- ¿Qué quieres de mí? Y más te vale que no mientas. –
Decidir entre miedos y deseos era una batalla difícil para Alexa, su corazón latía
fuertemente y no sabía a qué le tenía más miedo, a un hombre que solo quisiera
pasar la noche y tal vez algunas otras sin ningún compromiso o a un hombre que
quisiera formar parte de su vida.
-Te agradecería que no nos hagas perder el tiempo, si lo que buscas es lo mismo
que tienes con las modelos, no te atrevas a fingir que quieres algo más serio, no
hay necesidad, después de todo tiene tiempo que no me acuesto con nadie. –
Alexa se esforzó por tragarse su miedo y sonar tan cínica como pudiera, pues era
consciente de que ella misma no sabía que quería.
Daniel, el hombre enorme de uno noventa y dos, arrodillado frente a ella con la
cabeza llena de pensamientos, recordó la plática con Vincent y se dio cuenta que
ella no tenía un escudo, tenía una coraza entera que podía aligerarse o reforzarse
dependiendo de su respuesta y como el hombre racional que siempre había sido,
se tomo unos segundos para meditar su respuesta.
-Creo que lo está pensando demasiado señor Waldorf, si no está seguro de lo que
quiere, será mejor que nos vayamos. – En tan solo segundos, Alexa sintió que su
cuerpo se volvía flácido e inestable, así que busco la manera más honrosa de salir
de la situación.
Cuando estaba a punto de girar de nuevo hacia la puerta, Daniel que volvió a
tomar sus caderas para jalarla hacia el y abrazarla tan fuerte como pudiera, sin
arriesgarse a romperla.
Esta vez la desconcertada era Alexa.
- ¿señor Waldorf? –
-Tienes, un enorme escudo pequeña. – Susurraba Daniel al oído de Alexa. –
quiero que te quede claro, que yo, no sería capaz de jugar contigo, tampoco me
creo capaz de tener tan solo una aventura, eres suficientemente impredecible
como para querer estar siempre tratando de descifrarte, creo pequeña, que quiero
de ti todo lo que quieras darme y aceptare lo que no quieras dar. -
Alexa juntaba todas las fuerzas que podía, pero no pudo evitar derrumbarse. De
pronto sus brazos se aferraron al cuerpo de Daniel y ella comenzó a llorar,
terriblemente molesta de no poder contener sus lágrimas. Él no tenía idea, pero en
un par de frases había dicho, mucho de lo que ella había querido escuchar de su
antigua pareja. Alexa lloraba del coraje y la frustración de no haber podido aun
deshacerse de sus fantasmas.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué? –
-Quiero irme a mi cama-
Una Alexa desarmada se aferro al cuerpo de Daniel convirtiéndose en una criatura
indefensa y el sin idea de lo que estaba sucediendo, pero sin dudarlo, la cargo en
sus brazos para llevarla a su habitación. Mientras preocupado por su reacción
trataba de saber que pasaba con ella.
-Alexa ¿Qué pasa, estas molesta? –
-No es eso- La pequeña voz llorosa de la chica que recargaba su cabeza en el
hombro de Daniel, se esforzaba por responder con claridad. -Creo que solo
necesito desahogarme, señor Waldorf ¿se quedaría conmigo? Creo que necesito
alguien a quien abrazar esta noche. –
-Claro que si-
Daniel coloco a Alexa en su cama y se acomodo junto a ella; y aunque tenia un
nudo en su pecho por verla en ese, estado se esforzó por no decir nada, solo se
dedico a abrazarla, hasta que ella cayó dormida de tanto llorar.
A la mañana Alexa se esforzaba por abrir sus hinchados ojos cuando se dio
cuenta de que su cuerpo estaba atrapado por los brazos de Daniel, giro su cuerpo
para verlo, un hombre de cabello negro y penetrantes ojos verdes la observaba
detenidamente.
-Buenos días, señor…-
-Buenos días pequeña ¿te encuentras mejor? –
-Si, perdón por lo de anoche, yo… gracias por quedarse. –
-Bromeas, llevo semanas pensando la manera de acercarme a ti, si me lo pides
me quedare contigo, no importa cual sea la razón. –
Una Alexa sonrojada y conmovida escondió su cabeza en el cuerpo de Daniel y se
volvió a pensar de su cuerpo. Daniel se giro para dejarla encima de él y abrazarla
también. –
-Señor Waldorf, usted es un hombre enorme. – decía ella mientras recargaba su
cabeza en el pecho de Daniel. –
- ¿Por qué sigues llamándome así? –
-Bueno es que se siente extraño tutear a mi jefe. -
- ¿no crees que ya estamos lo suficientemente cerca como para romper la barrera
de jefe y empleada? –
El gesto infantil que hacía Alexa mientras meditaba su respuesta, provocaba en
Daniel una rara mezcla entre ternura y excitación, que le dificultaba contener las
ganas de devorarla.
-Pequeña, tú me vas a matar con esos pucheros. – Decía el sonriendo mientras
pasaba la mano por su cabello para controlar su ansiedad.
- ¿Como te digo entonces? - Decía ella un tanto dubitativa.
-Tengo dos nombres, escoge el que mas te guste. –
-Me gusta Daniel. –
-Bien, entonces, mas te vale que me llames así de ahora en adelante. –
-Está bien… Daniel…-
-¿si? –
-Tengo hambre. -
Daniel se enderezaba sonriendo, con Alexa aun encima de él. – Vamos a
desayunar entonces ¿Tienes algo en ti cocina o prefieres que salgamos por a
algún lugar? –
-No quiero salir, tengo mucha pasta fría y lo demás es para preparar. -. contestaba
ella mientras trataba de moverse para separarse de Daniel.
-Oye ¿porque te vas? –
-solo me muevo para que puedas levantarte. -
-Puedo hacerlo sin necesidad de que te separes de mi pequeña. Ven acá. – El
acomodo sus manos en el trasero y la cintura de Alexa y se levantó para dirigirse
a la cocina mientras ella lo abrazaba con sus brazos y piernas. – Sabes, creo que
esta forma de cargar va a ser mi favorita de ahora en adelante. –
Daniel dejo a Alexa sentada en la barra de la cocina mientras se disponía a
preparar el desayuno.
-déjame ayudarte. – Decía ella a punto de bajar de la barra, cuando el la detuvo.
-No, tu te quedas allí, es mi momento de lucirme. – Ella asentía divertida mientras
lo veía preparar omelettes
Desayunaban sobre la barra de la cocina, cuando ella decidió elogiar lo que Daniel
había preparado.
-Quedaron delicios. –
Al lo que Daniel respondió acercándose a Alexa de manera coqueta.
-Dime ¿crees que merezco un premio? –
Ella respondió sonriendo y tomando el rostro de Daniel con sus manos para darle
un profundo beso.
Al terminar el beso Daniel parecía estar demasiado acelerado.
-Sabes, creo que no medite muy bien mis acciones, porque ahora me esta
costando mucho mas trabajo que antes contenerme. – Decía el con su pegando
su frente a la de Alexa y con el cuerpo tenso.
Y ella respondió con una sonrisa y otro beso aún más intenso.
-Pequeña ¿estas segura de esto? Porque no tienes idea del trabajo que me esta
costando mantenerme quieto. –
Ella lo miro de forma coqueta y volvió a besarlo.
-Tomare eso como un sí. - ambos seguían vistiendo la ropa de la noche anterior,
así que Daniel se las arregló para deshacerse rápidamente de la blusa de Alexa,
luego la cargo en su hombro para quitarle el pantalón y mientras lo bajaba iba
besando su cintura a la vez que acariciaba y presionaba ansiosamente sus glúteos
con una de sus manos. – Sabes estoy encontrando muchas ventajas en tu
pequeño y hermoso tamaño – Decía mientras la colocaba nuevamente sobre la
barra de la cocina. -Perdóname, pero ya no puedo más. -
-Yo tampoco- Alexa parecía estar tan excitada como Daniel, sus besos se volvían
cada vez más apasionados y cuando el termino de bajar el cierre de su pantalón
para dejar salir su ansiosa erección, ella se abrazó al cuerpo de Daniel con sus
piernas haciendo que sus cuerpos se unieran y ambos soltaran un sonoro gemido
de placer al sentir el calor de estar uno dentro del otro.
No hubo más palabras, solo gemidos, ambos se movían desafanada y
rítmicamente. Daniel la besaba y acariciaba cada parte de su cuerpo con
desesperación mientras la excitación de estar dentro de ella lo hacia moverse
como si su vida dependiera de ello, lo que hacía que Alexa sintiera como si
estuviera ocurriendo un terremoto dentro de ella, ambos continuaban con su
desesperado baile hasta que ella sintió que estaba llegando a su clímax.
- ¡Daniel! - gritaba desorientada. – Ya no puedo más\, si sigues así voy a… -
- Hazlo\, no te detengas por favor\, yo tampoco voy a poderme contener mucho
más. –
Acto seguido Daniel acelero aun más sus movimientos, hasta que sintió a Alexa
aferrarse a el con todas sus fuerzas hasta comenzar a gritar, ella mordió el
hombro de Daniel con sus labios para tratar de ahogar sus gritos, lo que no hizo
sino excitarlo mucho más, con toda esa intensidad ambos lograron terminar juntos.
Exaltados, acelerados, agotados y casi mareados por toda la cantidad de
hormonas que acababan de liberar, trataban de regular su respiración para poder
volver a articular palabras. Mientras tanto, se comunicaban por medio de sonrisas
satisfechas y miradas de complicidad.
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Updated 43 Episodes
Comments
Vanessa Ibáñez Fernández
intenso!!
2025-02-19
0
Silvia Reveles
Uffffg que calor 🤭🤭🤭 que bárbara está pequeña igual que yo de pequeña
2024-02-22
3
Youha
Me hizo recordar aun enamorado alto y yo pequeña comparada x el el media 1 90 y yo 1 50
2023-06-16
3