Capítulo 18

Despierto con Kaya tumbada completamente encima de mí, su cabello está desparramado sobre la cama y su cabeza reposa en mi pecho. Me levanto oyendo la radio, me escabullo cuidadosamente de la manta para no despertarla.

— Dale con esa idea, Buscapé.

— Salve, jefe. Un Velar negro acaba de subir al barrio, fue directo a tu oficina escoltado por Dan.

Corro al cuarto, me doy una ducha rápida, me visto, me coloco mi glock en la cintura y bajo en moto a la boca. Al llegar a la chabola, algunos vigías se acercan.

— Yuri está con él, jefe. ¿Cuáles son las órdenes?

— De momento no hay órdenes, D2. Quiero manejarlo tranquilo, la más mínima tontería y es plomo.

Asiente y reúne a los vigías en un rincón para entregarles las armas.

— ¿Dónde está Kaya?

Gutem para frente a mí.

— La dejé durmiendo en la casa.

— ¿La vas a entregar? El tipo no parece muy amistoso.

— Yo tampoco lo soy.

Paso las manos por el pelo.

— Anda al chabolo. Trae a la rubia que aquí nos entendemos.

— No quiero que Lesly se vaya.

Lo miro sin decir nada, entro al despacho y me encuentro con Yuri sentado en mi escritorio.

— Fuera de aquí, imbecil.

Le gruño y él me mira con desdén.

— Solo estoy ablandando el trono que un día será mío.

— ¿Le dejaste sentarse en mi silla?

Miro a Dan con los ojos en blanco.

— Es solo un maldito asiento. No sé si te diste cuenta, pero tenemos asuntos más urgentes que atender.

Señala a un montón de músculos recostado en la pared.

— No me gusta sentirme acorralado. ¿Esto es una charla amena?

Pregunto y él asiente con la cabeza.

— Entonces siéntate.

Señalo la silla frente a mí.

— Mi hermano me dijo que solicitaste su apoyo para invadir mi barrio.

— Ignoraba que era tu hermano.

Me mira fijamente.

— Yuri lo sabía. Creo que necesitas reconsiderar tus alianzas.

La mirada de él se vuelve hacia el tramposo que me encara con furia.

— Tú y Dan nunca se han llevado bien.

— Los asuntos de mi familia no son de tu incumbencia, brutote. No todo el mundo vende el alma por dinero.

Damian resopla. Miro con decisión al niño rico frente a mí.

— Vamos, ya lo sabes todo. Que irrumpí en tu casa, que saqué a Kaya y a Lesly de allí, y que todo fue por dinero.

Asiente.

— También sé que estuviste en el ataque a mi barrio. Todos afuera quieren ajustarte cuentas, y yo estoy arreglando las cosas.

— ¿Me estás amenazando?

— No, estoy clarificando la situación.

— Continúa.

— Pues mira, puedes seguir aliado con ese basura de ahí.

Señalo a Yuri, Dan intenta acercarse pero lo detiene.

— O puedes hacer un trato conmigo.

— ¿Qué tipo de trato?

Guardo silencio, él comprende que quiero una respuesta antes de seguir.

— Acepto.

Responde.

— Saca a esa masa de basura de mi barrio.

Dirijo la palabra a Damian que arrastra a Yuri fuera entre gritos.

— ¿Qué quieres exactamente y qué gano yo aliándome contigo?

— Obtendrás mi protección, la del barrio de mi hermano, y apoyo para manejar tus negocios en Brasil. Soy el mejor con los números y, por lo que veo, estás un poco perdido desde la detención de papá.

— ¿Qué deseas? Todo eso no será gratis.

— Quiero a Kaya. Quiero que la rubia sea mía y piensa bien tu respuesta. Un acuerdo es la única manera de sacarla de aquí.

— ¿Deseas la mano de mi hermana?

— ¿La mano? ¿Qué demonios hago yo con una mano? Quiero todo el paquete.

Me mira confundido.

— Creo que no me entiendes. Quiero saber si estás dispuesto a casarte con Kaya.

No lo había considerado. Desde el inicio supe que quería a esa mujer para mí, pero matrimonio, ni siquiera he tenido novia en mi vida.

— Mi hermana es una buena chica, una mujer honorable criada bajo las reglas de la mafia que lideramos. No se convertirá en una de tus amantes. Si la deseas, será bajo mis términos, te casarás con ella, la respetarás y amarás como se merece. De lo contrario, cumple tus amenazas, mátame, pues solo la fuerza te dará poder sobre ella.

Lo miro en silencio. Justo en ese momento, oigo su voz, delicada desde afuera. Al diablo, yo vine a mojarme en esta lluvia.

— Acepto. Me casaré con ella.

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