CAPÍTULO V: La verdad tras la rebeldía de Félix parte 4

Tamara y Roger debieron someterse a una prueba de paternidad

y durante todo el viaje al laboratorio

para cumplir con la orden del tribunal permaneció en silencio, cuando su papá le

dijo que saldrían a pasear estaba muy emocionada, pero nunca imaginó que irían a

un laboratorio para tomarle una muestra de ADN y hacer una prueba de paternidad.

-Roger ten cuidado vas a producir un accidente – Grito

Oneida

-Maldita sea cierra la boca Oneida – Respondió Roger.

 Roger conducía

imprudentemente, porque estaba muy enojado, Oneida, por el contrario, se sentía

de muy buen humor, ambos iban discutiendo a pesar de la presencia de Tamara en

el auto.

-¿Por qué estás tan enojado Roger?

-Cállate que no entiendes nada estúpida.

De regreso a la casa de Roger Tamara saludó con un

ademán a Paula porque no quería verlos a ninguno de ellos.

Félix desde que llegó Tamara a su casa tenía mucha

curiosidad y en cuanto se dio cuenta de que había salido entro a su habitación para

revisar entre sus cosas, la habitación, aunque cursi olía a ella, toco su ropa y

se sonrió al ver algunos de sus mangas, los hojeo y se dio cuenta de que eran de colección

sus padres jamás podrían comprarle algo así.

-Vamos a ver que escondes princesita – Se burlo Félix

 Sobre la cama

estaba una Tablet y para su sorpresa la encendió y no tenía clave, ella tenía

muchas fotos y en todas sonreía a diferencia de él, y sintió un poco de envidia.

-Eres muy linda - Dijo Félix con culpa porque se

trataba de su hermana.

Tamara se dirigió con mucho pesar a su habitación y en

su joven mente no comprendía por qué debían someterla a un examen para

determinar que Roger al cual siempre llamó papá era realmente su padre, tenía

ganas de llorar y se sentía muy ofendida, se sorprendió cuando encontró a Félix

usando su Tablet sin su permiso.

-¿Qué haces revisando mis cosas? – Le dijo muy enojada

quitándole

de las manos su Tablet

Félix se distrajo mirando las fotos de Tamara y no se

dio cuenta cuando ella entro a la habitación y se sintió muy asustado porque lo

encontraron in fraganti.

-No seas tan sensible solo quería ver cómo funcionaba

una Tablet del tercer mundo – Le respondió con altivez el impertinente chico

-Al igual que aquí¡!! ¡¡¡¡SAL DE MI HABITACIÓN AHORA!!!! – Le grito Tamara.

Félix sabía que ella tenía razón, pero era muy

orgulloso para admitirlo además estaba haciendo lo que le dijo su mamá.

-Esta es mi casa y te vas a ir de aquí pronto bastarda

– Le respondió Félix.

-¡¡¡Bastarda!!!, ¿Te atreves a llamarme bastarda?,

saca tus cuentas, ¿acaso aquí no enseñan matemáticas?, cuándo tú naciste eras

el bastardo y aunque te moleste eres el hijo de la amante de mi papá.

A Félix le causaba molestia que ellos dos fueran hermanos y se negaba a aceptarlo.

-¡¡¡¡Tú no eres hija de mi papá!!!! – Le gritó Félix.

A pesar de que la estatura de Félix sobrepasaba a la

de Tamara no estaba preparado para lo que hizo ella, su papá Alex le enseñó unos

movimientos de autodefensa y Félix fue sorprendido cuándo su Tamara lo tumbó al

piso en solo tres movimientos y se sentó sobre él para darle varias cachetadas.

-¡¡¡REPÍTELO OTRA VEZ!!! – Le ordeno Tamara.

-¡!!MAMAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!- Gritaba Félix porque no

podía liberarse de la enfurecida chica.

Oneida se sentía muy feliz porque logró su cometido

con suerte Tamara no era hija de Roger y finalmente se libraría de la sombra de

Katy, además que podrían ellos demandarla por fraude,

ya que hizo responsable a Roger por un hijo que no era suyo, se regodeaba de

satisfacción pensando en esto último a pesar de Félix y Arturo tampoco eran

hijos de Roger.

-Me imagino la cara que va a poner la mosquita muerta

de Katy cuando demuestre que es una cualquiera.

Se encontraba en la cocina preparando el almuerzo cuando

se escucharon gritos que provenían de la habitación de Tamara, la envidiosa mujer

dejó lo que estaba haciendo y abrió la puerta de la habitación y se encontró

con esa escena, de inmediato enloqueció y jaló el cabello de Tamara para

obligarla a que dejara de golpear a su amado hijo.

-¿Qué estás haciendo Tamara? Suéltalo de inmediato –

Le ordenó Oneida

Tamara sentía mucho dolor porque Oneida cada vez le jalaba

con más fuerza su cabello, pero no pensaba obedecerla, así que comenzó a mover su

cabeza a ambos lados intentando soltarse de su agarre, sin embargo, la maliciosa

mujer luchaba con la chica hasta que sintió que la mordieron en su muñeca y

gritó para luego soltarla mientras frotaba la zona lastimada.

-Suéltame – Le gritaba Tamara

Tamara se incorporó y Oneida estaba sorprendida porque

no lloró en ningún momento, por el contrario, la miraba con mucho odio.

-Cuando venga tu papá le voy a contar lo que hiciste

eres una niña muy mala – Le dijo Oneida señalándola.

Oneida ayudó a incorporarse a Félix que aún seguía llorando

en el suelo debido a la reprimenda que le dio Tamara, y estaba sorprendido de

lo fuerte que era esta chica.

-Si vuelves a tocar mis cosas te va a ir peor, te recuerdo

que vivo en un país del tercer mundo – Le dijo señalando de forma retadora a

Félix.

Félix se estremeció porque cuando entró en la

habitación de Tamara para revisar sus cosas y tomar las que le gustaran creyó

que esta princesita solo lloraría y él negaría que lo hizo, sabía que su mamá

lo apoyaría en todo momento porque después de todo esto era idea de ella.

-Y a usted señora le recuerdo que soy menor de edad si

me vuelve a tocar la voy a denunciar antes las autoridades.

Oneida estaba asombrada de que esta insolente chica la

amenazará en su propia casa.

-¿A quién le va a importar lo que le pase a una

extrajera como tú?

Tamara sabía que, si llamaba a su papá Alex o a Fonso,

ellos le creerían y la protegerían, por eso no le tenía miedo a las amenazas de

Oneida. Félix seguía atónito porque esta chica era muy valiente.

-¿Hacemos la prueba? – Pregunto Tamara con altivez.

Oneida observó la expresión de la chica y recordó que

el tema con los servicios de protección infantil era muy delicado, si Tamara y

Félix tuvieron un altercado no era un problema se trataba de dos adolescentes

discutiendo, pero ella, por el contrario, era un adulto, además si Roger se

enteraba no le iba a gustar porque después de todo era su hija.

-Vamos Félix tengo que revisar si esta salvaje no te produjo

una herida.

Tamara miró como salían el par de madre e hijo de su

habitación y se apoyó de la puerta hasta terminar sentada tras ella, ya no

quería estar en ese lugar y quería irse.

-Mami me quiero ir de aquí – Dijo Tamara llorando

Félix era revisado exhaustivamente por Oneida, ella le

dio una compresa para evitar que se le inflamara las mejillas y luego él se fue

hasta su habitación

-Lo siento Tammy, pero tenía que hacerlo.

 Él se sentía

muy mal por lo que hizo, pero quería hacer feliz a su mamá, cuando llego Roger

a casa Oneida le contó lo ocurrido y este se enfureció y a pesar de que Félix ya

se encontraba durmiendo lo despertó abruptamente para disciplinarlo.

-¿Qué hiciste imbécil?

-Papa no le hice nada – Félix estaba a punto de llorar

-Pareces una niña, ¿Qué te he dicho sobre llorar?, ¿Acaso

no eres un hombre?

Roger le dio una fuerte bofetada al chico de 12 años

el cual solo siguió las órdenes de su madre.

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