Trato.

A la mañana siguiente Makarov había despertado, encontrandose al lado a la muñeca que había visto antes, estando completamente sano, ya que era de cierta forma una habilidad que él  también tenia.

—No pienses que voy a agradecerte muñeca.

Dice en voz alta como si ella lo estuviese escuchando, ya que nota los cuidados que tuvo su cuerpo.

— Tú  siempre tan educado— escucha a Galiard  cerca.

Makarov  voltea de inmediato, Galiard  tenía entre sus brazos a la muñeca.

— Ella es tan pura, no merece ensuciarse las manos contigo.

— por eso intento ignorarte  siempre.

— y yo a ti.

— Ya basta niños , ya se saludaron, ve y deja a Lía en la recamara, y tú ¿dime a que vienes esta vez Makarov?, ya te concedi lo que una vez me pediste.

— Te equivocas...

— ¿Me equivoco?

— ¿No es kairel la que esta contigo?

— Así es pero, no tenía que ser en ese cuerpo, por ello yo...

– Shuuu... no vayas a revelar ese secreto...

Ella sabía en donde estaba el cuerpo de kairel congelado.

— Entonces a eso vienes , a que haga yo, el trabajo completo.

— Si, y devuelve el alma de esa chica a su cuerpo, si es posible borrale la memoria  y envíala a su mundo humano, shaka es muy molesto por culpa de eso.

— Ese niño se preocupa más por ella y se supone que tú serias el prometido para protegerla, pero como nunca lo anunciaron, supongo no lo son.

— Exactamente, shaka  debe de regresar con ella al mundo humano y ser felices juntos.

— Ahora quieres que tu hermano sea feliz con ella — la anciana sonríe— ¿será que te estas hablandando?

— Solo no quiero que shaka...— lo piensa un momento — que él siga cometiendo los mismos errores — mostrándose vulnerable.

Solo la anciana Mumu  tenia cierto poder en él  por alguna razón, reinando el silencio en ambos unos momentos.

— Haré eso que tú me pides, pero... ayúdame con mi nuevo experimento.

— Es la muñeca, por que no la había visto antes.

— Si, su nombre es Lía.

— ¿Y qué quieres que haga?

— Quédate unos días o meses, unos 3 quizás, ayúdame a que se amolde y entrene, haré de ella una guerrera— dice orgullosa— tal vez pueda ser el az  en la gran batalla contra el príncipe demonio.

Makarov lo piensa fríamente, sabía que la anciana no era fácil  y por algo hacía a su manera las cosas.

— Esta bien anciana.

— ¡perfecto! Lo primero que harás  es acompañarla cuando despierte a hacer compras.

— ¿Qué? Eso no es parte del trato— protesta de inmediato— el tonto ese puede acompañarla.

— Todo lo que tenga que ver con ella, es parte  del trató, además son cosas que tú  también vas a tragar.

— ¡Esta bien! ¡Esta bien!—refunfuña.

Cuando después de que ella despertara,  y tomarán el desayuno, ambos se dirigen a las afueras del lugar.

El trayecto se hizo largo para ambos, pues ninguno abrió su boca, pero al llegar al mercado de intercambios la mayoría la saluda a ella amablemente.

—Lia...

— Señorita Lía.

— Muñequita.

Ella los saluda amablemente, mientras Makarov tenia cara de pocos amigos, y cargaba  las compras.

— Hoy llegaron estas flores señorita, están frescas, se verán hermosas en el centro de la mesa.

— Lirios— dice sobresaltada — son tan hermosos...

— Claro que si, y ya que usted es conocedora , sabe que vendrían siendo una de las flores  más abundante del lugar.

— Cierto— le sonríe — por eso soy florista, me encantan y hacer arreglos — empezando a emocionarse.

— Debería de abrir un local por acá, ganaría mucho dinero.

— Por ahora no puedo, pero lo pensaré, quizás muy pronto.

A su mente viene Bela y Lindel unos momentos.

Espero que ellos estén bien...

Así sucesivamente  en cada lugar que compraba conversaba unos minutos con los que la atendían.

— No entiendo como es que una muñeca sea tan así.

— ¿Así cómo?— cruzandose de brazos.

— Tan parlanchina, y además con todo esto es suficiente, debemos de regresar, se supone que yo debo entrenarte  y cuanto más antes posible , mejor.

— ¿Qué trato hiciste con la anciana?

— Ya te lo dije, entrenarte.

— ¿A cambio de qué?— observandolo molesta.

A Makarov  por un instante le pareció  ya haber visto esa mirada, pero no recordaba donde.

— camina y cállate.

— Eres un odioso , así quieres tú  ser el nuevo príncipe de este mundo...

— La anciana te lo dijo ¿no es asi?—hace una pausa — ¡No! Tuvo que haber sido Galiard.

— No importa, solo se que eso es lo que quieres, y no te atrevas a hacerles nada, por que te las veras conmigo — le advierte.

— Entonces, cierra la boca, muñeca.

— Me llamo Lía, que no se te olvide.

Ella se adelanta molesta.

Solo tengo que averiguar en donde guardo esa rosa blanca, con el alma de Sofía...aunque quizás esta muñeca tan bocona me lo diga antes...

Makarov  ya se sentía un ganador.

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Lindel por boca de Fedora  ahora sabía que kairel había regresado, preocupándose por Sofía.

— Eliminaron a los soldados que enviaste del lado este, ese General es muy molesto, deberías traerlo de nuestro lado.

— Renji, ¿por qué lo querrías aquí?

— Ahora que kairel regreso  sería bueno, a parte de que ya no la recuerda , el que sea su enemigo,  sería perfecto, que se maten entre ellos después de amarse.

— Deberías de enterrar ese pasado de una vez.

— Ella me quito a mi esposo  y a mis hijos...

— Kei  enloquecio  y tus hijos...

Recordando a shaka estar tras Sofía.

— Shaka estaba detrás de la chica que quiero sea mía, creo que te entiendo un poco— suspira.

— A él no le hagas nada, ha sido el único  inocente en todo ésto  , pero Makarov, si es posible  quitale  la vida.

— Tu  amor de madre es muy interesante  Fedora.

Ambos estaban concretando sus planes, mientras tomaban un poco de té.

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Por la tarde entonces después de realizar compras , cocinar y comer juntos, sofia se dedica a meditar un poco, Galiard le explico que así tendría un mejor control en su energía.

— ¡oye! Deja de hacer eso y vamos a entrenar, toma una espada— lanzándole  una , que ella no atrapa, pero luego levanta.

Empezando a atacarla , solo la lástima, desgarrando algunas partes de su cuerpo.

— ¿No sientes nada?

— ¡No! — recuperardo su cuerpo como si fuese nuevo.

Peleando casi una hora , ella no lograba mucho con la espada, tirandola a un lado.

— Ya me aburrí de esto, provare contigo lo que Galiard  me enseñó.

Entonces creando una flecha con su energía, atraviesa el brazo  derecho de Makarov  en un suspiro.

—¿cómo  es que tú?...

Makarov  estaba sorprendido.

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