos de dos minutos el me desarmo completamente.

-¿Cómo puedes ser tan bueno con estas?- le pregunte mirándolo esperando una respuesta de su parte

-No soy bueno con ellas lo que pasa es que tu… ERES MALISIMA EN PELEAS- me grito mirándome frustrado -¡No se suponía que eras hija de un general! -¡Eres una inútil!- sus reclamos bajaban mi autoestima ¿Dónde estaba el dulce Aaron que trataba gentilmente a Shani? Lloraba internamente por eso, estos dos meses serian una tortura a su lado dioses egipcios ayúdenme.

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