El primer encuentro con los tres pretendientes

También eres más vieja

Él la estudió a través de los ojos entrecerrados.

No es bueno reprender a un gamma u Omega ya sea hombre o mujer sobre su edad

Además no soy un solteron .

No dije que lo fueras

dijo él con ligereza

Los años te han hecho un chico encantador

¿Y?

exigió Hotaru .

¿Y qué?

Bien, prosigue.

No me dejes colgando y esperando por la cosa horrible que vas a decir.

Simplemente dilo y termina con ello.

¿Qué cosa horrible?

Endimion Roderick, nunca me has dicho una sola cosa buena en toda mi vida.

Por lo que no empieces a mentir ahora.

La boca de Endimion se torció en una esquina, y Hotaru comprendió que él todavía odiaba sonreír.

Luchaba contra eso, le dolía, y raramente hacía un descanso en los confines de su autodominio eterno.

Era una lástima, porque él era aún más guapo cuando sonreía, si eso fuera posible.

Él se movió más cerca.

¡Detente justo ahí!

Endimion ignoró su orden y continuó acercándose.

Dije que te detuvieras.

¿O qué harás, Hotaru?

Su voz era llana y divertida.

Él irguió su cabeza en un ángulo perezoso y cruzó los brazos sobre su pecho .

Porque yo…

Ella reconoció tardíamente que no había mucho que pudiera hacer para impedirle ir a cualquier parte que deseara ir, de cualquier manera que deseara ir allí.

La doblaba en tamaño, y él nunca sería su contrincante físico.

La única arma que tenía contra él era su lengua afilada, afilada como el borde de una navaja de afeitar por años de práctica defensiva contra ese hombre.

Él se encogió de hombros con impaciencia.

Dime, chico, ¿qué harás?

Hotaru no dio ninguna contestación, magnetizado por la intersección de sus brazos, las cuestas doradas de músculo que se encorvaban ante su movimiento más ligero

El pequeño gamma tuvo una visión súbita de su cuerpo duro estirado en toda su longitud sobre el suyo, sus labios encorvados, no con su condescendencia exasperante de costumbre, sino con pasión.

Endimion se acercó más, hasta que estuvo a unas pulgadas de él.

Hotaru tragó duro y entrelazó sus manos dentro de su capa

Él bajó su cabeza hacia la suya.

Hotaru no podría moverse aunque las paredes de piedra del corredor hubieran empezado a desmoronarse alrededor de él.

Si el suelo se hubiera quebrado de repente bajo sus pies, habría colgado suspendido en las nubes soñadoras de sus fantasías.

Magnetizado, miró fijamente sus ojos brillantes, fascinado por las sedosas pestañas oscuras, la corteza lisa de su piel, la nariz aquilina arrogante, los labios encorvados sensualmente, la hendidura en su barbilla.

Él se apoyó más cerca, su respiración abanicando su mejilla. ¿Iba a besarlo? ¿Podría ser que Endimion Roderick pudiera besarlo realmente? ¿Había respondido él de verdad al citatorio de su pa para ir por él?

Sus rodillas se sentían débiles.

Él aclaró su garganta, y Hotaru tembló con anticipación. ¿Qué haría él? ¿Pediría permiso ?

-¿Entonces dónde, milady, dices que está la despensa?

Sus labios acariciaron su oreja-.

Creo que esta conversación ridícula empezó con mi frase de que nos quedamos sin whisky y no hay una sola criada. Whisky, chico

él repitió extrañamente en una voz áspera

Nosotros los hombres necesitamos una bebida. Diez minutos han pasado y no estoy más cerca de encontrarlo.

Besarlo, cómo no.

Cuando las martas salvajes se acurrucaran en el hogar como los gatos soñolientos.

Hotaru lo miró con irritación.

Una cosa no ha cambiado, Endimion Roderick, y no te olvides nunca de ello. Yo todavía te odio.

Hotaru lo empujó para pasar y se retiró una vez más a la seguridad de sus cámaras .

En el momento en que Hotaru abrió sus ojos la siguiente mañana, sintió pánico. ¿Se había marchado él porque él había sido tan odioso?

Se supone que debe irse, se recordó severamente.

Él quería que se fuera.

¿No era verdad?

Su frente se arrugó cuando ponderó la dualidad ilógica de sus sentimientos.

Tanto como podía recordar, siempre sufría esa vacilación en lo que a Endimion concernía:

odiándolo un momento

adorándolo el siguiente,

pero siempre queriéndolo cerca.

Si él no hubiera sido tan duro , lo habría adorado de forma constante, pero él le había hecho dolorosamente claro que su adoración era la última cosa que deseaba.

Y eso obviamente no había cambiado.

Desde el primer momento que había visto a Endimion Roderick, se había sentido desesperadamente atraído por él.

Pero después de años de ser apartado, ignorado, y finalmente abandonado, había dejado de lado sus fantasías de la niñez.

¿O no? Quizás ése precisamente era su miedo

ahora que él había regresado, cometería los mismos errores de nuevo y se comportaría como un adolescente atontado por el guerrero magnífico en que él se había convertido.

Vistiéndose rápidamente, recogió sus zapatillas y se apuró hacia el Gran Hall. Cuando entró en el cuarto, se detuvo abruptamente .

-Oh, caramba

murmuró.

De algún modo había conseguido olvidarse de que había tres hombres en su casa, consumido como había estado con pensamientos acerca de Endimion.

Ellos permanecían cerca del fuego, mientras varias criadas dejaban docenas de fuentes y platos sobre la mesa maciza centrada en el Gran Hall.

El día anterior, seguro detrás de la balaustrada, Hotaru se había asombrado por cuán altos y anchos los tres eran.

Ese día, permaneciendo sólo a unos pies de ellos, se sentía como un sauce enano en un bosque de robles poderosos.

Cada hombre era por lo menos un pie más alto que él

Estaban intimidando francamente a un gamma que no se intimidaba fácilmente.

Su mirada vagó de un hombre al siguiente.

Ramsay Logan estaba a una pulgada de ser terrorífico.

Quinn era mucho más que el hijo de un jefe de las Lowlands, era un laird poderoso por propio derecho.

Y Endimion era el único hombre que no lo miraba; estaba de pie observando intensamente el fuego.

Él aprovechó su distracción y estudió su perfil con ojos ávidos .

Hotaru

Quinn avanzó para saludarlo

Él se obligó arrastrar su mirada lejos de Endimion y concentrarse en lo que Quinn estaba diciendo.

Te doy la bienvenida, Quinn

Hotaru pegó una sonrisa alegre en sus labios.

Es tan bueno verte de nuevo, pequeño

Quinn tomó sus manos en las suyas y le sonrió

Han pasado años y… och, pero los años han sido generosos contigo. ¡Estás impresionante!

Hotaru se ruborizó y echó un vistazo a Endimion, que no estaba prestando atención a la conversación.

El gamma ahogó el impulso de darle un puntapié y hacerle notar que alguien pensaba que él era encantador.

Has cambiado, Quinn

dijo él radiantemente

Aunque no me maravilla haber oído que tu nombre se unía con una hermosa mujer después de otra.

-¿Y sencillamente dónde oiste eso, chico?

preguntó Quinn suavemente .

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