Conviviendo.

Tres días después habían pasado, Sofía seguía pensando en que era un sueño, o si esa era su realidad ahora debía de aventurarse, ignorando lo que a su alrededor algunos planeaban.

Estando con Lily esa mañana en la cocina , ambas preparaban el desayuno, mientras Shaka  y Makarov  entrenaban afuera cada uno por separado.

Sofía  había tratado de entender a shaka , por lo que ambos hicierón  las pases, él  le gustaba y como su gato peluso, se había portado bien.

— Shaka, shaka— lo llama con la bandeja llena de alimentos— ven a desayunar.

Shaka feliz se dirige hacia ella y se sientan en un pequeño kiosko que tenían afuera.

— Tu  comida siempre me pareció deliciosa— le sonríe.

— Lo sé shaka peluso— le acaricia la cabeza.

— ja, ja, ja creo que deberías de olvidar esa parte, ya no puedo ser peluso, solo shaka.

— Lo se, solo quería ver tu reacción.

Makarov los observaba a la distancia.

— parece que están coqueteando— Lily estaba feliz por ello— el desayuno esta en la mesa amo.

— Enseguida voy.

Así pasarón  otros dos días, Sofía  le daba masajes en la espalda al final de los entrenamientos a Shaka.

— Suficiente, ven aquí Sofía...

— ¡oye! No le hables asi— shaka se molesta.

— Te dije que tú  también entrenarias, tienes que sacar ese poder de la sacerdotisa en ti.

— pero es que, no creo que— sintiendose  nerviosa.

Cuando Makarov la toma por la muñeca bruscamente, dándole una espada.

— Quiero que intentes herirme, al menos un rasguño o shaka sufrirá un castigo por tu culpa.

— Makarov, ¿qué te pasa?

Exaltandose , Lily lo detiene tomandolo del brazo.

— Amo shaka, ya es tiempo de tomarse las cosas en serio, lo sabe— le dice frunciendo  el seño.

— Lo sé Lily — lamentándolo  un poco.

Cuando Sofía sentía la espada pesada pero podia  levantarla, intentando atacarlo, pero le era difícil, él  la esquivaba.

— Azotare a shaka si no lo logras, veinte latigazos.

—¿por qué siempre te desquitar con él? Y lo haces sufrir, ya me enteré que por eso estuvo herido, y llego a mi mundo, eres un salvaje Makarov.

— No iba a morir con esa pequeña herida, y supongo que con su poder a la mañana siguiente amaneció como si nada, para aprovecharse  de tu bondad— le sonrie con malicia.

Sofia empieza a molestarse , agitando con más agilidad la espada, pero sin poder darle un solo golpe.

—¡Rayos! Quédate quieto.

Como si ella lo ordenase  y Makarov obedeciera, él  queda paralizado, ella logra herirle la mejilla, quedando todos asombrados.

El  tercer ojo de Lily vio una pequeña luz aparecer unos instantes en su interior , color verde, pensó en sí era el poder de la sacerdotisa, quizás estar en el mundo espiritual de nuevo le ayudaba a fluir.

Pero ¿que pasó? Es como si ella me hubiera hechozado...

—Lo siento yo no quise— sofia suelta la espada y toca su mejilla sin pensarlo, cayendo inconscientemente   al piso.

— Amo su mejilla...

— Hermano ¿Estas seguro  que ella alberga el alma de kairel? Ese no es el poder que ella poseía, estoy seguro.

Makarov se da cuenta de ello y siente que su herida había sanado con el tacto de su mano.

— Se supone que es ella— afirma desconcertado.

Tomandola en sus brazos la lleva a la recamara a descansar.

Cuando al salir de nuevo para conversar con shaka y Lily  sobre el asunto, una anciana acompañada  de un joven habían aparecido.

— An...anciana Mumu  ¿Qué hace aqui?

— Me enteré que al fin tienes una prometida Makarov, quería conocerla— le sonríe.

— ¿La conoce Amo?

— ¿cómo sabe eso? Aún  no ha salido de aqui, nadie lo sabe , se supone— shaka estaba anonadado.

—¡Hola! Makarov — le sonríe el joven que la acompañaba.

Pero Makarov lo ignora , pues no era mucho de su agrado.

Siempre hace lo mismo, demonio malvado.

Piensa el joven un poco divertido.

Cuando entonces todos entran a casa y Lily  les prepara un el té.

— Esta delicioso , chica tres ojos — le agradece la anciana.

— Disculpe , mi nombre es Lily.

— Es un bonito nombre señorita — le sonrie el joven.

— ¡Gracias! – responde sonrojada.

—¿De dónde  se conocen? — shaka tenía curiosidad, pues jamás había visto a tales personajes  y ni Lily parecía conocerlos.

Quizás  en este año que me fui al otro mundo...

— Anciana, usted que sabe muchas cosas , dígame ¡por favor! ¿Sofía es quien posee el alma de kairel? ¿Cómo  podemos separarlas  sin que ella sufra algún  daño, vera shaka mi hermano esta...

—Lo sé, lo sé todo... — les sonríe.

— ¿Existe una posibilidad anciana?— shaka se sentía más tranquilo al escucharla.

— Así es, muy pronto lo veran...

Cuando pasada casi media hora , sofía había despertado un poco somnolienta , buscando a sus ahora compañeros de vivienda.

— ¿Dónde están? Qué  fue lo que pasó? Siento mis ojos aún pesados.

— ¡Bienvenida!  Querida — exclama en voz alta la anciana.

El joven la recibe con aplausos también, mientras los demás no entendían la actitud de ellos.

— Disculpen, no sabía que tenían visitas — sintiéndose apenada.

— pasa cariño , toma un poco de té  con nosotros, siéntate al lado de tu prometido.

La anciana dirigiéndose a ella y tomandola de la mano , la sienta en medio de shaka  y Makarov.

— pequeña Lily, sírvele  té, ¡por favor! 

—¡si!— haciendolo.

— Espera , recuerdo le faltaba un poco de azúcar — hechandole una bolita blanca en el té — Así te gustara más — le sonríe.

Makarov conocía un poco a la anciana y sabía que por alguna razón estaba ahí en ese momento.

Cuando sofia se toma el té  por completo, ya que siente algo rico en su paladar de inmediato cae para atrás, dejando la taza caer.

—¿Qué le hiciste anciana?

—¿Qué fue lo que le dio en el té?

— Sofía...

Exclaman los presentes.

En un ágil movimiento que ninguno de los tres vio venir, el joven que acompaña a la anciana la tenía entre sus brazos, quedando todos quietos como estatuas por el poder de la anciana Mumu, solo observan como extrae de su cuerpo una rosa blanca.

— ¿Qué le estás haciendo?— Shaka se molesta un poco.

— Solo le estoy devolviendo un favor a tu hermano.

— ¿A que te refieres?

— Sofia no importa  en este lugar de  momento, la protagonista es kairel, así que ...

— Aquí esta...— el joven coloca el cuerpo de Sofía  en brazos de Makarov.

— ¿Qué dices? Ella ahora es kairel— observandola.

—Fue un placer visitarlos.

Sonrientes  ellos dos desaparecen.

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