La suerte de Alexa

-Buenas noches, señorita Taibo ¿Qué hace aun aquí?, ya es la hora de salir,

quiere que la acerque a su destino-

-Buenas noches señor Randolf y muchas gracias pero no vivo muy lejos de aquí,

además estoy por terminar los detalles de lo que me pidió el señor Waldorf, la

verdad no quisiera irme sin terminarlo-

-Vaya, de verdad que eres comprometida, tal vez lo mejor seria transferirte a mi

departamento para que Daniel no se estrese de que vayas a bajar tu rendimiento-

- ¿Cómo dice? –

-jajaja lo siento, creo que pensé en voz alta, espero que termine pronto señorita-

¡Transferirme! No puede ser mi jefe debe estar muy enojado, maldita sea, como se

me ocurre burlarme de él, no importa la familiaridad con que me trate sigue siendo

mi jefe.

¡DEMONIOS!

Esperaba que lo dejara en una sobrecarga de trabajo, pero parece que lo moleste

demasiado. Bien supongo que es momento de enfrentar mi destino y disculparme

con mi jefe si no quiero ser transferida.

-Señor Waldorf, ¿tiene un minuto? –

…

Rayos aún se ve molesto creo que tendré que suplicarle que no me transfiera.

…

-¡JEFE!, ¿se encuentra bien? –

Wow de todas las razones por la que podría pensar en ver a mi jefe cayendo al

piso, esto sí que no lo vi venir, definitivamente verlo caer por haber golpeado su …

nunca estuvo dentro de mis opciones, pero bueno quien soy yo para

juzgar lo que hace mi jefe en su espacio privado.

De hecho, tal vez si trato de tomar esto de la forma mas tranquila posible, pueda

evitar que me transfiera.

…

-Para ya Alexa, ya te he dicho que no y esta es una situación muy vergonzosa

¿puedes irte ya? –

Jeje, lo lamento jefe pero ya que estoy en este barco de aprovechar la situación

creo que es mi momento de ponernos a mano.

…

-Ahora suenas como una pequeña cínica Alexa-

Bueno si lo soy un poco pero quizás esta sea mi única oportunidad de ponernos a

mano, después de todo, sentir vergüenza cada que lo veo es muy agotador.

-Je, lo siento jefe…

-Entonces no estas asustada-

-Bueno, no, pero supongo que solo porque es usted…

Justo cuando estaba a punto de atravesar la puerta y retirarme triunfante, sentí

una enorme presencia detrás de mí, que me detuvo y cerro la puerta con fuerza.

¡Demonios!, creo que abusé un poco de mi suerte y ahora si lo hice enojar ¿Ahora

como hago para disculparme después de haber sido tan cínica?

-Definitivamente eres una mujer extraña Alexa, dime una cosa-

-sssi ¿Qué sucede jefe? -

-si yo te dijera que esto es por tu causa ¿te sentirías asustada? -

Tras esas palabras puede sentir como mi enorme y corpulento jefe presionaba su

cuerpo contra el mío, dejándome atrapada entre el y la puerta y además de eso

por supuesto, puedo sentir una muy firme miembro chocar con mi espalda baja.

-Dime Alexa ¿tienes miedo?

Su voz sonaba bastante peligrosa, pero la forma en que decía esas palabras en mi

oído, mientras toma mi cadera con esas enormes manos, definitivamente me esta

provocando sensaciones que no tienen mucho que ver con el miedo.

-Bu…bueno yo, ahhh…- No puede ser, con solo un mordisco en el cuello

reaccione de esta manera, esto no es bueno.

- ¿que fue ese ruido? señorita Taibo-

-Bueno jefe ¿Qué quería que pasara si me está tocando de esa manera? Yo

ahhh...-

Maldición, llevo casi un año sin tener relaciones, ¡¡¡por supuesto que esta situación me

está provocando algo!!!

-Sabes que quiero, quiero mas de esos pequeños ruidos qué haces Alexa, te has portado

demasiado cínica hoy, veamos si de verdad estas preparada para los juegos de

adultos, pequeña-

Las enormes manos que aprisionaban mi cadera se deslizaron lentamente por mi

cuerpo, con una de ellas tomaba mis senos, los masajeaba y presionaba de una

forma desesperada y que me estaba calentando muchísimo, mientras que su otra

mano se abría paso dentro de mi pantalón y comenzaba a apoderarse de mi

entrepierna.

-Pequeña sinvergüenza, tienes idea del trabajo que me ha costado dormir desde

que vi este par de esponjosos senos el día del incidente, como puedes ser tan

descuidada niña, creo que es momento de pagar por tus faltas-

¡Dios! Escucharlo hablarme al oído de una manera tan peligrosa solo me estaba

excitando más y sentir como masajeaba mi pecho con desesperación mientras

mordisqueaba mi oreja y mi cuello. Además de sentir sus manos atacandodedos

a la par de que me restregaba su enorme miembro.

-Jefe… ahhh- cielos no podía articular más de una palabra

-así pequeña, disfruta.

De cualquier modo, no podía pensar realmente en nada más que el deseo de

derretirme en sus manos.

Esta persona había pasado de ser mi agradable y a veces un poco molesto jefe a

un peligroso y muy excitante hombre que me tenia aprisionada contra la puerta y

con mis manos aferrándose a su ropa, de verdad quisiera derretirme entre sus

manos.

Pero maldita sea, es mi jefe, no puedo permitirle tener mas poder sobre mi del que

ya tiene apenas me libere de la vergüenza que fue el incidente en los baños, está

equivocado si cree que es el único que sabe jugar.

- ¡BASTA! –

Reuní toda la fuerza que pude para despegarme de la puerta, por suerte mi

enorme jefe estaba tan concentrado apoderándose de mi cuerpo que no tuvo

tiempo de reaccionar y caímos al piso, lo que me permitió liberarme y recobrar la

compostura.

Pero esto no se iba a quedar así, mi querido jefe también tiene que pagar por sus

pecados.

-Lo siento jefe, pero no puedo hacer esto en su oficina, soy demasiado

escandalosa como para arriesgarme a que alguien note lo que esta pasando aquí

y además no quisiera tener que salir de aquí con mi pantalón empapado o

sabiendo que he dejado un charco su oficina-

Dicho eso y ante su cara de desconcierto, reacomodé mi ropa y Sali lo más rápido

que pude, de la oficina y del edificio, no voy a negar que ver la confusión en su

rostro también me causo mucha satisfacción y selo merecía, si yo coy a terminar

excitada y frustrada por su culpa, el además va a terminar confundido.

De la convivencia que se preocupe la Alexa del futuro. pero yo ya he pagado

suficientes penas con mi ex como para permitir que cualquier hombre piense que

puede jugar conmigo sin sufrir consecuencias.

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