Capitulo 7 Parte 2:La trampa de Takeshi. Redención

Ryuji, Emi y Akio se adentraron en un oscuro callejón, el lugar de encuentro acordado para enfrentarse a Takeshi y su misterioso aliado. La tensión en el aire era palpable mientras esperaban la llegada de sus oponentes.

De repente, Takeshi emergió de las sombras, acompañado de un hombre intimidante que se presentó como Hiroshi, uno de los subordinados del temido "Quinto Dedo" de la organización conocida como "La Sombra".

Takeshi: Ryuji, parece que has reunido a tus amigos. Pero no creas que eso te dará una ventaja. Hiroshi aquí presente es uno de los guerreros más fuertes de La Sombra, y juntos te aplastaremos.

Ryuji miró desafiante a Takeshi y Hiroshi, sin mostrar signos de temor.

Ryuji: No importa cuán poderosos sean, no permitiré que sigan difamando mi nombre y destruyendo nuestras vidas. Estamos dispuestos a luchar hasta el final.

La batalla comenzó en ese estrecho callejón, donde Ryuji, con sus habilidades marciales mejoradas y su determinación, se enfrentó a Takeshi y Hiroshi.Los golpes y patadas se entrelazaban en una danza peligrosa mientras luchaban por la supremacía.

Emi y Akio, aunque no podían participar directamente en la pelea, apoyaban a Ryuji desde la distancia, brindándole ánimo y vigilando cualquier movimiento sospechoso.

Takeshi, usando su astucia y velocidad, atacaba ferozmente, pero Ryuji se defendía hábilmente, contraatacando con precisión. Por otro lado, Hiroshi demostraba su destreza en las artes marciales, desplegando una fuerza y habilidad impresionantes.

El sonido de los golpes resonaba en el callejón, mientras Ryuji desafiaba a sus oponentes con cada movimiento. Su determinación y el apoyo de sus amigos le daban fuerzas para enfrentarse a cualquier desafío.

Poco a poco, Ryuji logró ganar terreno contra Takeshi y Hiroshi. evitando sus ataques y encontrando oportunidades para contraatacar. Con movimientos rápidos y precisos, logró debilitar a sus oponentes y hacerles retroceder.

Sin embargo, Takeshi, lleno de rabia y desesperación, sacó un arma de repuesto y apuntó directamente a Ryuji.

Takeshi: ¡Esto no ha terminado, Ryuji! Si no puedo destruirte físicamente, entonces acabaré contigo de otra manera.

Justo cuando Takeshi estaba a punto de disparar, Emi y Akio intervinieron en el último momento. Emi, usando su espada de madera, desvió el disparo, mientras que Akio lanzó una ráfaga de golpes para desequilibrar a Takeshi.

Ryuji aprovechó la oportunidad para desarmar a Takeshi y, con un poderoso golpe, lo dejó fuera de combate. Hiroshi viendo la derrota de su aliado, decidió huir, reconociendo que estaba en clara desventaja.

La victoria fue para Ryuji y sus amigos. En el último momento, cuando Takeshi intentó apuñalar a Ryuji por la espalda, una figura valiente se interpuso entre ellos. Era la hermana de Ryuji, Aya, quien se había enterado de la situación y había acudido rápidamente para proteger a su hermano de cometer una locura.

Aya: ¡Detente, Takeshi! No permitiré que lo lastimes hermano. Has ido demasiado lejos.

Con temor por la mirada de su hermano.Aya bnl retrocedió protegiendoa Ryuji. Ambos se encontraban en una confrontación tensa, con Takeshi intentando empujarla hacia un lado para alcanzar a Ryuji.

Takeshi: ¡Aparta de mi camino, Aya! No te metas en esto, porfavor dejame acabarlo,el maldito hasta obligó a Emi a estar a su lado.

Aya, con valentía, se negó a ceder.

Aya: No puedo dejar que te conviertas en alguien tan despreciable, Takeshi. Esta no es la manera de resolver tus problemas. Hay otras formas de buscar justicia y redención.

El ambiente se cargó de tensión mientras Takeshi y Aya se miraban fijamente. Ryuji, aunque en una posición vulnerable, se mantuvo alerta y listo para actuar si la situación empeoraba.

Después de unos momentos de silencio, Takeshi bajó la navaja y dejó escapar un suspiro.

Takeshi: Tienes razón, Aya. No puedo seguir por este camino de odio y venganza. He perdido mi camino y me he convertido en algo que nunca quise ser.

Aya se acercó lentamente a Takeshi, colocando una mano reconfortante en su hombro.

Aya: Aún puedes enmendar tus acciones, Takeshi. No tiene por qué ser el final de tu historia. Hay personas dispuestas a ayudarte y a guiarte hacia un camino mejor.

Con sus palabras resonando en su mente, Takeshi finalmente dejó caer la navaja y se apartó.

Takeshi: No merezco tu perdón, Ryuji, pero espero que puedas encontrar la manera de perdonarme algún día.

Ryuji, con una mirada cargada de emociones, asintió.

Ryuji: Todos cometemos errores, Takeshi. Lo importante es aprender de ellos y encontrar el camino hacia la redención. Te deseo lo mejor.

En un giro inesperado de los acontecimientos, el aliado de Takeshi, desilusionado por sus acciones, decidió tomar medidas extremas. Sacó una pistola y apuntó directamente a la pierna de Takeshi, disparándole. Takeshi cayó al suelo, sintiendo un intenso dolor en su extremidad herida.

Mientras tanto, la hermana de Takeshi estaba en peligro inminente. Antes de que las balas pudiera alcanzarla, Ryuji, con una valentía indomable, se colocó frente a Aya en un intento desesperado por protegerla. El tiempo pareció detenerse mientras las balas se dirigían hacia ella.

En un último esfuerzo, Ryuji utilizó una habilidad que había aprendido tiempo atrás, pero que aún no había perfeccionado por completo. Logró endurecer sus músculos de forma parcial, aumentando su resistencia. Sin embargo, la imperfección de la técnica no pudo bloquear completamente los disparos, y las balas impactato en todo su cuerpo.

El sonido del disparo resonó en el aire, seguido de un momento de silencio abrumador. Ryuji cayó al suelo, con el dolor envolviendo su cuerpo.

Aya de taparia la boca horrorizada.

Ryuji luchaba por respirar mientras su visión se nublaba. Con fuerza, intentó hablar, pronunciando palabras entrecortadas.

Ryuji: Demonios esto dulele

Aya, con lágrimas en los ojos,estaba al lado de su hermano Takeshi y vería eso y diría

Aya: Porfavor no te mueras

El dolor se intensificaba en el pecho de Ryuji, pero su espíritu seguía ardiendo. Aunque herido y debilitado, no iba a rendirse sin luchar hasta el final.

La situación era desesperada, pero su voluntad le daban fuerzas para enfrentar lo que les esperaba a continuación. Con un último suspiro, Ryuji se preparó para lo que vendría, sin saber qué giros de destino les esperaban en su camino.

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