Joven tímido.

Cuando el reloj marcó las 4 de la tarde, volví a entrar en la villa, subí a mi habitación y comencé a buscar las mejores prendas. Terminé eligiendo un vestido sencillo de color azul. Luego corrí al baño a tomar una ducha refrescante, de aún modo me sentía nerviosa.

Luego del baño, me puse el vestido que elegí y unas zapatillas del mismo tono, ate mi cabello en una cola de caballo alta junto con un lazo de cinta azul. Para cuando termine de vestirme, el reloj ya marcaba las 5 pm.

Pará esta hora, Randall ya tendría que haber salido de clases, sobre todo porque era miércoles, salíamos más temprano de lo normal.

'Tin-ton', el sonido de la notificación llegó, corrí hacia la cama y lo encendí, viendo el nombre "Bebé tímido" en la pantalla. Rápidamente abrí la notificación "Estoy fuera de la villa, espero por ti."

Al ver eso, tomé mi cartera, tomé mi tarjeta y algo de efectivo. Luego de una rápida mirada en el espejo, salí corriendo de mi habitación, baje las escaleras y cuando llegué a la puerta, me detuve para acomodar mi cabello y vestido.

-¿Adonde vas tan bonita?- Una voz seria vino desde la sala, haciéndome pegar un brinco del susto -Papá, me asustaste.- Dije con queja al ver a mi padre sentado en su sofá favorito. Cuando vi su expresión sería, no pude evitar recordar la última pelea que tuvimos en mi vida pasada, mi expresión se volvió amarga.

-Padre, si alguna vez llegase a quedar embarazada de un hombre al que tú no quieres o aceptas ¿Me obligaría a abortar al bebé?- No pude evitar preguntar con seriedad mientras lo miraba, él levantó una ceja ante mi pregunta pero no respondió de inmediato.

Después de un rato, lo escuché suspirar y decir -Sí te soy honesto, el único bebé que quiero que tengas es el de Randall. Pero si tu llegases a amar a otro hombre y quedas embarazada de él...aceptaría al bebé y lo querría al igual que a ti, pero nunca aceptaría al padre.

No pude evitar fruncir el ceño con cierta confusión, tenía dudas -Padre ¿Porque quieres que me case específicamente con Randall?- Pregunté con seriedad, sin apartar la mirada de él. En muchas ocasiones, durante mi infancia, tanto mi madre como mi padre me emparejaron con Randall, nunca supe el porqué pero lo detestaba.

La expresión de mi padre se volvió mucho más seria cuando escucho mi pregunta, él soltó un largo suspiro y me dijo en voz baja -Cuando tu tenías 4 años, la niñera Qiao y tu sufrieron un accidente automovilístico. La niñera Qiao no sufrió muchas heridas pero tu eras tan solo una bebé, sufriste de una herida algo profunda y perdiste mucha sangre. La sangre que tienes en tu cuerpo es muy rara y resulta que tu y Randall tienen la misma sangre. Cuando él vio a la niña en la cama, lo que dijo fue "Quiero ayudar a la niña bonita ¿Puede ser mi esposa cuando sea grande?". Me asombro la seriedad en sus palabras, y efectivamente, él te dio de su sangre, también comió cosas que no eran de su agrado para darte más sangre. Gracias a eso, los doctores lograron salvar tu vida. Randall nunca pidió nada a cambio por salvarte, pero tu madre y yo decidimos desde entonces hacerlos marido y mujer cuando cumplieran 18 años.

Mis ojos se abrieron cada vez más mientras escuchaba, realmente, nunca imagine algo como eso, si soy honesta, nunca me di cuenta de que algo como eso me había sucedido, pues no tengo ninguna cicatriz en mi cuerpo y mucho menos el hecho de que tengo sangre de Randall en mi cuerpo.

No pude evitar mirar mis brazos blancos, eso quería decir que solo estoy viva ahora gracias a Randall. Oh, ahora que lo recuerdo, él me espera afuera.

-Padre ¿Randall y yo estamos comprometidos aún?- Cuando estaba por abrir la puerta, me detuve y pregunté, a lo que mi padre asintió -Desde el día de tu nacimiento.- Respondió con seriedad.

No pude evitar sonreír -Bien, me casaré con Randall al cumplir los 18 años.- Dije con determinación antes de abrir la puerta y salir, antes de cerrar la puerta, pude ver la cara conmocionada de mi padre.

-Lamento hacerte esperar, wow..- Cuando mis ojos cayeron sobre Randall, casi quedé en shock. Una sonrisa gentil colgaba en sus labios mientras se apoyaba en el BMW negro. Llevaba una camisa de color azul, un pantalón negro y un par de tenis negras, su cabello se veía húmedo.

Se veía mucho más fresco de lo normal, el tipo se veía tan atractivo que mi corazón latió, y de casualidad ambos vestimos de azul, cuando nos vean juntos, pensarán que somos pareja.

-¿Cómo estás, Harley?- Randall se enderezo cuando me vio caminar hacia él, extendió su mano y tocó mi frente en el momento en que me detuve a unos pasos delante de él -Tu fiebre parece haberse ido por completo ¿Qué dijiste que querías...-

Antes de que pudiese terminar de hablar, le di un pequeño beso en los labios, luego baje la cabeza y entré en el coche lo más rápido que pude. Desde la ventana, pude ver como su rostro se puso rojo desde su cuello hasta sus orejas, lo cual me hizo sonreír pero a la vez sonrojarme.

No hay mejor saludo para una pareja que un pequeño beso ¿Verdad? Además, sus delgados labios se sienten muy bien al ser besados ¡Mierda, soy una adolescente, no tengo 24 años, mi mentalidad no puede ser perversa!

Pasaron unos minutos antes de que Randall entrará al coche, su rostro estaba rojo aún pero trató de parecer tranquilo, él de repente me miró con seriedad, haciendo que mi expresión también se volviera seria.

-Harley, si estás tratando de burlarte de mí, espero que no lo hagas de ese modo, porque sólo haras que...- Su voz se detuvo abruptamente, pero ya sabía que me diría "Solo harás que me ilusione.", su expresión era seria y sus ojos complicados, podía imaginar que se sentía en conflicto en este momento.

-Randall, ambos estamos comprometidos desde nuestro nacimiento ¿Lo recuerdas?- Le pregunté con seriedad, mirándolo directamente a los ojos, él me miró de reojo pero luego cerró los ojos y asintió con la cabeza.

-Entonces ¿Eso que nos vuelve a nosotros? Al cumplir los 18 nos casaremos.- Dije con simpleza, fingiendo no darle importancia, sin embargo, lo mire de reojo con expectativas.

Él abrió los ojos de repente y me miró con los ojos muy abiertos -¿Casarnos?- Preguntó con conmoción, no supe si sentirme ofendida o divertida por su expresión pero sólo asentí con la cabeza -Eso nos hace prometidos, o mejor dicho novios en una palabra más sencilla, siempre hemos sido novios en lo que a mi respecta. Por eso mismo me gusta intimidarte ¿No dicen que el novio tiene que tratar a su novia como una princesa?- Levante una ceja y le dije con seriedad mientras lo miraba.

En unas pocas oraciones justifique mi comportamiento anterior y mi cambio repentino, tal vez él lo capta o tal vez solo piense que le estoy jugando una broma como en ocasiones anteriores.

-¿Somos novios?- Murmuró completamente aturdido Randall, no pude evitar rodar los ojos cuando vi su expresión de shock, sonreí y le di un golpecito entre medio de las cejas con el dedo índice. Él cubrió el lugar golpeado y bajó la cabeza, su rostro volvió a ponerse tan rojo como una manzana.

Incluso podía escuchar su corazón latir desde mi asiento, pero de repente recordé algo, Randall sufría de una enfermedad en el corazón -Randall, tengo hambre, podrías apresurarte.- Le dije haciendo un puchero y tirando de su hombro con algo de fuerza. Quería distraerlo, aunque admito que me sentía bien viendo su rostro colorado.

Randall asintió apresuradamente y arranco el coche, su expresión se volvió sería, sabía que siempre se concentraba al conducir por temor a provocar un accidente, además, al ser menor de edad, aún no tenía licencia de conducir pero sí un permiso para hacerlo.

-¿Qué tal ir al Reino de la Banbacoa? Prometo no pedir nada que tenga picante o condimento extra.- Rápidamente dije cuando llegamos al centro de la ciudad, las luces en las calles apenas comenzaban a encenderse pues el sol ya se estaba escondiendo.

Randall se quedó en silencio y le dio la vuelta al volante hacia la derecha, no pude evitar aplaudir emocionada, según yo, nos dirigíamos al Reino de la Barbacoa. Sin embargo, 10 minutos después, pasamos el lugar, pero poco después, mi ojos se iluminaron cuando vi el restaurante al que nos dirigíamos ¡Un restaurante de comida especial! Osea ¡Puedo comer chuleta asada!

No pude evitar sentirme alegre, como siempre, Randall cumplía todas mis expectativas y siempre me complacía con lo que sea que pidiese.

Incluso si fuese en mi vida anterior, si necesitaba un favor, él lo hacía sin titubear.

Recuerdo que en mi vida anterior, si quería salir a comer con Maxwell, tenía que ser en el lugar que él eligiese y nunca al aire libre, pues podían vernos. Amó la comida picante pero Maxwell la detestaba, por lo que deje de comerla cuando me mude con él. De hecho, muchos de mis gustos se perdieron cuando fui a vivir con él.