Malas desiciones

Elizabeth salió de la empresa de Leandro, directo a casa, en verdad quedo traumada con la escena que vio, se río, en verdad fue chistoso ver la cara de esos dos, la gente que iba a su al rededor en el transporte público la miraba, a pesar todo por lo que había pasado, seguía siendo una niña inocente.

Al bajar fue a la Panadería llevaría algunos postres que Yaco amaba, Elizabeth Estaba sola, Karina en el local , el pequeño en la escuela.

ella debía ir a trabajar, ya que perdió colegio por ir a la empresa, organizo el almuerzo, salió a la floristería, era un camino largo pero por la costumbre se le hacía corto, las sensaciones de ser vigilaba ahí estaban, ya Leandro se lo había confirmado.

el local en verdad era hermoso lleno de flores, arreglo, había vida en el, cuando ingresabas Te recibían con una sonrisa, siempre la amanbilidad era lo primero, decia Karina, quien estaba organizando las flores para los pedidos, al ver a Elizabeth la abrazo y le dijo:

vamos a la oficina, quiero saberlo todo.

Elizabeth le contó todo con lujo de detalles, Karina estaba impresionada hasta porno le tocó ver a la niña por ese hombre, necesita ayuda, pensaba ella, Elizabeth le mostró el papel que le habían dado en la oficina especificando la cifra, Karina quedó paralizada era 500.000 euros era una cifra imposible para ellas.

Karina le explicó a Elizabeth que era demasiado dinero, que era imposible conseguir esa cantidad en años, Elizabeth entendió, en verdad su madre habia hecho una fortuna con ella, puso sus pies en la tierra, pensó y recordó cada vivencia con Leandro y llego a una conclusión, ella negociaría con él, era más que claro lo que él quería de ella.

No le diría nada a Karina, no quería involucrarlos más, ellos estaban saliendo adelante, Karina esta feliz, aliviada podía ir a sus controles médicos sin miedo a no tener como, y su pequeño por fin disfrutaba su niñez.

Fue a la tienda y llamo a Leandro, en el papel que le dio había su número, timbraba pero no contestaban, cuando estaba por colgar escucho su vos:

Bueno, contestó, Elizabeth habla sé que eres tú.

Elizabeth: necesito hablar podemos vernos, Leandro sonrió sabía que al ver la cifra ella lo buscaría, era imposible para ella esa cantidad, fue muy inocente de parte de ella creer que podría pagar lo que él pagó.

Le respondió: te espero en la villa 5 pm en punto, Elizabeth no quería ir a ese lugar tenía miedo que la dejaran allí, pero no tenía opción,

Respondió: está bien allá estaré.

Llego la hora, Leandro estaba tan ansioso que llegó desde el medio día, el quería saber que le diría, dio órdenes que la dejaran pasar, dijo al personal de la casa que solo necesitaría a una persona el resto se marchara.

Elizabeth estuvo muy puntual en la villa al ingresar todos los recuerdos volvieron, quería llorar, pero tenía que ser fuerte y tener la sabiduría para hablar, cuando ingreso le dijeron que la esperaba en su despacho, ella sabía bien dónde era, así que se dirigió a él, respiro profundo, se relajó y tocó, solo escucho pase.

Ingreso con miedo, su corazón a mil pero puso su mirada fría y fue directo al grano, buenas tardes, vine a que negociamos el pago, es demasiado no tengo esa cantidad, Leandro le dijo es esa la suma así como yo pague quiero que me paguen no hay otra opción.

Elizabeth estaba nerviosa pero le hablo: no quiero regresar acá, tengo libertad, estudio, trabajo, no quiero perder lo que he logrado, he conseguido mucho y sé que acá solo seré su esclava y no lo acepto, solo por su capricho de tenerme, piénselo usted puede tener lo que quiera, solo déjeme.

Leandro la miraba y no sabía como ella se había vuelto una obsesión para él, era como si su cerebro se apagara y no razonada, con solo verla ya está excitado, tenía un gran problema en esa entrepierna, entonces él dijo:

Elizabeth negociamos dijo con una. Sonrisa, tú sabes que debes ser castigada por huir y pegarme en la cara, si cumples con los castigos yo te diré como saldamos la deuda y quedas libre de mí.

Elizabeth abrió los ojos era una oportunidad, ella conocía los castigos eran dolorosos, era eso a cambio de la libertad, lo aceptaría, sin pensar dijo acepto, Leandro sonreía, cayó muy fácil.

Perfecto, te castigaré, Elizabeth creía que con esto ya estaría bien , lo siguió entraron a la habitación en ese momento Elizabeth le dijo es necesario, él dijo sí, es esto o no hay trato, te quedas o te vas.

Elizabeth era una joven madura para su edad, había crecido mucho estos meses, no era tonta pero a veces era muy inocente, todavía había mucha ingenuidad en ella y Leandro quería acabar con eso, desde el primer momento que la vio eso fue lo que más le gustaban, tenía 15 en un cuerpo que no era para nada de esa edad, pero sus ojos mostraban su inocencia total.

tomó su cinturón y la azotó diciéndole que tenía que contar hasta 10 si se equivocaba comenzaría de nuevo, así lo hizo Elizabeth

1,2,3... lloraba 4,5,6, lloraba 7,8,9,10

Fueron dolorosos, había sangrado un poco pero para Leandro eso no era nada, Leandro le acaricio su mejilla y le dijo:

Aprenderás a obedecer, respecto a tu libertad y demás yo estoy dispuesto a dejarte hacer tus cosas siempre y cuando estés bajo mi techo y mis reglas, sacó un documento y sé lo.mostró ella, no entendía, que era, pero vio abajo la firma de su madre y su padre, Leandro le contó que ese documento, era la custodia de ella, sus padres se la habían cedido a él.

Elizabeth no lo creía, tal vez de su madre si pero su padre eso no, Leandro, hablo claro, tendrás una vida normal si quieres trabajar lo harás pero vivirás acá, te he pasado mucha Elizabeth ya no mas, tendrás un año de preparación completa, tr adaptaras. ami mundo pero si no quieres las cosas así, volverás y no saldrás siempre estarás acá.

Elizabeth no podía creerlo, le daría parte de su libertad pero tendría que volver a la jaula de oro, pero porque se preguntaba en vos alta.

Leandro le contesto: porque así lo decidí, Elizabeth lo miro y acepto, él se paro y le dijo perfecto mañana mismo te regresas, me dirás tu horario de estudio y trabajo, acá tendrás otra educación y te lo advierto Elizabeth otra vez que huyas y no lo contaras. Se acercó a ella, Elizabeth se sonrojo y el le dijo eres exquisita.

Elizabeth sentía que explotaria, ella era una mujer íntegra, nunca había tenido un acercamiento así, pero entendió desde ese día, Leandro la trataría como el quisiera, Leandro se acercó a su oído le dijo eres mía.

debo regresar a casa, Leandro la miro y acepto, daría la orden para que la llevaran, era tarde y el transporte público se demoraría, al verla salir le dijo: te quiero a las 8 am en mi oficina.

Karina al verla no preguntó, dejaría que ella le contará, pero conocía esas señales. Su niña había tomado una mala decisión, Elizabeth se acostó y solo pensaba en que todo saliera bien no quería huir más quería libertad y tal vez la propuesta de Leandro por ahora sería lo mejor.

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