capítulo 15

Mi respiración se detuvo, de mi boca no salía ni una palabra, mi corazón casi se salía de mi pecho y por supuesto no podía moverme ni un centímetro.

El jefe seguía viéndome con detenimiento y después de unos minutos se animó a decir algo

- Desnúdate, quiero que te quites lento cada prenda, sin dejar de verme de frente, cuando estés en mi presencia jamás bajarás la cabeza, siempre me miraras a los ojos, nunca lo volveré a repetir y tu nunca lo olvidarás - lo dijo con una serenidad que me dió a suponer que hacia esto muy seguido

Sin dejar de mirar su rostro empecé con lo pedido, poco a poco desabotone la blusa y con lentitud fuí deslizandola por mi espalda hasta que ésta llegó al suelo, continué con la falda hasta que de igual forma estuvo también a mis pies, abri con cuidado mi sujetador y traté de tardar lo más que pude, aunque sabia que no podía negarme a nada, un sentimiento de vergüenza se re volvía en el estómago y subía hasta mi garganta.

Cuando esa prenda llegó al suelo mi instinto fue cerrar los ojos y en los segundos que tardé en volver a abrirlos ya tenía al jefe justo frente a mí

- Jamás, te lo dije, jamás lo olvides - mantenía mí mandíbula fuertemente agarrada con una de sus manos haciendo que lo mirara fijo a los ojos, asenti ligero y con eso bastó para que fuera retirando su mano de mí rostro, acariciando con sus largos dedos alrededor de mi cuello, bajando hacia mi clavícula y quedando en ese lugar un corto tiempo

- No me cansaré de decirte lo hermosa que eres, llegaste a mí en el momento indicado -

Con ambas manos fue acariciando despacio mis brazos, pasando por el valle de mis pechos, tocando mí vientre y recorriendo mí cintura, pegó más su cuerpo al mío y con su nariz delineando mí rostro hasta llegar al cuello, respirando en ese lugar mientras me tenía sujeta en sus brazos

- Ahora quítame la ropa, despacio, conoce mí cuerpo, averigüemos como reacciona a tus manos -

Se separó solo un poco para darme espacio para hacer su petición, con mi marido fija en él le retiré con cuidado su abrigo, quité de apoco los botones de su camisa, toque con mis manos su abdomen y pecho mientras subía hacia sus hombros para poder quitársela por completo, me di cuenta de su buen físico, tenía un cuerpo firme sin llegar a ser fornido, unos hombros anchos y espalda rígida con algunos tatuajes en su duro pecho y que en su blanca piel lucían increíbles, no quise demorar mucho viendo su cuerpo porque sabia no debía dejar de mirarlo a los ojos.

Regrese acariciando por el mismo lugar hasta llegar a su pantalón abriendo su cinturón y dejando caer esa prenda por sus piernas, me quedé quieta con mis manos en su cintura esperando alguna palabra pero el solo seguía mirándome, de imprevisto me cargo sujetando por mi cintura y en reacción envolví su cuerpo con mis piernas mientras el devoraba con ansias mi boca, no podría decir que era un beso, lo sentí literal comer mis labios mordiendo con fuerza pero sin llegar a reventarlos, me dejó caer con fuerza a la cama y de mi boca paso al cuello donde de igual manera mordía dejando marcas hasta llegar a mis pechos, y así como empezó se levantó de repente.

Se quedó sobre sus rodillas con mi cuerpo entre sus piernas, me miraba tan fijamente, comencé a ponerme nerviosa, el actuar de este tipo en definitiva era muy raro y no sabía que esperar de él.

Se veía excitado, su entrepierna lo delataba pero seguía así sin moverse; hasta que despacio fue bajando hasta apoyar sus brazos a lado de mi cabeza, siguió con sus caricias en mi rostro sin perder contacto a mis ojos

- Eres mía? - su pregunta me descolocó y si era una pregunta supuse esperaba una respuesta

- Si

Me tranquilizó ver una sonrisa de su parte, por lo menos le alegró mi respuesta y con eso empezó un beso lento, uno de los que si se disfrutan, aunque ya había dejando mis labio adoloridos sabia que tenía que seguirle en todo momento

Tocó y besó cada parte de mi cuerpo, paso sus manos por mis sen** atendiendo con su boca él botón de cada uno, retiro con cuidado la última prenda que tenía puesta y la de él también, era el último rincón que no había visto de mi, así que lo hizo sin pudor alguno, me tomo por sorpresa sentir su lengua pasar por esa parte un par de veces y me asustó un poco cuando sin esfuerzo me volteo para quedar boca abajo y apreciar mi tr*se** que amasó fuerte dejando un par de besos y mordidas ligeras en él

- Esta es la mejor imagen de ti - y esas palabras hacen un nudo en la garganta, no quiero, en definitiva no quiero esto para mí

Levanta mí cadera con ambas manos y siento como entra en mí fuertemente

Todos los Dolores que soporte en la recuperación los sentí en ese instante, mis paredes desgarrandose, un líquido que sentía salía de mi interior con cada entrada de ese cuerpo ajeno y un ardor igual a una brasa que quemaba todo por dentro

Lo bueno que permanecía boca abajo así lo único que hacia era aguantar los gritos de dolor que me partían en dos y no las lágrimas que salían sin mi permiso

Y de un momento a otro sentí que me dejó en paz, recostado sobre mi espalda mientras la besaba y decía cosas cerca de mi oído en un idioma que no entendía.

Se mantuvo así un buen rato, acariciando mi cabello y en ocasiones sentía ligeros besos en diferentes partes, lo bueno de todo que él estaba tranquilo, muy agusto en esa posición

Mañana nos vamos temprano, te dejaré descansar para que estés lista a la hora que te llame, hay una maleta con ropa y zapatos y por nada salgas de esta habitación, solo yo puedo entrar y solo a mi lado debes salir, entendido? -

- Si señor, entendido - se escuchó una sonrisa de su parte

- Me conocen como "El Alemán" para que lo sepas - dando más besos sobre mi espalda - pero cuando estemos a solas llamame como quieras, pero de esa forma no y de este momento en adelante tu serás Cielo, eres mi jodido cielo.

- Está bien... cariño - siento que se tumba a mi lado dando besos en mi rostro y moviendo un poco mi cuerpo para poder abrazarlo

- No me decepciones Cielo

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