Estás loco!

Durante la ceremonia no había podido conocer a los padres de Flim, la señora Melissa y su padre Caleb, quien había organizado una cena familiar para nosotros con el fin de conocerme. Ellos sabían del trato con su hijo y del matrimonio falso. Durante la cena, la familia de Flim quedó maravillada conmigo. A pesar de ser la asistente, tenía modales y usaba correctamente los tenedores y cucharas. Después vino el brindis.

—Brindo por una nueva etapa —dice la señora Josefa.

Todos levantamos nuestras copas y bebimos. Yo ya estaba cansada y quería irme a mi casa y dejar de lado toda esta farsa. Tanto actuar era cansado, pero el señor Carlos nos llamó a su despacho.

—Hijos, vengan.

Flim y yo fuimos al despacho mientras él cerraba la puerta.

—Ahora que te casaste podrás recibir la herencia, pero antes de eso, tu abuelo dejó estipulado que por 6 meses te visitará un juez para la comprobación de tu matrimonio y para asegurarse de que no sea falso.

—¿Qué dijiste?, ¿?salte de grito?

¿?No, papá, esto no puede ser.

¿?Pues sí que puede ser.

No podía creerlo, Flim y yo no habíamos contemplado esto. Estar actuando en una boda que, aunque sí era legal, solo sería por un tiempo y nos divorciaríamos después. No solo eso, sino que tendríamos que vivir juntos por casi 6 meses. Para eso, yo no estaba de acuerdo. Así que dije:

—No, yo no estoy de acuerdo. No puedo irme a vivir contigo.

—Yo tampoco estoy de acuerdo, créeme —dijo Flim.

—Entonces, ¿qué haremos?

El señor Carlos dijo: —Entonces todo lo de la boda solo fue un gasto y pérdida de tiempo.

Ambos nos miramos y Caleb dijo: —Dijiste que me ayudarías.

¿??Sí, Flim, pero solo en la boda. No nos íbamos a vivir juntos.

¿??A mí tampoco me agrada vivir con mi asistente, pero tenemos que hacerlo.

¿??No tener problemas con mi madre. Déjamelo a mí, Mar. Te ayudaré con eso.

Después de esa charla, yo me fui a casa y estaba sumamente paralizada. Al día siguiente tendría que irme a vivir con mi jefe. Esto se ha salido de control.

*Flim

Después de la charla con mi padre y mi marido, no estaba de acuerdo en vivir con alguien en mi casa. Había estado acostumbrado toda mi vida a vivir solo, y ahora con una chica. La idea de compartir casa me repugnaba, así que tendríamos que buscar otra solución. Durante toda la noche estuve despierta buscando soluciones pero no encontré ninguna. Pasé varias horas analizando y finalmente dije, “en fin, mi casa es tan grande que dudo que nos topemos”. Al día siguiente, en la oficina, hablé con Mar:

—Esta noche te mudarás a mi casa, porque la tuya es muy insegura.

—No, ya te dije que no puedo.

—Tienes que hacerlo, Mar, no hay otra solución.

—Tiene que haber otra.

¿?Mar, mi casa es demasiado grande y es muy poco probable que nos topemos, así que despreocúpate.

—A mí tampoco me agrada la idea de tenerte ahí, pero solo será por unos pocos meses y después seremos libres de nuevo.

¿?Sé que sería así, pero de verdad no puedo.

—Pues tienes que hacerlo, y esta es mi última palabra, Mar.

¿?¿Quién te crees para decidir por mí? Tú no puedes hacer eso.

—Pues ya lo hice, y tus cosas en estos momentos estarán siendo llevadas a mi casa.

—Mierda, ¿con qué derecho, Flim? —le dije enojada.

¿?Con el derecho de ser tu esposo por ley. —“Te odio Flim”, pensé mientras lo decía en voz alta.

Después de que se lo dije, Flim se acercó a mí y me plantó un beso que me dejó sin aire. Lo empujé y le dije:

¿?Jamás se te ocurra volverme a besar, porque si no yo misma se lo diré al mundo entero que esto es falso.

—No te atrevas, Mar.

¿?Pruébame —le desafié.

Salí de la oficina hecha un lío con todo lo que acaba de pasar ahí dentro.

*Flim

Ahora no entiendo qué estupidez cometí al casarme con una loca. Es tan difícil para ella y para mí aceptar que ella venga a mi casa y todavía, aunque le daré un techo seguro y la oportunidad de vivir como reina en mi casa, se pone los moños cada vez que se pone insoportable. Habla como perico y no hay manera de callarla, así que me acerqué a ella y le di un beso que la dejó sin aire, la manera perfecta de callar a un loro. Después se soltó diciendo que no la vuelva a besar, aunque fue ella quien lo hizo primero al robarme el beso en la boda. Sus cosas estaban listas en mi casa, donde la mandé a la parte baja de las habitaciones, ahí estaría cómoda y también estaría lejos de mí, porque sabía que perdería la paciencia si la veía rondando por la casa. Odio el ruido y solo me gusta el silencio.

A la hora de salir de la oficina, nos fuimos Mar y yo a la casa. Cuando llegamos, solo dije:

—Bienvenida a tu nuevo hogar. Todo lo que ves rayado de azul son áreas donde no puedes pasar, ¿entendiste?

—¿Por qué? —preguntó ella.

—No hay un por qué. Solo no pases y evita que tenga que enderezarte, por favor.

—¿Cuál es mi habitación?

—Al fondo.

—Gracias —respondió ella.

Mientras Mar tomaba sus cosas, salí de la casa como todas las tardes hacia el club.

Mar

Después de una hora llegué a la casa de Flim, una casa grande y con detalles únicos. Las paredes blancas con azulejos grises no eran de una casa simple, sino de una mansión. También me percaté de rayas azules, pero el engreído de mi jefe me dijo que eran áreas donde no podía pasar.

¿?Qué ridículo. Cómo no se puede pasar. Pero mi estadía aquí llega con conflicto y muchos conflictos, así que volveré a mi habitación.

¿?Al fondo —dijo él con voz ronca.

¿?Gracias —le dije.

Me dirigí hacia allá, y después de acomodar mis cosas, me acosté a descansar, tenía que dejar de pensar en todo, pero la noche trascurrio y yo segia sin dormi, fijaba en mi teléfono y ya casi era de madrugada, me duche y relaje un poco para liberar todo el extres y fui de nuevo ala cama y poder descansa.

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