capítulo 14

Ya estaba todo programado, la nueva cirugía se realizaría ese mismo día, todo se haría en el mismo cuarto, según el médico no era nada complicado.

Ya por la noche estaba todo hecho, la anestesia iba pasando de a poco, dejando mucho ardor, era más el ardor que el dolor que sentía, al siguiente día me dejaron descansar, ni siquiera me levantaba al baño, y un día después empezaba con un poco de la rutina, diciendo que éso también me ayudaría a distraerme de las molestias.

Al terminar el día debía empezar a levantarme al baño, fué muy molesto y doloroso, sobre todo a la hora de defecar, hasta llegue a sangrar un poco, el doctor volvió a revisarme diciendo que todo estaba bien, claro que todo eso seguia lastimando esa parte tan delicada

Y ya no pude más, me sentía impotente, literal me dolía hasta el coño, y empecé a llorar sacando todo el már de sentimientos acumulados que iba guardando, a mi lado se encontraba la enfermera que solo me ignoraba y en mi desesperación la tome de su mano.

- Tengo miedo que mis hijos me crean muerta, porfavor buscarlos en Facebook y diles que sigo viva, que no importa lo que tarde, yo volveré a ellos, busca mi nombre Ana Salvatierra y los encontrarás a ellos.

De inmediatos entró Emma preguntando cómo me sentía, empezó a platicar conmigo diciendo que era una mujer fuerte y que todos mis malestares pronto pasarían. Ella salió poco después que lo hiciera la enfermera dejando que descansara para poder dormir, todo había sido muy raro y yo solo esperaba no haber hecho enojar a la única persona que veía a diario.

Por las mañana sentí que me movían para despertar, era de nuevo la enfermera pero esta vez veía algo diferente en ella, la forma de verme cambió, ya no era fría y molesta, al contrario me miraba con algo de lástima y creo un poco de arrepentimiento, estaba checando la vía por donde pasaba el medicamento a mi vena como todas las mañanas lo hacía, trataba de no poner mucha atención, pero en eso ella dejó una pequeña nota en mi mano

" hay cámaras en la lámpara del cuarto y del baño"

Y en cuanto se dió cuenta de que lo leí, rápido lo quito de mi mano y ellas se movió de lugar, estaba tapando con su cuerpo la vista de la cámara, solo lo suficientemente para ver el mensaje.

Preparó los medicamentos que tocaba cambiar y cuando volvió a ponerse en la misma posición dejó otra nota sobre mi mano

" aquí todos somos vigilados no puedo ayudarte "

Y de nuevo rápido lo quitó de mi mano.

No se como esa idea nunca pasó por mi mente, era vigilada las 24 horas del día, por eso no me permitían salir de este cuarto y de solo imaginar que me veían hasta en el baño hacia que mi pecho se apretara, por eso el doctor no me contestaba muchas de las preguntas que le hice, todo era una prueba más que ya no me pertenecía ni a mi misma.

Los días pasaban, mi rutina continuaba, cada día me sentía mejor, la recuperación fue rápida y las molestias casi ni se sentían, ya no volví a dirigirme en absoluto a la enfermera, llegué a la conclusión de que era una más atrapada en este mundo de escorias, yo no conocía su historia ni ella la mia pero con ciertas miradas y alguna que otra palabra que me daba en pequeñas notas eso me dio a entender.

Hola querida Ana - entró por segunda vez en el día Emma - mira lo que traje, de hoy en adelante practicaras con ellos todos los días - mostrando unos zapatos de tacón que veía enormes

- Dime que es broma - la cara de Emma era divertida y negó con la cabeza - son muy altos, casi que parecen zancos, hace años no uso algo como eso, no podré pisar con ellos

- Eso lo suponía por eso te digo que practicarás con ellos diario, eres de estatura mediana, o bueno más bien chica y necesitarás usar de éstos si o sí y no queremos que te veas como un siervo recién nacido -

Mi reacción fue ver que tipo de zapatos tenía ella y para mi sorpresa eran zapatos de piso, me lé quedé viendo con molestia y ella solo sonrió más

- Estoy aquí para ser tu institutriz, no para verme bien para el jefe, cosa que tú si tendrás que hacer y como el es un hombre alto, tu sí necesitas de este tipo de zapatillas. -

Y así empezó un nuevo reto, varias veces me caí y doble mi tobillo pero lo bueno nada serio, hasta que aprendí a caminar correctamente

Perfecto Ana felicidades - dice con emoción Emma - para mi ya estas lista, se lo diré de inmediato a Ada. - saliendo casi corriendo del cuarto

A la mañana siguiente entraron las cuatro personas que había conocido en este tiempo al cuarto

- Buenos días Ana - entró saludando Ada - espero te encuentres bien, hoy es el día que volverás a ver al jefe, lista??

No, la verdad no, pero si es lo que sigue, adelante -

- Mucha suerte Ana y espero de corazón ya no verte por acá - me sorprendió mucho el comentario de la enfermera pero sentía que sería lo más sincero que escucharía en mucho tiempo

- Gracias por todo - fue lo único que pude pronunciar

Me llevaron a varios lugares empezando por un spa donde me dieron tratamiento de cabeza a los pies, después a un salón de belleza donde arreglaron mi cabello, manos, pies y maquillaje, fue ahí donde me di cuenta todo lo que había cambiado, ya no quedaba rastro de aquella ama de casa de tiempo atrás. Terminó todo al vestirme de una forma elegante y sexi al mismo tiempo, eran ropas finas que en ningún momento pensé podría comprar ni mucho menos usar y que resaltaba mucho las nuevas curvas que con cirugía había conseguido y claro unos zapatos de tacón de 15 centímetros que complementaba todo.

Llegamos a un hotel cinco estrellas donde me dejaron en una bella y grande habitación, ahí ellas se despidieron deseándome suerte y sin más salieron.

Fue en ese momento que empecé a sentir nervios, ya no estaría en la estabilidad de un hospital, de ahora en adelante tendría que afrontar lo que el jefe tenía preparado para mí, el sonido de la puerta abriendo llamó mí atención y volteando hacia ella lo vi, de nuevo lo vi.

Con un porte imponente, un hombre de unos 40 años, alto 1.85 de altura mínimo, de tez blanca y ojos color miel con los que recorría todo mi cuerpo.

Casi caía al piso, sentia mis piernas de gelatina ante su presencia y con una voz grave que hizo erizar mí piel se dirigió a mí

- Mi bella Ana, por fin te tengo ante mí, eres justo lo que pedí, lo que en mis sueños pedí....

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