capitulo 5

Capítulo 5.

Pase la noche en ese sitio no importándome el frio que hizo en la madrigada pero debía pensar en que hacer con mi vida ya que a pesar de haberme salvado del destino de ser concubina del Faraón y ser maltratada por este para luego sacrificarme por este reino a ser la maestra de una princesa muy pequeña pero pensándolo bien este podría ser algo bueno, en mi vida pasada había visto muchos programas de acción eso me ayudaría y también antes de caer enferma había aprendido defensa personal ya que quería ser parte de la marina así que con eso en mente y saber que este cuerpo tiene memoria muscular muy buena entrenare a este niña y podre ser libre o ser su guardaespaldas y vivir cómodamente. Tan pronto como se empezó a asomar el sol me adentre a la habitación y donde estaba la cama me acerque ya tenia una meta y no dejare que se me escape ni un poco tome una gran bocanada de aire y

-¡BUENOS DIAS PRINCESA!- grite espantándola ya que se levanto apresuradamente para verme horriblemente

-¡¿Qué te sucede maldita criada?!- que carácter

-No, no, no criada no es, soy tu maestra y como ha dicho a primera hora empezara su entrenamiento- sonreía sin importar las miradas de muerte de esta niña ya que ella no me arruinaría nada

-Maldita criada, me preparare para empezar- si algo aprendí desde que llegue aquí fue que debes aprender a moverte con cualquier cosa que traigas puesta

-No me entendió pequeña princesa, empieza tu entrenamiento a primera hora y no importa que traigas puesto necesitamos empezar- mi sugerencia la dejo sin palabras pero antes de que diga algo la tome y saque de la cama quedando descalza -Tu primera lección atraparme antes de que el cielo este completamente azul-

-¿Qué? ¿Qué tipo de entrenamiento es ese?- su molestia era evidente pero tener buena condición es importante

-No preguntes así que atrápame- sin esperar nada comencé a correr lejos de esa niña y como el cuarto era enorme mientras que ella se enojo tanto que corrió lo más rápido que pudiera, pero en menos de lo que pensaba esa niña estaba en el suelo respirando mucho -¿Debe ser una broma?- dije sin pensar causando que la niña comenzara a llorar demasiado fuerte.

-¡Te odio! ¡Le diré a mi hermano! - eso me alarmo y de inmediato corrí a donde ella y la tomé en brazos, debía de tener a lo mucho unos 5 años

-Hey, Hey tranquila es normal que no puedas al inicio- sus sollozos eran más fuertes ¿Qué mas podría decir? -Estoy segura que tus hermanos eran igual a tu edad- al parecer funciono ya que me miro con sus ojitos muy rojos

-Pero mis maestros …sniff… siempre me decían que aprendo lento…y…y... incluso mi hermano dijo que me casara…que solo Aaron cuidaría de él- ahora entendía el dolor de la pequeña, los adultos le destruyeron sus sueños y al parecer su hermano igual no le da esperanza pero y ¿sus padres?

-¿Qué dijeron tus padres ante eso?- una pregunta que si bien es inofensiva parece que le afecto ya que se quedo callada

-Mamá murió cuando nací y papa murió poco después- esa respuesta me afecto un poco recordando un breve fragmentó de que ello habían muerto pero nada mencionaron de que había una hermana tal vez la mencionaron muy poco pero lo de los padre prácticamente empezaba con la mención de su muerte.

-Lo siento, pero no te preocupes pronto seras capaz de proteger a tu hermano ya lo veras-

-¿En serio lo crees?- la esperanza era lo único que le quedaba y yo le daría esa esperanza.

Los días pasaron, la sirvienta que mando el General era amable y me daba ropa algo parecida a lo de los soldados incluso me ayudaba a peinarme y bañarme algo muy lindo incluso estaba aprendiendo mas sobre la batalla que aprendió Shani en su vida, la princesita por su parte comenzaba a mejorar su condición física ya no se cansaba como antes incluso hubo veces que casi em atrapaba y aprendí que ella pronto cumplirá 7 años pues si que era pequeña para tener esa edad, y hoy era un entrenamiento en el jardín, fue bueno que pudiera conseguir permiso de Aaron para salir.

-Bueno pequeña Ain hoy aprenderemos a saltar ¿Lista?-

-Claro – Su felicidad era muy buena me daban ganas de abrazarla por lo tierna que se veía con un mini traje de soldado claro para mujeres aunque igual había mucha piel al descubierto algo no muy bueno por los bichos que habían.

El entrenamiento comenzó haciéndola saltar y que caiga con gracia asi como unas pequeñas pesas en las manos para que soportara y claro que saltara unos cuantos arbustos que habían estábamos tan sumergidas en el entrenamiento que no vi como gente se comenzaba a acercar.

-Ain, Que bien lo haces- escuche a mis espaldas una voz muy familiar que con solo escucharla no pude evitar sonrojarme por lo que había pasado días atrás -¿Y ella es tu maestra?- me daba miedo voltear mas que nada por vergüenza y que podía jurar que mi cara estaba tan roja y mis latidos se escuchaban a lo lejos.

-¡Hermano! ¡Pronto podre protegerte!- la exclamación de Ain me dejo helada, ya que al único que pueden proteger es al hermano mayor y eso significaba que era el ¡¡¡Faraón!!!, voltee ya mas alarmada encontrándome con un rostro demasiado cerca con unos ojos demasiados lindos.

-Así que ¿aquí te escondías?- su voz salía muy sensual haciéndome temblar, tomo mi mentón acercándome mas a él

-Su …Su majestad- dijo muy nerviosa tratando alejarme de él pero el ya tenia su mano en mi cintura impidiendo que lo haga

-Espero que le sigas enseñando bien a la pequeña princesa… te vere en la noche si faltas te encierro en la mazmorra- dijo eso ultimo en un susurro alejándose de mi y acercándose a su hermana pequeña que lleno de halagos por lo que hacia dejándome congelada por su amenaza, solo a mi me puede pasar esto.

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