capítulo 9

No se cuánto camino nos arrastraron hasta llegar a un cuarto casi idéntico de donde nos sacaron en primer lugar, el olor era nauseabundo ya que no contaba con alguna ventana o cosa para ventilarlo, el olor a sangre mezclado con orina y heces es lo que en primer lugar noté, fué obvio que ese lugar era para descartar quien podría seguir y quien no.

Nos fueron aventando para quedar una enseguida de otra, primero yo, enseguida Lucía...

No estaba convencida de abrir mis ojos, pero sentía que se lo debía a Lucía, esa que en unas horas consideré mi amiga de desgracias, y de inmediato me arrepentí...

Ya no era más una persona... su nariz estaba tan inflamada, así como sus pómulos, solo una pequeña línea delimitaba lo que sería sus ojos dentro de tanta inflamación, cortes en sus cejas sangraban al igual que de su nariz y boca, sus pobres labios reventados en varios lados, todo eso se veía a duras penas por la grave herida que tenía en la frente y de la cual no dejaba de brotar sangre, se habían ensañado con ella a solo unos pasos en donde de igual manera me tenían a mí.

Buscaba con desesperación algo que me dijera que respiraba, algun síntoma de que ella libraría esto, que solo fue un mal momento...pero no, su pecho no se movía, nada de ella se movía...

Fue triste ver cómo una buena mujer perdió la vida de forma tan horrible por manos de otra que simplemente tuvo los billetes suficientes para satisfacer ese deseo de odio.

Mis ojos no paraban de derramar lágrimas, pero lo hacía en silencio, que nadie supiera que estaba apreciando a mi compañera sin vida, el ardor en ellos me hizo recordar por lo que pasé a manos de la loca y el dolor al moverlos estando cerrados fue haciéndose más fuerte.

En ese momento escuché que aventaban otro cuerpo más y después otro, ninguno hacia el más mínimo ruido, Gris y Petra, quién más si no eran ellas...

Al no escucha algo con esfuerzo levanté la cabeza para mirar un poco más allá de Lucía, enseguida de ella esta Petra y luego Gris.

Dios mío Petra estaba con una herida en la cabeza incluso más grande que Lucía, sangraba a montones, y de igual forma sus labios y ojos muy, muy hinchados, sus brazos dislocados en posiciones que no deberían estar, no dudó que con fracturas también, no pude seguir viendo sus piernas pero esperaba que en la parte inferior de su cuerpo estuviera bien, aunque después de ver la parte de arriba lo dudaba mucho.

Unos pequeños lamentos se empezaban a escuchar, de inmediato supe que era Gris, de nuevo levanto mi cabeza y lo que vi me perturbó un poco más de lo que ya estaba

Si era Gris, con uno de sus ojos completamente inflamado, a un punto que sentía que ese ojo explotó por dentro de su cavidad ocular porque salía de él una cascada roja, tal ves sus lágrimas mezcladas con sangre, tal ves el ojo por completo molido saliendo por entre sus párpados.

Fue lo único que alcance a ver, no podía sostenerme más

Tan en shock estaba por lo que estaba viendo que no me di cuenta de nada cuando escuche un par de voces

- Mary, para cuantos cuerpos necesitas las bolsas - era la voz de un hombre, uno de tantos que ya habíamos visto lo más seguro

- Para tres - responde Mary -llegaron las demás que esperábamos para hoy? -

- Así es, llegaron tres más -

Y así como así, simple y sencillamente, para ellos sólo somos unos sacos de boxeo humano que cuando se rompe son desechados y cambiados por unos nuevos

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