Félix Arturo llegó a su casa en compañía de Félix y Arturo y en la entrada lo esperaban su antigua familia, por su expresión se notaba que estaban muy enojados
debido a que no podían ingresar a la vivienda, porque las claves de acceso fueron cambiadas, él estacionó su automóvil y resopló con indignación porque había sido
un buen momento durante la terapia, pero ahora lo acababan de arruinar sus parientes
desagradables.
-Félix lleva a tu hermano a su habitación y esperen allí los dos – Le ordenó Félix Arturo a Félix.
-¿Quiénes son esas personas doctor? - Preguntó Félix con curiosidad.
-Mis parientes desagradables y quiero evitarles a ustedes dos el mal rato de conocerlos.
Los tres bajaron del auto y Félix tecleó su clave de acceso a la casa ante la ira de sus hermanos mayores e hizo entrar a Arturo evitando en todo momento que
este interactuara con ellos, porque se daba cuenta de que los miraban con mucho desdén.
-¿Puedo saber que hacen todos ustedes aquí en la entrada de mi casa? – Les preguntó
Félix Arturo con mucha ira.
-Cómo no nos respondes a los mensajes ni a las llamadas decidimos venir a visitarte,
pero descubrimos que habías cambiado las claves de acceso a la casa – Dijo Matilda
con un tono de voz demandante.
Matilda era la exesposa de Feliz Arturo, una atractiva mujer de 45 años, estuvieron casados por 15 años y tuvieron tres hijos, ella le solicitó el divorcio para casarse con su amante más joven y el único problema era que ella
aún se sentía con derechos a intervenir en la vida de Félix Arturo
-Estamos descontentos por la aparición de esos dos niños, porque estás vulnerando
los derechos de tus hijos legítimos.
Matilda obviamente estaba enojada debido a que aparecieron estos niños, ya que significaba que la herencia de Félix Arturo también le pertenecería a estos dos
hijos.
-Creo que el mensaje es claro y no quiero hablar con ustedes y en especial contigo Matilda.
-¿Cómo te atreves a reconocer a esos dos bastardos?, ¿Acaso no te importa cómo se sienten tus hijos o cómo me siento yo?
-Me importa muy poco cómo se sientan ustedes al respecto, los reconocí y les di mi apellido porque son mis hijos y no tengo que darte explicaciones, ve
a exigírselas a tu esposo, yo no tengo nada que ver contigo.
-Papá hablemos dentro de la casa, ya que los vecinos pueden escuchar – Dijo David el hijo mayor
Félix Arturo los hizo entrar y los llevó a la sala de estar, estaba
realmente enojado y le preocupaba que los gritos alteraran a los chicos en especial a Arturo el cual debido a su Asperger era muy sensible al ruido además
de que en su corta vida había tenido su buena dosis de violencia en su hogar.
-No veo en que les afecte a ustedes mi decisión
-Papá son más gastos y nosotros también tenemos nuestras necesidades – Dijo
David con descaro.
-David tienes 26 años y no trabajas porque estás cursando
tu segundo posgrado, ya es tiempo de que hagas algo por tu vida y dejes de vivir a mi costa
-La ley dice ……
-Esa ley es hasta los 25 años y he sido muy flexible contigo,
pero de igual manera no lo valoras así que a partir de ahora busca un empleo porque no pienso darte más dinero.
-Ves a lo que me refiero papá ya me está perjudicando tus nuevas responsabilidades – Se quejó David.
-Eso lo hice desde el momento en el cual no te obligué a comportarte como un adulto
-Papá por favor no tomes decisiones apresuradas – Dijo
José el segundo de sus hijos
-No te preocupes que eso va contigo también ya tienes
dos años que obtuviste tu grado y no has hecho más nada y antes que me digas lo
de los 25 años eso aplica únicamente si estás estudiando.
-Es que no encuentro empleo papá – Se quejó José
-¿Fuiste el mejor promedio de tu promoción y no
consigues empleo?, además te he ayudado recomendándote entre mis conocidos y
nunca vas a las entrevistas, ve a trabajar porque no te voy a pagar más tus gastos
-¡!! Mamá me dijiste que él estaba en la obligación de
hacerlo!!!! – Se quejó José segundo hijo
Félix Arturo observó con mucha ira a Matilda porque sus
mimos excesivos estaban perjudicando a sus hijos y lo hacían trabajar incansablemente
para cumplir con los caprichos de todos ellos.
-En cuanto a la pensión alimenticia no te pienso dar más
dinero, eres una abusadora además de que ellos son unos adultos así que ve a
trabajar.
-Nunca he trabajado Félix Arturo – Protestó Matilda horrorizada.
-Entonces pídele a tu papá porque ese ya no es mi
trabajo
Juan los observaba a todos con mucha ira en especial a
su papá, porque el sí pudo luchar por la custodia de esos dos hijos, pero no por la de él, obligándolo a vivir con sus hermanos y en especial con ese desagradable
padrastro.
-¿Por qué con ellos sí luchaste por su custodia y no por la de nosotros? – Preguntó Juan
Félix Arturo abrió una gaveta y sacó una carpeta con
muchas copias y se las entregó en sus manos.
-Pregúntale a tu madre que fue lo que ocurrió, pero
cómo no me vas a creer, lee lo que está aquí.
-¿Qué es esto?
-El caso de la custodia de ustedes tres, ¿Qué podía
hacer si tu mismo dijiste que no querías vivir conmigo?
-Yo nunca dije eso
Juan estaba sorprendido porque él nunca dijo eso
estaba tan enojado con su padre porque el rechazó vivir con él.
-Matilda se sincera por alguna vez y cuéntale la
verdad a nuestro hijo – Le dijo Félix Arturo
-¡!! Estás mintiendo Félix Arturo!!!! – Dijo Matilda
-Juan yo nunca me negué a vivir con ninguno de ustedes,
pero tu mamá estaba en contra y cuando los entrevistaron los tres dijeron que
no querían vivir conmigo y el tribunal falló en favor de tu madre.
Félix Arturo observó a su familia y estaba harto de
todos ellos, la paz que había sentido en los últimos días se la habían robado
en solo un par de minutos.
-Quiero que se vayan todos de mi casa y no regresen
porque no son bienvenidos – Les gritó a sus hijos y a exesposa
El grupo estaba asombrado porque el solía ser paciente
con ellos y se aprovechaban de que estaba solo, el problema era que ya habían
colmado su paciencia. Por suerte Félix y Arturo no escuchaban de lo que hablaban
los adultos
-¿Ellos son nuestros hermanos mayores? – Pregunto Arturo
con curiosidad.
-Si Arturo son nuestros hermanos mayores.
-¿Por qué nos odian Félix?
-Probablemente, seamos la razón del divorcio – Reflexiono
Félix.
Félix Arturo entró en la habitación y escucho las
palabras de Félix, y quiso aclararles la situación, ellos no eran responsables de
lo ocurrido en su matrimonio.
-Ustedes no tienen nada que ver con mi divorcio
Un par de días después en medio de una revuelta una de las internas le piso
la mano derecha a Oneida fracturándole todos los dedos.
-Ahora ya sabes cómo se siente - Le dijo la reclusa sonriéndose mientras
Oneida se retorcía del dolor.
Tamara y su familia regresaron al país debido a la
boda de sus padres, aunque Félix Arturo fue invitado a la ceremonia este no
pudo asistir debido a una situación que requirió de su atención.
-Llama al mejor cirujano de mano del país- Le dijo al
doctor de la cárcel.
-Eso va a costar mucho dinero
-Yo asumo el costo, solo tengo una condición y es que
ella no se entere de que fui yo la persona que pago por su cirugía.
Oneida estaba sorprendida de que le hicieran una
costosa operación en su mano y el proceso de recuperación era muy doloroso, se sentía
desolada y no le sorprendió cuando le llegaron los documentos del divorcio
-Es cierta la frase de que siempre llueve sobre mojado,
aunque en este punto ya nada me importa.
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Comments
Maryuri Gutierrez
hay personas que se convierten en la vida de una como " un grano de hemorroides " en este caso para el doctor Félix eso era su ex una persona abusiva , invasiva, intrigosa, pretenciosas que sumisa que el debía mantener a todos apresar que ya eran mayores de edad y ella estaba casada.
es aquí donde por mucho vínculos que tengas con alguien si afecta tu salud , tu paz, debes cortar y poner barreras porque sino serán siempre una piedra en el zapato
2023-05-03
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