capítulo 13

Rose miró la hora que mostraba su computadora y se sorprendió de que David no hubiera llegado todavía. --¿porque estoy pensando en él? -se dijo a sí misma mientras negaba con la cabeza. "Puede que haya reconsiderado y decidido que sus acusaciones eran absurdas. Eso es algo que debería agradecer, ¿verdad?"

Dado que eran las doce del mediodía, sabía que para muchos era un buen momento para hacer una pausa y almorzar, cosa que aceptó. Sin embargo, a diferencia de los demás socios que salían a almorzar en los restaurantes más exclusivos de la zona, ella prefería quedarse en su oficina.

Tenía mucho trabajo por adelantar debido a las presentaciones a las que había asistido en el día. Estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo que no notó cómo la puerta de su oficina se abría.

--¡Ya llegué! --escuchó esa voz repentina seguida de pasos apresurados, lo que hizo que Rose se asustara. --¡Dios mío! ¿Por qué entras, así como si te estuvieran persiguiendo? --dijo al ver que el causante del susto era David.

David miró a Rose sin entender. --Te dije que volvería-- comentó mientras encogía los hombros, ya que no entendía por qué su presencia la sorprendía. Rosa bajó la mirada y vio que él traía dos bolsas, una en cada mano. --Pero ya que es mediodía y tú saliste de aquí a las 10, pensé que no regresarías-- comentó Rosa mientras se cubría la boca y lo miraba fijamente. Sin embargo, algo llamó su atención.

-- Y eso, ¿qué es? — preguntó Rose, ya que la curiosidad hizo que el enojo por el susto pasara a un segundo plano.

David tomó un poco de aire al responder, ya que había caminado mucho. — Aquí traje el almuerzo para nosotros dos, y en esta bolsa traigo las pruebas de embarazo — levantó los brazos para hacer la observación. Lo cierto era que se había demorado en elegir cuál de las pruebas era la efectiva. Le habían dicho que una era digital y la otra no, así que, a pesar de que la señora de la farmacia fue muy amable con él, sabía que algunos vendedores no eran tan imparciales en la oferta del producto, ya que vendían el producto más caro.

Rose miró a David. — Te agradezco lo del almuerzo, pero no entiendo cuando dices "pruebas de embarazo", ¿no era solo una? — dijo con interés.

— Yo no sé mucho del tema. Además, la vendedora me explicó sus funciones y cómo ellas determinan si la mujer está embarazada o no — Rose escuchó atentamente la explicación que David le daba, incluso pareció aprender nuevas cosas, pero al mismo tiempo entendió por qué él se había demorado. No le extrañaría que hubiera colmado la paciencia de la vendedora. Una vez que vio que había terminado con su explicación, prosiguió a hablar — Sabes, solo me hago esta prueba para calmar tus inseguridades. Pero en estos momentos estoy demasiado ocupada con mi trabajo. Me sorprende que tú no hayas ido a tu compañía para hacer el prototipo. El tiempo que te di es muy limitado — dijo Rose mientras hojeaba su agenda y hacía algunas anotaciones.

— Solo necesito tu orina, lo demás lo puedo hacer yo. Y gracias por preocuparte por mí, pero ya tengo hecho el prototipo, solo que no te lo dije. Lo que falta son detalles — ella dejó de escribir para mirarlo. Este hombre era raro, de eso no cabe duda. Y además, ella no dijo que se preocupara por él. — Y dime, ¿cómo te doy mi orina? ¿La llevo en mi mano? — dijo con sarcasmo.

-- No es necesario, para eso traje esto — vio cómo abría rápidamente la bolsa y sacaba un pequeño frasco que se utiliza para hacer las pruebas de orina. Este hombre piensa en todo. Soltó un fuerte suspiro y se puso de pie. — Sabes qué, hagámoslo de una vez — se acercó a él y le quitó el pequeño frasco, luego se dirigió al baño personal que tenía en la oficina.

David sonrió por lo comprensiva que estaba siendo Rose. Sabía que muchos se impacientarían con su comportamiento, pero esta mujer era diferente. Además, se preocupaba por él y su trabajo. A pesar de que estaba feliz por esas cosas, no podía dejar de pensar en la acción que tomaría Rose si la prueba diera positivo. Él mismo no sabía qué hacer, pero estaba seguro de que se casaría con ella, le guste o no a Rose. Se convertiría en un padre atento.

Rose salió un poco malhumorada del baño, miró a David con el ceño fruncido, pero él tenía una sonrisa cálida, lo cual la hizo voltear su rostro. — Toma — dijo cuando caminó hacia él y le entregó la muestra.

— Gracias — David se levantó rápidamente y comenzó a abrir los empaques de cada muestra. En la farmacia había leído las indicaciones, así que sabía que después de mojarlas en orina debía esperar un tiempo. Contó y tenía 20 pruebas de embarazo.

Rose observó cómo él introducía cada una de las pruebas en la muestra de su orina y luego las colocaba boca abajo. Ella movió negativamente su cabeza. — Sé que para algunos hombres, cuando llegan a los 40, tienen el deseo de ser padres — David terminó con las pruebas y puso el cronómetro de su reloj para revisarlas cuando sonara.

Se volteó para ver a Rose. — No tengo 40 — dijo cuándo se sentó en una de las sillas y tomaba la siguiente bolsa. — Estás entre los 30 — dijo Rose, mirándolo muy bien, ya que él tenía aspecto de ser mayor que ella.

— No — dijo David mientras se limpiaba las manos con un antibacterial para sacar los utensilios para comer. Rose al recibir esa respuesta se asustó. — Tienes mi edad — él la miró sin comprender.

— No sé cuántos años tienes — le respondió.

— Tengo 27 años — vio cómo él asentía y la miraba sorprendido. — Pensé que tenías menos — ella sonrió. — Gracias por el cumplido — David se encogió de hombros, ya que solo había hecho una observación, pero si ella lo tomaba como cumplido, no tenía problema.

— Y dime, ¿tienes 27? — él negó.

— Estás entre los 28 y 29 años — David seguía sacando los utensilios para comer. — No tengo menos que eso — Rose, al escuchar eso, se sentó fuertemente en la silla de su escritorio. Cuando estuvo a solas con él, al ver su apariencia, intuyó que él tenía alrededor de 30 años. — Por Dios, dime que eres mayor de edad — sintió cómo un sudor salía de su frente por el temor.

— Sí, claro que soy mayor de edad. ¿Te gusta el pollo o prefieres filetes?

— ¿Qué carajo con la comida? Dime cuántos años tienes — dijo repentinamente.

— No tienes que ser grosera para pedir algo. Sabes que te daré cualquier cosa. Tengo 24 años — Rose quedó sorprendida. Su primera vez había sido con un hombre menor que ella. — ¡Por Dios, soy una pedófila! — exclamó.

— Solo nos llevamos tres años de diferencia. La palabra "pedófila" viene... — ella llevó su mano al frente, ya que podía escuchar cómo él le iba a dar una explicación de la palabra. — Solo fue un decir.

— Tienes un decir muy raro — dijo David sin entender por qué Rose estaba alterada. Cuando estaba por destapar su comida, su reloj sonó. — Es hora de mirar las pruebas.

espero que les gusten 😊 no Olviden comentar 😊

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