Capítulo 5

****Kaya Chinaider****

Abro los ojos con dificultad, la luz del sol invade el balcón, apenas pude dormir esta noche y mi cuerpo duele como si me hubiera atropellado un camión.

—Lesly.

La sacudo suavemente y sus ojos me miran fijamente.

—Dios, no fue una pesadilla.

Se abraza a las rodillas y se acurruca en una esquina.

—Tenemos que encontrar una manera de salir de aquí.

Lo digo justo en el momento en que se abre la puerta, el ruido del metal es agudo, un joven se acerca con unas bolsas en la mano.

—Aquí tienes, rubia, con los saludos del jefe.

Me lanza encima dos botellas de agua y algo que parece ser sándwiches.

—Si yo fuera vosotros no intentaría ninguna tontería, Venom es el diablo, ¿entiendes? Nadie lo toma por tonto.

Parece leer mis pensamientos, se inclina hacia mí y murmura.

—Yo y la mitad de la banda estamos esperando que entréis en el juego, nos vamos a divertir de lo lindo, tú y esa morena ahí.

Se lame los labios.

—Delicia, apuesto a que eres bien apretadita, ¿eh?

Mi estómago se revuelve, Dios, este chico es casi un niño, no debe tener más de quince años.

—Lárgate, Buscapé.

Un hombre alto se acerca, le hace señas al chico quien guiña un ojo antes de salir.

—No les hagan caso al chaval, está completamente loco.

Sonríe, es un hombre atractivo, mira a Lesly mientras habla y eso me asusta.

—Soy GB.

Cruza los brazos delante de sí.

—Mira, sé que no está bien estar aquí en este almacén, el lugar es sofocante, no hay privacidad y no quiero ser más hijo de puta pero necesitáis un baño.

Nos mira tanto a Lesly como a mí, estamos despeinadas y sucias.

—Mi jefe es complicado, no le va a gustar nada la idea de sacaros de aquí.

Se pasa la mano por el pelo.

—Si prometéis portaros bien, puedo pedir permiso para alojaros en una de las barracas, tendréis baño, una cama y privacidad, no debe ser agradable estar todo el tiempo observadas por tanto degenerado.

Mira de forma seria a uno de los hombres que nos vigilan.

—¿Tenemos un trato?

Yo asiento afirmativamente y Lesly hace lo mismo.

—Entonces ya está.

Sale y nos deja solas, mientas intento comer algo de la comida que trajeron, Lesly solo bebe agua, su alimentación selectiva es un problema serio ahora.

—Necesitas comer.

—No tengo hambre.

—Lesly, no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí, no puedes simplemente vivir de agua.

Se encoge más todavía, estoy preocupada, me acerco y le coloco la cabeza en mi regazo, acaricio su cabello hasta que vuelve a dormir, cuando GB regresa su expresión es de frustración.

—Lo siento, rubia, no quiso escuchar.

Habla con las manos en los bolsillos.

—¿Ella está bien?

—Está débil, no comió nada y en casa tampoco fue diferente.

Él la mira preocupado.

—¿Y por qué no come? La comida es buena, le pedí a mi madre que cocinara.

—Lesly... bueno... ella es anoréxica, está en tratamiento, necesito los medicamentos y los alimentos que indicó el doctor.

—Mierda.

Me mira seriamente.

—Está bien, ¿puedes recordar los nombres? ¿de lo que necesita?

—Sí.

—Entonces encontraré la manera.