CAPÍTULO XIX: Los quinces de Tamara parte 1

Tamara estaba muy alterada y sentía como ardía su rostro debido a la vergüenza, por lo que acababa de ocurrir con Félix e intentaba calmarse porque necesitaba regresar a su casa.

-Cálmate Tammy o papá se va a dar cuenta - Se dijo a sí misma.

Tammy tenía miedo de enfrentarse a su papá, el cual seguramente estaría muy molesto debido a que la encontró en una situación bastante comprometedora con Félix mientras ambos se encontraban a solas en la casa familiar, lo cual estaba prohibido.

-¿Tamara me puedes explicar qué estaba ocurriendo aquí? – Le preguntó Alex a Tamara muy enojado.

Alex observaba a su hija adolescente y aunque no quería hacer un gran escándalo, él también fue joven y conocía todos los trucos de los chicos a esa edad y por eso no le gustaba que Félix fuera tan cercano a Tamara.

-Papá, por favor solo se trata de Félix – Le respondió Tamara restándole importancia a sus palabras.

Alex no estaba muy convencido porque dos adolescentes se encontraban solos en la casa y esa situación no le gustó debido a que a esa edad las hormonas te hacen incontrolable y a pesar de que su hija insistía en decir que ella odiaba a Félix, a él no le convencía mucho ese argumento.

-No sabía que Félix y tú eran tan “amigos”- Dijo Alex con sarcasmo.

Tamara se sorprendió de que su papá dijera esas palabras y no estaba de acuerdo con él.

-No lo somos papi – Dijo Tamara intentando olvidar el beso que interrumpió Alex.

-¿Y esas flores? – Preguntó Alex señalando en dirección al ramo de rosas.

Tamara sonrió porque le gustó el detalle, ya que eran realmente muy hermosas, además le parecía increíble que el tonto de Félix pudiera tener ese tipo de detalles.

-Papá, seguramente las envió el doctor porque Félix jamás me haría un regalo, puesto que yo no le caigo bien – Dijo Tamara a pesar de que sabía que estaba mintiendo.

Tamara abrazó a su padre para apaciguar a la fiera, aunque ella estaba muy impresionada por todo lo ocurrido con Félix, sabía que su papá haría toda una escena si se enteraba del beso, a diferencia de sus amigas, Tammy era muy ingenua con respecto al tema de los chicos, y por lo general cuando conocían a su padre o a su hermano la evitaban por completo.

-Me parece bien mi princesa, porque ese chico no me gusta para ti – Dijo dándole un beso en la frente.

-¿Papá porque te cae tan mal Félix? – Preguntó Tamara con curiosidad.

-Es solo que quiero lo mejor para ti

-¿Qué tiene de malo Félix papá?

-No tengo problemas con él, pero es el hijo de Oneida y por eso no lo quiero cerca de ti.

-Pero nunca te has quejado de mi amistad con Arturo

-Arturo es diferente – Dijo Alex

Alex se daba cuenta de que su hija sentía un cariño muy fraternal hacia Arturo y como decía Katy no lo creía un peligro para Tamara.

-Papá no tienes nada de lo cual preocuparte -

Dijo Tamara poco convencida porque en su interior algo comenzó a cambiar con respecto a como se sentía hacia Félix.

-Seguramente Tamara debe estar furiosa – Se dijo Félix a sí mismo.

Félix casi no pudo dormir la noche anterior porque le gustaba mucho Tamara, aunque sabía que ella lo odiaba, sin embargo, no pudo evitar molestarla porque siempre quiso robarle un beso.

-Levántate ya perezoso o vas a llegar tarde a la práctica – Le dijo Félix Arturo a su hijo.

-Ya lo hago doctor – Dijo Félix bostezando porque aún tenía sueño

A Félix Arturo le causaba gracia que se dirigiera a él de esa manera, pero le agradaba como se encontraba la relación entre ellos dos en ese momento, Félix y Arturo le habían traído mucha alegría a su vida y ya no se sentía tan solo.

-Si no quieres ir a la actividad puedo conseguirte un justificativo médico – Le dijo Félix Arturo al ver que le costaba levantarse de la cama.

Félix estaba sorprendido de que su papá le ofreciera un justificativo médico porque él no era para nada

condescendiente con ellos, pero en las últimas semanas Félix se había esforzado al máximo para obtener muchos méritos en la academia y realmente se sentía agotado, pero aun así continuaría esforzándose.

-No gracias doctor, voy a ganar muchos méritos si asisto a esta actividad.

Félix Arturo asintió en señal de aprobación porque a su hijo le gustaba la carrera militar y estaba dando el 100% de su esfuerzo para ser el mejor.

-Creí que querías ir a la fiesta de cumpleaños de Tammy.

-¿Quién quiere ir al cumpleaños de esa fea?

Félix Arturo se sonrió porque su hijo adolescente era muy predecible y era muy evidente que ella le gustaba, el único problema era que Tamara lo odiaba.

-¿Le gustaron las flores a Tamara? – Preguntó Félix Arturo a su hijo con interés.

Félix estaba dudoso al respecto, pero dado el carácter explosivo de Tamara, si no le hubieran gustado, probablemente ella se las aventaría encima y no lo hizo, sino que, por el contrario, se sonrió al verlas.

-Eso creo, doctor, porque no me dijo nada malo al respecto.

-Bueno, si las aceptó es buena señal Félix – Le dijo haciendo la señal de pulgar arriba.

Félix observó a su padre y debía admitir que daba buenos consejos para muchas cosas y en especial cuando se trataba de mujeres.

-Al parecer usted tiene mucha experiencia doctor

Félix Arturo se sonrió porque siempre fue un seductor, le gustaban las mujeres y solía atraerlas como moscas a la miel.

-En realidad sí, tuve mi primera novia a tu edad, pero debes saber que son relaciones pasajeras, así que no te enganches mucho porque la que te gusta a los 14, no es la misma que te gusta a los 25.

Félix Arturo reflexionó que este era un mal consejo porque no quería para su hijo ese mismo estilo de vida.

-Félix, si conoces a alguien que te guste a lo largo de tu vida sin importar el paso del tiempo, entonces ella es la indicada

-¿Usted conoció a la indicada, doctor?

-Como ves aún no lo hecho, pero la sigo buscando.

-No ha pensado que la tiene muy cerca, pero no se ha dado cuenta por qué lo único que le importa es la belleza física.

Félix recordó a Francisca, la asistente de su papá, la cual le agradaba mucho y le parecía una buena persona, pero que no era una gran belleza, al igual que su madre o Matilda, la ex del doctor.

-No te preocupes por eso Félix, estoy bien con mi vida en este momento

Félix Arturo disfrutaba de su tiempo junto a sus dos hijos y teniendo algunas citas en el mes.

-Félix, guardé algo en tu gaveta, no estoy diciendo que lo hagas, pero si las ganas son muchas es importante que te protejas.

Félix Arturo salió de la habitación dejando solo a su hijo, y Félix no comprendía a lo que se refería su padre, así que cuando estuvo solo abrió la mencionada gaveta porque ya no aguantaba más la curiosidad y encontró varias cajas de preservativos, lo cual hizo sonreír al adolescente.

-Viejo sinvergüenza - Dijo Félix

Félix se sonrió, porque le gustó el regalo que le hizo su padre y guardó uno en su billetera.

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