Leonor

Leandro pensaba que hacer porque sin duda Enzo lo puso contra la pared, estaba estresado, salió enfadado del restaurante no estaba acostumbrado a ese tipo de respuesta de Enzo, era su hermano su mano derecha no entendía su accionar, no quería llegar a la villa y tampoco regresaría a la oficina, así que salió a su lugar seguro, su apartamento en la ciudad, era su sitio cuando quería privacidad, llego directo al bar sacó una botella de vodka y empezó a tomar sentado mirando la gran ciudad, así paso el tiempo, cuando Leandro miro el reloj eran casi las 9 de la noche, no quería estar en la villa en este momento, no quería ver a Helena, tal vez era verdad lo que Enzo le decía, que muy en el fondo él la culpaba por la traición de su madre y la escoria como llamaba a su padre, él tenía demasiado resentimiento consigo mismo, para el mostrar debilidad y amor a esa mujer fue su peor decisión, fue abrirle la puerta para que destruyera los seres que más amaba y por ello no quería que Helena viajara y conociera sus debilidades, para él lo mejor era mantener a Helena lejos de todo lo que él conocía como familia, se permitía no dejarla sola y ver por su futuro, pero de ahí a entrarla a su círculo familiar no.

Alguien entró y él ni miró sabía quién era, tampoco quería discutir, así que solo dijo:

Si vienes a persuadirme no lo lograrás prefiero que no vayamos a casa de mamá, pero llevar a Helena no. Enzo se quedó en una sola pieza, Leandro le hablo directo y frío.

Enzo le responde: es solo niña que quiere disfrutar la navidad no veo lo malo,

en ese momento suena un estallido, Leandro había tirado contra la pared el vaso, miro furioso a Enzo tanto así que lo dejo mudo y quieto.

Y dijo: Enzo no te estoy pidiendo permiso te doy una orden no iremos a las fiestas en casa de mamá, tampoco abra navidad para ella, queda prohibido cualquier celebración, mañana mismo en toda la villa guarda la navidad, ella debe entender que el señor de la casa soy yo y tomó las decisiones sobre todo.

Enzo no lo podía creer, él creyó que tal vez acorralándolo daría su brazo a torcer, pero fue peor, Leandro está iracundo, irreconocible, ahora él se daba cuenta de que lo peor fue desafiarlo.

Enzo solo respiro profundo y le dijo: como diga Jefe mañana mismo se desarma todo en la villa, pero puedo pedirle permiso de en navidad me permita llevar a Helena a mi casa y pasar con ella.

Leandro lo Miro y le dijo: no, ella se quedará en la villa con el ama de llaves, nosotros trabajaremos normal, será un día igual que todos y que esto no se te olvide Enzo, a mí nadie me desafía quisiste ponerme entre la espada y no miraste las consecuencias, esta vez te lo paso porque entiendo que quieras a Helena, siempre buscas lo mejor para ella, no olvides que eres mi hermano, la lealtad es a la familia, no permito que me vuelvas a desafiar la próxima abra consecuencias, el que decide en la vida de Helena soy yo.

Ahora si no tienes más nada que decir retírate quiero estar solo.

Enzo solo dijo: Si señor me retiro.

Enzo salió pensativo, tal vez su actuar no fue el mejor, nadie sabía aparte de él lo importante que era la familia para Leandro, eran los únicos con los que se dejaba ver su verdadero yo.

Detrás de esa soberbia, frialdad, arrogancia había un hombre que daba todo por ellos, en sus dos vidas la lealtad y la familia eran sagrados, eso se lo inculcó siempre a Enzo, se sentía mal porque él puso a Helena sobre la familia, quería que Helena no sufriera y tuviera una infancia feliz como él talvez la soñó, pero ese sentimiento no podría pasar por encima de quienes dieron todo por él, en especial su madre, con pesar decidió aceptar las decisiones de Leandro aunque no compartía muchas, era la cabeza tanto de la organización como de la familia y él juro obedecer y no cuestionar, eso haría.

Mientras tanto en el apartamento Leandro, quizo ir a dormir no le gustaba hablarle así a Enzo menos verlo con la cabeza agachada, pero él debía entender que las decisiones las debía respetar, él no odiaba a Helena al final era su hermana solo no era apropiado que compartiera con su madre, tal vez ahora lo ven mal Enzo, estará disgustado un buen rato, si se trata de su familia él la. Protegerá.

Sabe que Helena sería un dolor para su madre y él no está dispuesto a ser el causante, con esos pensamientos se fue a descansar estaba tomado y únicamente quería dormir.

El despertar fue doloroso para Leandro, la jaqueca era espantosa, así se organizo y salió para la oficina eso si con sus anteojos de sol para disimular la molestia.

cuando ingreso a la empresa se dirigía a su oficina y una vos lo dejo estático cuando lo llamo.

Leandro, hijo espérame,

él solo pensaba que fuera una pesadilla y al voltear ahí la vio, su hermosa madre como siempre, espectacular. Fue directo a darle un beso, invitarla a la oficina y que le explicara que hacía ahí, ella llevaba años sin ir aquella ciudad, estaba radicada en España.

Ella únicamente le respondió: Tengo que pedir permiso para ver a mis hijos, que sepa no, ayer llamé a Enzo, como los conozco como la palma de mi mano al oírlo supe que algo pasaba, y tú me lo compruebas ahora, con tu cara pálida al verme me confirmas mis sospechas, ahora subamos a tu oficina llama a Enzo y hablamos.

Si alguien tenía poder sobre ellos era Leonor, ninguno sabía decirle no, la que se encargaba de eso era su hermana por tal motivo madre e hija vivían de disputa en disputa.

Al llegar a la oficina Leonor fue directa, habla ya que pasa y en ese momento Enzo ingresa, él solo la cogió a besos le encantaba apapacharla y Leandro suspiro él sabía que ella se entretendrá con Enzo.

Mayor su sorpresa cuando les dijo :

Quien hablara primero, es por boca de ustedes o lo tendré que investigar, los dos se miraron la conocían, ella era de armas tomar, desde lo sucedido nunca más permitió que la tratarán como muñeca boba, tenía carácter y cuando lo sacaba era para huir todos.

Enzo le comento que tenían mucho trabajo no sabían como decirle que no iría a pasar las fiestas con ella, Leonor solo los escuchaba y Leandro a todo decía sí.

Leonor dijo: Me creen estúpida o que, ustedes piensan que no sé que tienen con ustedes a la hija de ese par de sinvergüenzas, que se llama Helena, la tuviste en un orfanato hasta hace poco, y que tu Enzo andas dándole tanto gusto y malcriandola.

Y como conozco a mis hijos sé que no irán a casa porque ustedes creen que moriré de dolor por ver a la hija de esas escorias, Hijos que poco me conocen.

Primero quiero aclararles que jamás culparía a un ser inocente por los actos de sus padres.

Segundo: ella merece tener familia conocer su hermana sus sobrinos.

Y tercero si no morí de dolor cuando me enteré que tu los mataste,Leandro, menos me voy a morir por saber que al menos dejaste vivir a esa niña y le estás dando una vida digna, aunque eso de haberla dejado tantos años en un orfanato me lo tienes que explicar.

Ellos dos solo se miraban, estaban mudos, como su madre lo supo todo. Tenían un infiltrado pensó Leandro, solo eso se le ocurría.

Leonor prosiguió: lo sé porque no enbano soy la hija del Don de la mafia italiana, muchachos el hecho que yo sea delicada y tranquila no quiere decir que sea boba o no sepa que pasa a mi alrededor, además todavía tengo hombres que son leales a mí, así tú hayas aceptado ser el sucesor de tu abuelo, a mis espaldas, eso me lo debías haber consultado.

Leandro hijo el ocultar cosas no trae nada bueno, mírame a mí, por creer en tu padre por más que el mío me dijo no lo hagas, lo hice, deje mi familia, los aleje a ustedes de ellos.

Leandro esa niña no tiene la culpa de quienes la engendraron es su hermana es familia dale una oportunidad.

Leonor se puso de pie, se despidió y les dijo que en la noche quería una buena invitación a cenar, ya que, regresaría al día siguiente a España, también les dijo que debía decirles algo en las fiestas y los necesitaba en España no aceptaba un no y eso incluía a Helena.

salió con ese porte y esa clase que solo ella tenia, Leandro y Enzo se quedaron tomando una vaso de vodka, después de todo lo que escucharon lo necesitaban.

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